Capítulo 25|𓆙

1.1K 62 4
                                    

             

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

             

ᴜɴᴀ ᴅᴇʟɪɴᴄᴜᴇɴᴛᴇ ᴇɴᴛʀᴇ ʀɪᴄᴏs

                         

❝𝙱𝙾𝚁𝚁𝙰𝙲𝙷𝙰 𝙳𝙴 𝙻𝙰 𝚅𝙴𝚁𝙳𝙰𝙳❞ 

            

Los entrenamientos eran más duros y podría decir que se preparaban bien ante los zombies, pero les faltaba calle.

Si veían un zombie se harían caca en los pantalones.

En casi un mes que había pasado las gemelas, más Tyler y Luke —quién se nos unió— se hicieron más cercanos a mí.

En los almuerzos estamos juntos en la misma mesa de siempre y en las clases nos sentamos juntos cuando coincidimos.

Aisha se acercaba cada tanto a hablar con nosotros, pero volvía con el encapuchado quien nos miraba a la distancia.

En el torneo de lucha Steve ganó, Chloe festejó como nunca y por más que no quería ir a la fiesta de celebración, las chicas me insistieron tanto que terminé aceptando.

Travis nos llevó a los cinco en la camioneta a la casa de tres pisos dónde se hacían todas las fiestas y no necesitamos entrar para ver que estaba hecha un desastre.

Algunas miradas caían en nosotros y rápidamente se oyeron comentarios sobre lo ardientes que estábamos.

Pasamos por arriba de uno tirado en el suelo, esquivamos a unas cuantas personas borrachas y por fin llegamos a la puerta.

La música sonó más fuerte y enseguida se sintió el calor por todo el montón de gente bailando en la pista, bebiendo en el bar o ligando en cualquier parte.

Cuando quise ver a mi alrededor, todos se habían ido a bailar. Rodé los ojos y me acerqué al bar donde una chica me atendió.

―¡Una cerveza! ―pedí gritando sobre la música.

El límite de un humano donde estaría borracho o drogado para una bruja no era ni la mitad del efecto, por lo que tomar no sería un problema para mí.

La chica asintió y me pasó una lata. Tomé un poco y con la bebida en mano pasé entre la gente para subir la escalera.

No había visto a Culebra desde la mañana, por lo que esperaba encontrarlo para, aunque sea, verlo de lejos.

Un chico con jacket deportiva me sonrió coqueto. Notablemente estaba borracho.

—Hola, muñeca.

―Hola, tobillo.

Sonreí divertida mientras tiraba un beso al aire y seguía subiendo los escalones como toda una diva.

Esquivo una pareja besándose y me detengo en el barandal donde veía todo el piso de abajo. A lo lejos vi a las gemelas con los chicos moviendo el cuerpo entre el montón de gente que según ellos bailaba, cuando en realidad movía el cuerpo como un gusano.

𝐔𝐍𝐀 𝐃𝐄𝐋𝐈𝐍𝐂𝐔𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐑𝐈𝐂𝐎𝐒| 𝖾𝖽𝗂𝗍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora