Capítulo 10|𓆙

1.2K 79 1
                                    

          

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

          

ᴜɴᴀ ᴅᴇʟɪɴᴄᴜᴇɴᴛᴇ ᴇɴᴛʀᴇ ʀɪᴄᴏs

        

❝𝙲𝙾𝙽𝚂𝙴𝙲𝚄𝙴𝙽𝙲𝙸𝙰𝚂❞

          

Entré en el salón y me cayó un balde de pintura azul.

Pueden llamarme loca o lo que sea. Pero sencillamente no podía tenerlo tan cerca y lo mordí. Sí, otra vez, pero en el cachete. La clase terminó con un juramento de odio y estas eran las consecuencias.

Suspiré apenas y sin mostrar molestia ni ningún sentimiento avancé hacia el profesor. Todos se reían de mí, aunque cada tanto me daban una mirada extraña al mostrarme indiferente. Tenía las rodillas rojas de sangre al ser tirada tantas veces al suelo, moretones en todo el cuerpo al ser pisoteada, el pelo enredado de chicles y ahora estaba completamente azul.

—¿Quieres ir a cambiarte? —me preguntó el instructor—. ¿O a limpiarte aunque sea un poco?

—No, gracias —respondí con una sonrisa irónica—. Ahora tal vez me tiren plumas y soy un pavo real... Ahí veremos si vuelo yo o ellos.

Se escucharon unas risas.

—Si es por la evaluación la puedes hacer mañana, tus notas son buenas igualmente.

Asentí y salí del salón. Los pasillos estaban vacíos, ya que todos estaban en clase, pero me tuve que cruzar con el causante de todo esto.

Nuestras miradas se conectaron un segundo, yo con mi rostro sin expresiones y él con una sonrisa de medio lado.

Entré al baño, encendí la canilla para meter la cabeza y que el agua cayera por mi cabellera negra. Algo de pintura azul corrió por la palangana pero no era todo, yo seguía completamente azul.

Me levanté para mirarme al espejo, di un pequeño grito irritada y golpeé el reflejo con el puño, además de romperlo hice que brotara sangre de mis nudillos. Al ver que no había nadie más en el baño entré al cubículo de la limpieza donde había un balde vacío.

Este chico me está volviendo loca y por más que prometí no exponerme lo tengo que hacer.

Salerum malerum de cuerparum —susurré moviendo el dedo índice como si fuera una varita.

Sí, soy una de las últimas brujas, por no decir la que queda. Desde que los vampiros, hombres lobo y brujas fueron cazados no puedo mostrarle mi poder al mundo, por más que eso fue hace años. Sólo lo utilizo en casos donde no puedo más.

Las pastillas no detenían mis emociones.

Toda la pintura azul cayó en el balde junto a los chicles. Mi pelo volvió a hacer negro como la ropa y bien peinado, pero los moretones en todo mi cuerpo y heridas abiertas en las rodillas seguían, contando también la sangre en mi puño con algunos vidrios.

𝐔𝐍𝐀 𝐃𝐄𝐋𝐈𝐍𝐂𝐔𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐑𝐈𝐂𝐎𝐒| 𝖾𝖽𝗂𝗍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora