No es bienvenida entre los ricos y él se lo hará saber.
¿Por ahí no dicen que los polos opuestos se atraen?
Los zombis han invadido el mundo y por protección no se puede ni salir ni entrar del reino.
Ella es la única que ha podido evadir la segurida...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝙱𝚛𝚊𝚍𝚜𝚑𝚊𝚠 𝚜𝚊́𝚋𝚊𝚍𝚘, 𝚘𝚌𝚝𝚞𝚋𝚛𝚎
ᴜɴᴀ ᴅᴇʟɪɴᴄᴜᴇɴᴛᴇ ᴇɴᴛʀᴇ ʀɪᴄᴏs
❝𝚅𝙸𝙽𝙾 𝙳𝙴 𝙲𝚄𝙻𝙴𝙱𝚁𝙰❞
—Una cerveza —pedí.
Me giro hacia la pista de baile y apoyo los codos arriba de la barra.
Si no sabías de las fiestas organizadas por Steve Lether no ibas a esa prestigiosa agencia. No podía faltar, o tal vez sí, pero Bella me había insistido tanto que tuve que venir. Además, Travis me dijo que me iba a hacer bien para olvidarme de la falta que me estaba haciendo no tener a la familia conmigo y Alec aseguró que Culebra iba a estar aquí para protegerme.
Como si no pudiera defenderme sola.
Septiembre había pasado muy rápido y ya era octubre. Las gemelas estuvieron a mi lado en casi todas las clases y en los almuerzos, más Bella y creo que por eso es más cercana a mí.
Pero todavía no son mis amigas ni nada por el estilo.
Luego del beso con Culebra lo mordí apartándolo y tal vez por eso cada encuentro es tenso y de continuo ataque.
Él seguía siendo el mismo insensible y malo de siempre, pero yo tenía un revoltijo en mi cabeza lleno de preguntas que no me dejaba quieta.
Pero me la suda.
El departamento estaba alumbrado solamente por las luces de colores, más la bola de espejos que dejaban distinguir algo; la música estaba a tope, había mucha gente alocada, bailando, besándose, bebiendo o escondidas en algún lugar haciendo cosas que no quería imaginar.
Y esto sólo era el tercer piso.
—¡No vas a poder creer a quien me encontré! —llegó una gemela a mi lado gritando como loca.
—¿Quién? —pregunté indiferente, tomando un trago de mi bebida.
—¡A Steve! ¿No es genial? —Dio pequeños saltos en el lugar emocionada, mientras sonreía mucho—. ¡Y mi primo está con él!
—Agh, que dramática, era obvio si de ellos es la fiesta. —Puse los ojos en blanco molesta, para tomar un trago largo—. Y qué odioso.
—Vamos, Molly —pidió haciendo cara de perrito mojado, mirándome suplicante—. Prométeme que no golpearás a nadie esta noche.
