ᴜɴᴀ ᴅᴇʟɪɴᴄᴜᴇɴᴛᴇ ᴇɴᴛʀᴇ ʀɪᴄᴏs
❝𝙻𝚄𝙺𝙴 𝟽❞
«Los años separan al alma del cuerpo. Visitad la casa y traed a los muertos a la vida.»
Volví a leer la carta. El mismo día que llegué a la casa abandonada había llegado, pero sin darle mucha importancia la había guardado pensando que era viejo correo.
Simplemente era eso, dieciocho palabras en un sobre blanco con sello antiguo. Y hoy, gracias al sueño viendo entre mis cosas la encontré.
—¿Qué es eso?
—Nada, ¿ya vamos a comer?
La volví a guardar en mi mochila. Bella me miró extraño, pero no dijo nada.
—Ehh... Sí, te vine a avisar.
Mientras bajamos al comedor me contó que en el día más de una vez casi se besan, pero ninguno se animó. Además, él le daba señales confusas y con la inseguridad no sabía si gustaba de ella o no.
Nos sentamos en la mesa y cuando una anciana entró con una jarra, Mery luego de ayudarla me miró.
—Molly, ella es Martha, nuestra cocinera. Por cualquier cosa le dices a ella, ¿sí?
—Un gusto —respondí y estiré mi mano para que la estreche, se sorprendió un poco, pero la tomó dándome una sonrisa.
—Bueno, ahora sí volvamos a comer.
Volvimos a sentarnos y la anciana hizo una reverencia antes de volver a la cocina.
Lo que me extrañó, ni que fuera la realeza.
Mi teléfono comenzó a vibrar mucho y enseguida lo saqué de mi bota. Al ver «7» en la pantalla empujé la silla hacia atrás y me alejé hacia el recibidor.
—Objetivo trescientos cuatro destruido... —se oyó con un poco de interferencia—. Me persiguen...
—Ubicación —ordené pero no hubo respuesta—. Siete, ubicación.
—¿Qué sucede, Molly? —Alec se acercó a mí con el ceño fruncido, masticando pan.
—Ala sur, necesito ayuda, Líder —su voz sonó desesperada y luego unos disparos—. Dime tu puerta.
—La Mckenzie. —Tomé mi mochila del perchero colocándola sobre mi hombro—. Ni se te ocurra traerlos al reino, llévalos al muelle, ya voy para allá, cambio.
—Tú no sales sola —demandó Culebra poniéndose su jacket deportiva—. Voy contigo.
—No hay tiempo, que me abran las puertas.
Se oyó una interferencia y cortó.
—¡Mierda! —maldije mordiendo mi labio con frustración, para luego mirar al jefe Mcken—. Tienes que llevar a Travis a un lugar seguro. Si la cosa se complicó deben ser muchos y de seguro no vienen a saludarnos amigables. No podemos dejar que lleguen a la ciudad.
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𝐔𝐍𝐀 𝐃𝐄𝐋𝐈𝐍𝐂𝐔𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐑𝐈𝐂𝐎𝐒| 𝖾𝖽𝗂𝗍
RomanceNo es bienvenida entre los ricos y él se lo hará saber. ¿Por ahí no dicen que los polos opuestos se atraen? Los zombis han invadido el mundo y por protección no se puede ni salir ni entrar del reino. Ella es la única que ha podido evadir la segurida...