No es bienvenida entre los ricos y él se lo hará saber.
¿Por ahí no dicen que los polos opuestos se atraen?
Los zombis han invadido el mundo y por protección no se puede ni salir ni entrar del reino.
Ella es la única que ha podido evadir la segurida...
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ᴜɴᴀ ᴅᴇʟɪɴᴄᴜᴇɴᴛᴇ ᴇɴᴛʀᴇ ʀɪᴄᴏs
❝𝙰𝙼𝙸-𝙴𝙽𝙴𝙼𝙸𝙶𝙰❞
Lo primero que vi fueron las tres bandejas sobre la mesa al mismo tiempo y cuando levanté la vista pude descubrir de quienes eran: las dos gemelas y el rubio por el cual Bella pasaba babeando.
—Molly, si estás enojada por lo que pasó en la fiesta, lo siento —a mi lado se disculpó con su voz suave de siempre y ojos apenados—. Pensé que estaba todo bien cuando me defendiste, pero ayer luego de enterarte que estaba bien nos ignoraste todo el día.
—Si dejábamos que entre Lisa Culebra iba a estar más insoportable que siempre —declaró la otra gemela—. Él odia las trepadoras y tú odias a los ricos, así que...
—Ya —la detuve—. No estoy enojada, me la suda —respondí. Miré al chico y lo señalé con el mentón—. ¿Quién es este?
Rubio de ojos verdes y por su vestimenta azul podía decir que estaba tomando el mismo camino que Bella haciendo medicina en la agencia. Se ríe como si hubiese contado un chiste y fruncí el ceño.
¿La gracia?
—Me contaron de tu carácter —dijo para tenderme una mano—. Soy Tyler.
—Ajá —respondí cortante y en vez de tomar su mano tomé una papa frita de Bella y me la comí, ignorándolo.
—¡Molly! —me retó Chloe.
—No, tranquila —fue su reacción, sonriéndome malicioso—. Estoy acostumbrado a tratar con gente mal educada y amargada.
Le mostré mi dedo favorito con una sonrisa forzada y su teléfono sonó anunciando un mensaje, al sacarlo se sonrojó un poco.
—Cierto que quedé de hablar con el profesor de matemáticas —soltó Chloe antes de irse con su bandeja.
—¿Quién es? ¿Tu novia?
—Eh... —contesta distraído—. ¿Qué? ¿Envidia?
—Emm... —Bella agachó la cabeza apenada—. Yo lo siento, debo irme...
Apurada, empujó su bandeja hacia delante y con el rostro triste se levantó saliendo del comedor.
—No, pensó todo mal —se asustó, por lo que le saqué la lengua como niña pequeña—. Es tu culpa.
—Eso te pasa por meterte conmigo, riquito. —Lo señalé con un tenedor de plástico—. Bella es muy sensible y si de verdad la quieres te sugiero que corras detrás de ella antes de que te golpee.
