Capítulo 43|𓆙

858 59 1
                                    

ᴜɴᴀ ᴅᴇʟɪɴᴄᴜᴇɴᴛᴇ ᴇɴᴛʀᴇ ʀɪᴄᴏꜱ

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ᴜɴᴀ ᴅᴇʟɪɴᴄᴜᴇɴᴛᴇ ᴇɴᴛʀᴇ ʀɪᴄᴏꜱ

              

❝𝙻𝙻𝚄𝚅𝙸𝙰 𝟷❞

              

―Ya, quédate quieto.

―Lo siento ―dejó de caminar y se sentó derrotado a mi lado―. Estoy preocupado, nunca estuve en un hospital. El único que se daña es Culebra y tampoco es que tuvo heridas que no se las pudiera curar solo... ¿Cómo puedes estar tan tranquila? Yo me estoy muriendo de los nervios —hablaba tan rápido que apenas lo podía entender.

El doctor salió de la habitación y enseguida lo miramos expectantes.

―¿Familiares de Aisha Lether?

―¿Cómo está? ―preguntó Denial nervioso.

―¿Son familiares? ―negamos―. Entonces no les puedo decir nada, es necesario que un familiar llene los papeles.

Le vi la intención de protestar, pero me adelanté.

―Está bien.

―¿Cómo que está bien? ―me preguntó cuando el doctor ya se fue.

―Llamaré a Lether. Tranquilo. No tengo su número pero tu hermano debe tenerlo, ¿no? ―Saqué el celular―. ¿Tienes su número?

―Dame que marco ―le di el celular―. Toma, está llamando.

―¿Quién es? ―fue lo primero que preguntó cortante.

―Soy Molly, ¿tu mascota está contigo?

―Ah, hola ―su voz se suavizó―. ¿Mi mascota?

―Steve, la mascota esa.

―No es una mascota ―responde sonando molesto―. Y sí, está aquí, ¿para que lo necesitas?

―¿Le puedes pasar el teléfono?

―No, dime a mí y le digo.

Rodé los ojos y Denial frunció el ceño.

―Dile que venga al hospital.

―Es mi socio, no el tuyo. Lo mando ir si quiero.

―Culebra... ―esto ya me estaba hartando―. Solo dile que necesito su puta presencia en el hospital para saber como está Aisha, sé que le importa una mierda su hermana y a ti menos, pero si no hay un familiar aquí no nos dirán nada. Según tú no me importa nada ni nadie y cuando ayudo... ―ya la impotencia llegaba al nivel máximo―. Nada, déjalo.

Iba a decir algo pero corté. Denial me miró preguntando que pasó y negué con la cabeza.

―Era obvio, mi hermano hizo que se desmayara y Steve no hizo nada. Les importa muy poco.

𝐔𝐍𝐀 𝐃𝐄𝐋𝐈𝐍𝐂𝐔𝐄𝐍𝐓𝐄 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐑𝐈𝐂𝐎𝐒| 𝖾𝖽𝗂𝗍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora