T R E I N T A Y T R E S

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No era ningún secreto que aquella italiana que tenía por amiga estaba acostumbrada a salirse con la suya.

Era domingo 27 de diciembre. Vittoria se encontraba pegada a la barra de aquel bar dispuesta a empujar a toda la gente que se reunía allí con tal de conseguir más soju para poder continuar con la noche. Yo simplemente la miraba divertida desde la mesa, donde descansaban tres botellas vacías.

La que se suponía que iba a ser una tarde de chicas tranquila terminó con nosotras dos sentadas en un bar bebiendo mientras discutiamos sobre cualquier tema siempre y cuando no tuviese relación con Min Yoongi. Y es que si bien Vittoria quería saber como me encontraba con aquella situación, se dio cuenta de que no era la mejor idea intentar sonsacar nada mientras bebíamos.

– Siempre quise viajar a Londres, pero mi madre no me llevó y por eso no conocí a Harry Styles. De lo contrario ya estaríamos casados y sería rica.

– Sabes que no funciona así, ¿verdad?

– ¿Cómo que no? Liam está saliendo con una antigua fan. Eso significa que nada es imposible.

– Sigo diciendo que eso no funciona así, lo de esa chica es algo que pasa una vez cada mucho tiempo.

– Vale pero entonces ¿nunca viste a One Direction en concierto? – preguntó mi amiga intentando no tropezarse con su lengua.

– Vit, cuando me fui de Inglaterra One Direction aún ni existía. – llené de nuevo nuestros vasos de chupitos con lo que quedaba de la que era nuestra tercera botella de la tarde-noche – ¿chin chin?

– Por... ¿el soju? Mierda, ya se me han acabado los motivos por los que brindar. – dijo frustrada antes de beberse el chupito de un trago. – Te toca pedir la siguiente.

– Está bien, espérame aquí.

– ¿Y dónde más iba a ir? Lilly, tonta. – escuché salir de su boca mientras intentaba hacerme hueco entre la gente para pedir.

Solté una risa ahogada y negué con la cabeza. Finalmente, conseguí llegar hasta la barra y me quedé mirando al camarero, quien se movía rápidamente para intentar atender a todos lo antes posible. Había demasiada gente para ser las ocho de la tarde, ¿verdad? Saqué mi móvil del bolsillo trasero de los pantalones para comprobar la hora y por poco se cae al suelo al ver que eran nada más y nada menos que las once de la noche.

– ¿Qué va a pedir? – dijo el chico sacándome de mis pensamientos.

– Eh... – me quedé sin palabras al notar que el camarero había apoyado sus codos en la barra y esperaba divertido a que decidiera. – ¿qué quería?

– Bueno, eso tendrías que decírmelo tú, ¿no crees?

– ¡Soju! Eso es, quiero soju. – aquel chico soltó una carcajada al ver mi entusiasmo. – Por favor.

– Está bien, soju para la extranjera. – se dió la vuelta para agarrar una botella.

– ¡Eh! ¿Cómo has sabido que soy extranjera?

– ¿No es obvio? Eres la persona con menos cara de coreana que he conocido, por no hablar de tu acento.

– ¿Mi acento? – el chico asintió entretenido con la situación. – Siempre que bebo me delata, es un asco.

– Bueno, a mí me gusta. – su cálida sonrisa me cautivó por unos segundos, dejándome embobada. – Debería atender al resto de la gente, pero ¿nos veremos en un rato? ¿Cuando vengas a pedir otra botella, tal vez?

Asentí sin tener muy claro por qué lo hacía y después regresé a la mesa donde mi amiga me esperaba. No volví a hablar con él, ya que Namjoon se unió a nosotras poco después y fue quien se encargó de conseguirnos alcohol cada vez que se nos terminaba. Acabé tan bebida que cuando me quise dar cuenta, estaba entrando a mi portal e intentaba subir las escaleras con ayuda del pasamanos.

Shetland (Min Yoongi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora