V E I N T E

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Llegó el día. Era 31 de octubre, más conocido como Halloween. Maddie no paraba de correr de un lado para otro buscando los materiales que debía llevar para maquillar a todas las personas del grupo, a todos menos a mí.

Yo me había negado en rotundo. Maquillarme era una especie de terapia para mí y aquel día la necesitaba más que nunca. Maddie no insistió tampoco, podía confiar en que lo haría bien. Mi disfraz no era distinto al del año anterior, por lo que Taehyung se ahorró ese trabajo. Todo el mundo estaba emocionado, pero sin duda Mad se lo estaba pasando como una niña pequeña.

Eran las cuatro de la tarde y la fiesta a la que íbamos empezaba a las nueve de la noche, lo que me daba aún el tiempo suficiente para dormir una siesta antes de empezar a prepararme. Mi compañera, sin embargo, tenía que abandonar el piso en pocos minutos si quería maquillar a tantas personas.

– ¡Lilly! Corre, es Alex. – me gritó desde el salón.

Salí de mi cuarto rápidamente para saludar a la hermana de mi mejor amiga, quien probablemente ya estaba celebrando a lo grande su día favorito del año.

– ¡Dios, Alex! – dijo Mad al responder la videollamada de su hermana.

– Estás increíble. – respondí yo al ver su disfraz de niña del Exorcista acompañado de un fondo de lo más sangriento.

– Gracias, esas eran exactamente las reacciones que buscaba. – contestó entre risas mientras apreciaba su escalofriante disfraz a través de la cámara. – Vosotras por lo que veo aún no habéis empezado.

– La fiesta es por la noche. – aclaró Maddie. – Yo tengo que irme enseguida, pero quería verte primero.

Seguimos hablando con ella durante unos minutos más hasta que Jungkook avisó a Mad de que había llegado. Nos despedimos de Alex, no sin antes recordarle lo poco que quedaba para vernos y lo emocionadas que estábamos.

– Recuerda que nos encontraremos en la entrada del local. – decía mi amiga mientras se calzaba.

– Sí, pesada. Nos vemos en un rato. – respondí entre risas antes de meterme en mi cuarto.

Me tumbé en la cama con el móvil entre las manos dispuesta a revisar todas y cada una de mis redes sociales solo para intentar que el tiempo corriera más deprisa. Acabé quedándome dormida durante más de una hora, y cuando abrí los ojos de nuevo y miré el reloj me asusté. Tenía poco tiempo y aún no había empezado a prepararme.

Saqué mi disfraz – que en realidad era un simple vestido negro y una camisa blanca – y tras dejar todo preparado, me metí en la ducha. Dejé que el agua caliente escurriera por mi cuerpo mientras me relajaba. La música sonaba a través del altavoz que teníamos en el baño y yo me limitaba a cantar cada palabra como si aquello fuese un concierto privado. Después de pasar al menos veinte minutos en la ducha, decidí salir a afrontar la realidad.

Me estaba empezando a vestir cuando la luz se fue. Me puse de nuevo el albornoz para evitar recorrer mi casa en ropa interior. Con ayuda de la linterna del móvil conseguí iluminar el pasillo y llegar hasta el salón sana y salva. Sabía que las velas que un día compramos para casos de emergencia debían estar escondidas en algún armario de la cocina. Estaba tan concentrada en mi misión de búsqueda que cuando llamaron a la puerta dando dos golpes, me sobresalté.

Mi mente estaba convencida de que esa persona era Maddie, por eso no me preocupé de revisar mi atuendo que se basaba en aquel albornoz tapando mi cuerpo semidesnudo. Tampoco me molesté mucho en comprobar quién era, simplemente abrí la puerta y volví a caminar en dirección al salón para seguir con mi objetivo.

– Se ha ido la luz, no te molestes. – dije mientras andaba. – Por cierto, ¿recuerdas dónde pusimos esas velas? – me giré para mirar a mi amiga con cara de pocos amigos al ver que no pensaba contestar. Por poco grito al verlo allí parado en mitad de la oscuridad. – ¿Qué haces tú aquí?

Shetland (Min Yoongi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora