D I E C I S I E T E

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– Te necesito Lilly, es de vida o muerte. – insistió Hobi por décima vez ese viernes.

– Te dije que no pensaba ayudarte Hobi, es tu castigo. – contesté apartando el brazo para que dejase de engancharse a él.

– Pero es que no me da tiempo a acabarlo yo solo.

– Hobi, déjalo. No me voy a pasar la tarde del viernes encerrada en la biblioteca para ayudarte. – evité mirarlo a los ojos para no caer en la trampa.

– Si me ayudas estaré en deuda contigo. – dijo llamando mi atención.

– Me debes una Hobi, que lo sepas. – sentencié antes de meter todas mis cosas en el bolso. – Y me tendrás que invitar a comer.

– Vale, lo que haga falta. – contestó antes de abrazarme efusivamente.

Y así acabé esa tarde encerrada en la biblioteca ayudando a mi amigo en un intento de salvar la nota de la asignatura que él mismo se había encargado de destruir. Por mi parte, yo había entregado mi trabajo el día anterior tras revisarlo varias veces.

Desde que arreglamos todas nuestras diferencias hacía un par de días Hobi había estado mucho más dispuesto a hacer las cosas bien, empezando por los estudios. Sabía que se estaba esforzando por acabar aquel trabajo para el que le habían dado menos tiempo que a mí y también sabía que para él no era fácil estar tanto tiempo enfocado en acabar una tarea.

Finalmente, casi a las diez de la noche, acabamos el trabajo y empezamos a revisarlo a conciencia para que pudiese mandarlo a tiempo. Maddie y Vittoria habían salido a un pub, por lo que sabía que no habría nadie esperándome en casa cuando llegase. Por otro lado, no había sabido nada de Yoongi aquel día, lo cual me resultaba extraño, ya que desde la última vez que lo había visto se mostraba mucho más comunicativo. Opté por no preocuparme teniendo en cuenta de quién estábamos hablando. Y cómo no podía ser de otra manera, llamó a Hobi justo cuando empezábamos la última fase de ese trabajo: la corrección.

– ¿Qué te pasa Yoongi? – preguntó Hobi sin importarle el volumen de su voz. – ¿En casa de Jimin? – paró de hablar para escuchar a su amigo. – Vale, está bien. Iré con Lilly.

Le miré confundida. ¿Dónde se suponía que nos íbamos y para qué?

– Sí, está conmigo. – dijo antes de volver a contestar a lo que Yoongi decía. – Que más te da. Nos vemos ahora.

Cuando colgó la llamada se encontró con mi cara de pocos amigos y me dedicó una sonrisa inocente. Señalé el ordenador que nos esperaba en frente de nuestras narices, dando a entender que teníamos un trabajo que acabar.

– Le echamos un vistazo rápido y vamos con los chicos ¿sí? – se defendió con su mejor cara de niño bueno.

– Tú sabrás la nota que quieres sacar. – repliqué antes de cruzarme de brazos.

– Venga, no te enfades Lilly. Seguro que gracias a ti me ponen mejor nota de la que me merezco. – dijo para ganarse mi bendición.

– Está bien, pero sigo sin saber a dónde vamos.

– Jimin y Yoongi montaron una fiesta en el conservatorio, pero ya les han echado y han decidido seguirla en casa de Jimin. – contestó divertido dejando ver las ganas que tenía de unirse.

Acabamos de revisarlo rápidamente, y tras recogerlo todo, salimos del edificio para empezar a caminar hacia la casa de sus amigos. Por el camino Yoongi volvió a llamar a Hobi varias veces, pero nadie le cogió la llamada ya que estábamos bastante cerca.

Shetland (Min Yoongi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora