T R E I T A Y S I E T E

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Dí un manotazo al aire con los ojos aún cerrados, esperando espantar a la persona que se atrevía a interrumpir mi sueño. Una risa suave se escuchó a modo de respuesta y de inmediato todos los recuerdos de la noche anterior volvieron a mi cabeza.

– Deberías levantarte, las tortitas frías dan asco. – podía notar la alegría en su voz mientras me retiraba con su mano fría el pelo de la cara.

Parpadeé varias veces en un intento de acostumbrar a mis ojos a la luz que entraba por la ventana. El dueño de la habitación estaba sentado en la orilla del colchón, observando la escena con una sonrisa tímida en la cara. Me dí la vuelta para evitar su mirada sobre mí, murmurando que me dejase en paz, yo solo quería seguir durmiendo.

– Deja de quejarte, Lilly. – fue lo que dijo antes de aplastar mi cuerpo con el suyo. – Yo también quería seguir durmiendo pero los pesados de tus amigos no paraban de llamarte.

– Debiste tirar ese aparato por la ventana y seguir durmiendo, no es mi culpa que seas tan tonto, Min Yoongi. – intenté moverme pero aquel diminuto cuerpo pesaba más de lo que recordaba. – Muévete.

– ¿Me has llamado tonto? – alzó una ceja y bajó sus manos por mi cuerpo hasta llegar a la altura de mi cintura. – Repítelo.

– Ni se te ocurra hacer lo que estás pensando.

– ¿No piensas pedir perdón por usar esas palabras con tus mayores?

– Siempre te hablo así, no te hagas el sorprendido ahora.

– Tú has elegido.

Fueron sus últimas palabras antes de empezar a pellizcar la piel de mi cintura provocándome cosquillas. Grité su nombre varias veces suplicando que parase, pataleé e incluso pellizqué sus brazos. De pronto la puerta se abrió y un Hobi adormilado, con el pelo revuelto y los ojos aún entrecerrados apareció ante nosotros.

– ¿Se puede saber qué haces? – dijo antes de fijar su vista sobre mí. – Que bien que estés aquí Lilly, vas a presenciar la muerte de Yoongi.

– Ella es quien te ha despertado con los gritos, no me culpes a mi. – dijo Yoongi alzando las manos en señal de paz.

Yoongi y yo comenzamos a discutir sobre quién tenía realmente la culpa de aquello y nos concentramos tanto en nuestra misión que cuando Hobi se largó ni nos enteramos. Fue cuando Yoongi quiso pedir su opinión que nos dimos cuenta de que nuestro amigo se había cansado de nosotros en apenas dos minutos.

– Mira lo que has hecho, ahora tendremos que llevar al niño a terapia. – dijo Min negando con la cabeza tratando de reprimir una sonrisa.

– Bueno, teniendo en cuenta que ha sido tu culpa, tú serás el que pague.

Yoongi quiso responder pero fue interrumpido por los gritos de Hobi, quien aseguraba que aquellas tortitas estaban más frías que el corazón de su compañero de piso y mejor amigo.

– Si no te gustan puedes hacerte tú el desayuno. – dijo el aludido al llegar al comedor.

– Bueno, si lo preparas tú es más divertido. Además, no sueles hacer estas cosas, menos mal que está tu novia aquí.

– ¿Perdón? – intervine sintiendo como mi cara enrojecía por segundos.

– No intenteis ocultarlo, os escuché perfectamente ayer.

– ¿Alguien más lo sabe? – pregunté.

– Lo dudo, Jin no durmió en casa y nadie más estaba aquí cuando llegasteis y os pusisteis a discutir sobre cómo debía ser vuestra relación. – Yoongi y yo intercambiamos miradas antes de que Hobi continuase hablando. – Personalmente creo que eso de usar insultos como apodos cariñosos no es lo más usual.

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⏰ Última actualización: Feb 05, 2022 ⏰

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Shetland (Min Yoongi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora