C A T O R C E

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Abrí los ojos al notar como entraban por la ventana los primeros rayos de sol en aquella habitación que obviamente no era la mía. Mi mirada recorrió cada rincón de aquel cuarto hasta encontrar al dueño dormido profundamente a mi lado. Me levanté para ir al baño intentando hacer el menor ruido posible. Me pesaban los ojos, la cabeza me daba vueltas y mi estómago estaba completamente cerrado. Abrí la puerta para salir y lo primero que vi fue el comedor hecho un absoluto desastre con todos los vasos de plástico tirados por el suelo lleno de confeti.

Al llegar a la puerta del baño me di cuenta de que alguien estaba dentro, por lo que tuve que esperar a que la persona que lo ocupaba terminase lo que estuviese haciendo ahí dentro. Tras un par de minutos, vi salir a Hobi, quien primero se sorprendió al encontrarme allí y después me miró de arriba a abajo.

– Pensé que te habías ido a casa. – le escuché decir en voz baja.

– Me entretuve hablando y... – quise seguir justificando mi presencia en aquel apartamento, pero Hobi me cortó rápido.

– Me voy a dormir. – dijo dándose la vuelta para caminar hasta su habitación sin dejarme acabar la frase.

Cuando me volví a tumbar en la cama al lado de Yoongi mi cabeza no dejaba de repetirme todo lo que Hobi seguramente se había imaginado. Intenté despejar mi mente, pero al observar al chico que dormía plácidamente en aquella cama no pude evitar recordar todo lo que había pasado pocas horas atrás. Finalmente, por miedo a que se despertase, dejé de mirarle, le dí la espalda, cerré los ojos y me dejé llevar por un sueño profundo.

Al despertarme, miré la hora en el móvil para comprobar lo tarde que era. Yoongi se removió, abrió lentamente sus ojos y pude ver una pequeña sonrisa asomarse en su rostro. Estiró su brazo para llegar a tocar mi cara con la palma de su mano en un intento de molestarme.

– ¿Qué haces? – pregunté agitando la cabeza para librarme de sus dedos apretando mi mejilla. – Deja de molestarme.

– Es peor dormir contigo, créeme. – dijo sin parar de tocar mi cara. – No paras de moverte.

– Mejor eso que jugar a estar muerto. ¿Sabes cuántas veces llegué a pensar que habías dejado de respirar? – dije con el mismo tono que él estaba usando.

– Me asustaría más saber cuántas de esas veces deseaste que fuese verdad. – respondió antes de que ambos dejásemos escapar una risa ahogada.

– ¿Tan mal has dormido? – pregunté seria mirándole fijamente.

– No he dormido mal, puedes estar tranquila. – contestó antes de acariciar mi pelo.

No pude evitar sonrojarme levemente ante esa muestra de afecto que no esperaba del Yoongi sobrio. Cerré los ojos dejándome llevar por el suave cosquilleo que provocaban sus dedos sobre mi cabello.

– Será mejor que nos levantemos. – dijo al cabo de un rato. – ¿Quieres ducharte aquí?

– Creo que esperaré a llegar a casa. – contesté sin contemplar siquiera la idea.

– Entonces será mejor que desayunes en lo que yo me ducho. Te acercaré en cuanto acabemos. – sentenció sin darme tiempo para quejarme.

Vi como Yoongi sacaba ropa de su armario y me dejaba unos pantalones de chándal encima de la cama para evitar que saliese a desayunar solo con la sudadera. Salí al comedor y me sorprendió ver que la cantidad de cosas tiradas por el suelo que estaban ahí horas atrás habían desaparecido.

Me acerqué al frigorífico para buscar algo de desayunar que no fuese demasiado pesado. Lo único que pude rescatar de aquel sitio fue la leche, con la que llené un vaso antes de volver a dejarla en su lugar. No pude evitar asustarme al ver a Hobi detrás de mí, mirándome detenidamente.

Shetland (Min Yoongi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora