Shetland (Min Yoongi)

S E I S

Hobi se dignó a aparecer por clase el jueves, pero estaba tan ocupado hablando con un amigo suyo que apenas cruzamos unas pocas palabras. No sabía si realmente le pasaba algo conmigo y por eso tenía tan poco interés. Al salir de clase Yoongi le esperaba sentado en el banco de siempre y se fue sin decir gran cosa.

Maddie puso de acuerdo al grupo para salir el sábado de fiesta. No es que me hiciera especial ilusión, pero no tenía nada mejor que hacer y me vendría bien despejarme un poco después de todo. Mi amiga seguía sin saber nada acerca de Hobi, y después de que básicamente él ignorase cualquier intento de aclarar las cosas decidí que seguiría así.

La noche del sábado llegó, y aunque no tenía ganas de nada aparte de quedarme tirada en la cama viendo alguna película mi mejor amiga se encargó de que empezara a prepararme. Tras ducharme miré aburrida a mi armario, sin ganas de romperme la cabeza para saber qué ponerme. Cuando lo decidí, comencé a vestirme, y mientras en el comedor, Maddie hablaba con su hermana Alex por Skype y se quejaba de lo mucho que tardaba.

Vittoria llegó al cabo de un rato, cuando nos despedimos de Alex. Abrimos una botella de vino y nos sentamos en el sofá con una copa cada una, mientras esperábamos a que los chicos llegaran. Nuestra nueva amiga nos estaba contando cómo había ido su semana cuando una llamada de Kai iluminó la pantalla de mi móvil.

Los tres chicos nos esperaban a la salida del edificio y no pude evitar mirarlos de arriba a abajo. Siempre me había fascinado el don que tenían para verse tan bien con lo primero que se pusieran. Kai me lanzó una mirada cómplice antes de que corriera a abrazarlo y él me correspondió. Aprovechó para poner sus manos a ambos lados de mi cintura y apretó mi piel provocando cosquillas, cosa que no soportaba. No pude evitar separarme de él y pellizcarle el brazo mientras le miraba con una mueca de enfado, mientras recibía por su parte un "No seas bruta, joder".

En el camino a la discoteca estuvimos molestándonos los unos a los otros, como si de niños pequeños se tratase. Habían traído unas cervezas para hacer el trayecto más ameno, aunque con ellos nunca te aburrías. Andábamos ocupando toda la acera, hablando y riendo en alto, tanto que si algún vecino salía a llamarnos la atención no me extrañaba. Siempre que estaba con ellos no existía nada más.

Llegamos al local y nos pusimos a la cola para esperar a entrar. No pude evitar fijarme en Vittoria, quien estaba perdida en la pantalla de su móvil. Cada vez que leía uno de los mensajes que le llegaban no podía evitar sonreír tímidamente y acto seguido levantaba la vista para asegurarse de que nadie la había visto. Decidí que era momento de parar de observar cuando el puerta de la discoteca nos indicó con la mano que podíamos pasar.   

Entramos en aquel sitio lleno de humo y con la música sonando tan alto que parecía que iba a reventar más de un altavoz. Nos abrimos paso entre la gente que bailaba en la pista para llegar a nuestro sitio favorito en aquel lugar: los sillones. Dejamos todas nuestras cosas en una esquina y nos acomodamos mientras Vittoria y Mark fueron a buscar las bebidas. 

Observé detenidamente la situación. Mientras Kai revisaba en el móvil sus notificaciones, Lucas cogía la mano de Maddie y se acercaba a ella. Ese gesto no me habría preocupado en cualquier otro momento, pero teniendo en cuenta que mi mejor amiga me ocultaba algo era capaz de sospechar de todo. Estaba tan perdida en mis pensamientos que no vi venir el empujón que me dió Kai para llamar mi atención. Le fulminé con la mirada antes de devolvérselo. Empecé a preguntarme si a nuestros amigos les habría pasado algo, pero entonces aparecieron con nuestras bebidas en las manos y un acompañante misterioso que no conocíamos.

– Estas son de Lilly y Mad. – se dijo a sí misma, parándose a pensar cuál iba para cada una. Debió darse cuenta de que todas las miradas se habían dirigido al chico desconocido. – ¡Ay! Perdonad, él es Namjoon, un amigo.