Cerré la puerta y me giré todavía sorprendida por lo que acababa de pasar. Maddie y Jungkook miraban divertidos la escena desde el sofá. Mi cerebro había colapsado, era incapaz de moverme o de pensar en cualquier cosa racional aparte de la palabra "flores".
– ¿Vas a contarnos ya? – preguntó Mad tras un par de segundos.
– Yoongi... – contesté perpleja señalando con las flores hacia la puerta. – Quiere que le acompañe al concierto del pianista.
– ¿Una cita? – dijo Jungkook antes de recibir un codazo por parte de su novia.
Aquello logró sacarme de mi ensoñación y entonces entré en pánico. ¿Qué se suponía que acababa de pasar? Yoongi esperaba con un taxi en la calle y yo aún no sabía ni qué ponerme. Maddie descifró mis pensamientos antes de agarrar mi mano y arrastrarme hasta mi habitación para segundos después, invadir mi armario sin permiso.
– Este vestido es perfecto para la ocasión. – habló antes de tirarme la prenda a la cara. – Vamos, no tienes tiempo que perder.
– Mad, ¿está bien? Ir con él, digo.
– Piensa que es una salida cualquiera con un amigo, ¿sí? No te presiones demasiado y disfruta. – dijo antes de besar mi cabeza y salir por la puerta.
Intenté arreglarme lo antes posible para evitar que Yoongi dejase todos sus ahorros en pagar al taxista. Revisé mi bolso y mi pelo una última vez antes de salir por la puerta con los gritos de ánimo por parte de Jungkook y Maddie como acompañantes. No quise pensar en todo lo que se desataría en mi interior al ver a Yoongi apoyado en el coche, mirando fijamente a la puerta del portal, esperando a que llegase.
– Perdón. – fue lo primero que se me ocurrió decir.
– Dije que esperaría lo que hiciese falta, no te disculpes por eso. – contestó con una voz suave para después tenderme la mano. – ¿Vamos?
Corresponder a ese gesto significaba más de lo que estaba dispuesta a admitir. Era aceptar que realmente me tenía, y que por mucho que quisiera evitarlo, él nunca me dejaría ir del todo. Entramos al taxi con nuestras manos aún entrelazadas, mirándonos con nerviosismo, como si esa fuese la primera vez que salíamos juntos.
– No hacía falta que me regalases flores. – dije para intentar romper el silencio.
– Quería tener un detalle contigo. – respondió tranquilo, sin dejar de mirarme. – Tú siempre los tienes conmigo, ya sabes... Te mereces mucho más de lo que te puedo dar.
– ¿Qué quieres decir? – no pude evitar fruncir el ceño, extrañada por su comportamiento.
Yoongi pensaba en cómo responder a esa pregunta cuando el taxista aparcó el coche frente al auditorio donde se celebraba el concierto de Jarek Szeeman. Corrimos hasta el interior a sabiendas de que llegábamos con el tiempo justo, antes de que se cerrasen las puertas y no dejasen pasar a nadie más. Nos dedicamos una sonrisa cómplice al mismo tiempo que enseñábamos nuestras entradas a la persona del staff que se encargaba de revisar que todo estuviese en orden. Un hombre de mediana edad nos guió hasta nuestros asientos y antes de retirarse, se dirigió hacía mí y comprobó el asiento.
– El señor Szeeman les recibirá al acabar el concierto. Disfruten.
– ¿Cómo que nos recibirá? – susurró Yoongi viendo como el hombre se alejaba.
– ¿Crees que se ha equivocado de personas? – pregunté en voz baja antes de ver como las luces del patio de butacas se apagaban y un gran foco iluminaba el centro del escenario. – ¿Empieza?
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Shetland (Min Yoongi)
Romance¿Serías capaz de aguantar a una persona tan borde? Lilly Williams pensaba qué lo tenia claro, a Yoongi no.