Capítulo 6. Destino Caprichoso.

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Cloe no podía creer lo que estaba escuchando en verdad se quedaría en la calle, ¿Cómo pagaría cinco meses de atraso? es mucho dinero.

Quedó mirando en un punto fijo...
—¿Qué sucedió mi niña?—preguntó María al ver que seguía parada en la puerta sin mover un dedo, Cloe volteó a mirarla con los ojos llenos de lágrimas, con las manos temblando, dejando caer el papel donde constaba la notificación de desalojo.

María la levantó del suelo y comenzó a leerla abriendo muy grandes los ojos.

—¡Oh por Dios! Cloe esto es mucho dinero, ¿Qué vas a hacer?

—No lo sé María, no lo sé —negó moviendo la cabeza desesperada.

—Ve a hablar en el banco Cloe, pídele una prórroga.

—¿Y de dónde sacaré el dinero María si ahora no tengo trabajo?

—Tienes que hacer algo Cloe tu madre te necesita —Cloe rompió más en llanto era lo único que le preocupaba, su madre.

—Iré al banco María, ahora mismo a ver si me dan una solución.

—Ve por favor, todavía tienes tiempo. Cloe se limpió sus lágrimas, cogió su bolso y salió corriendo de la casa para llegar hasta el banco, aprovecharía para cobrar su cheque de liquidación, pensó.

Llegó lo más rápido que pudo, no supo ni como llegó lo hizo, esperó y esperó hasta que por fin el oficial de cuenta que llevaba la hipoteca de la casa de su madre la recibió.

—Tome asiento señorita Adams —ella lo hizo con el corazón en la mano.

—Me llegó una notificación de desalojo si no pagaba en 24 horas la hipoteca de la casa por los cinco meses de atraso.

El agente la miraba fijamente...—Pero es que yo no tengo cómo pagar, mi madre había hipotecado la casa pero ella cayó enferma y yo estoy a cargo, pido un mes más de prórroga por favor para poder pagar, se lo suplico.

—Lo siento señorita Adams pero la verdad es que el banco ya no puede esperar más, de hecho que nuestra política solo espera tres meses y a ustedes ya les dimos dos meses más y aún así no han cumplido.

—Se lo suplico señor mi madre está muy enferma no tengo donde llevarla y no tengo el dinero para pagar la hipoteca.

—Lamento mucho señorita, no puedo hacer nada por usted, si en 24 horas no paga la deuda de atraso lastimosamente tendrás que desalojar la casa.

—¿Podría pagar unos meses y el otro mes pago los otros restantes? —preguntó presurosa y ansiosa de que dijera que si.

—Lo siento mucho las políticas son claras, su madre firmó cláusulas que debía cumplir, tres meses de atraso y ya se embargaba la casa, a usted se le dio un plazo de cinco meses, si no cancela los cinco meses de atraso, el banco ya no la podrá esperar, créeme que lamento mucho su situación, pero yo solo soy un empleado más.

Cloe sujetó su cabeza con ambas manos, sintió desfallecer, su pecho apretaba, le dolía el alma. ¿Cuál era su castigo? ¿Por qué todo esto le estaba sucediendo?

Ella se levantó con las piernas temblorosas, sujetando muy fuerte su bolso, se dirigió luego a la caja para desembolsar su cheque, que era buen dinero pero no lo suficiente para pagar cinco meses de hipoteca.

Salió del banco y miró al cielo, una lágrima rodó por su rostro cayendo hasta el suelo, maldijo una y otra vez al presidente de De Luca Company y a su padre, quién la abandonó a su suerte con su madre y ahora se sentía tan sola ya que no tuvo la dicha de tener un hermano en quien apoyarse, se sentía tan sola en este mundo.

Dulce CaprichoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora