Capitulo 37 Feliz aniversario

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Cloe llevaba puesto unos auriculares escuchado música meneando su culo de un lado a otro, mientras se servía un vaso de leche.

Giancarlo la observó de pies a cabeza parado en el marco de la puerta de la cocina con los brazos cruzados.

—¿Por qué bajas así?— gritó D Luca molesto, sin embargo ella no prestó atención y siguió en lo suyo ya que la fuerte música no le permitía escuchar nada.

Giancarlo negó caminando hasta ella para sacarle los auriculares desde atrás con las dos manos. Cloe brincó del susto y volteó rápidamente hacia Giancarlo.

El enarcó una ceja repasándola con la mirada.

—¿Qué se supone que estás haciendo?— volvió a decir nervioso.

—Tomando leche.— dijo ella moviendo su vaso inocentemente.

—Me refiero a por qué bajas así.— la señaló de pies a cabeza con el mentón.

—¿Y que tiene de malo?— preguntó ella llevando el vaso de leche a los labios despreocupada.

—Que mi amigo Iam casi te come con los ojos.— Bramó y Cloe sin querer le escupió en la cara toda la leche que tenía en la boca, para cubrirse luego con la mano avergonzada por lo que acaba de hacer.

—Ay perdón amor, perdóname.— dijo ella intentando limpiarlo, mientras el solo tomó unas servilletas limpiándose el rostro, suspirando hondo, esa mujer lo iba a matar, todavía se preguntaba que le gustaba de ella, sin contar lo deliciosa que era haciendo el amor, lo cariñosa y atenta sin contar lo hermosa que era, en fin si sabía lo que le gustaba de ella, la respuesta era, todo.

—No los vi, lo juro.— Giancarlo rodó los ojos.

—Eres una despistada y por andar con estas cosas no escuchas nada. Señaló los auriculares.

—A ver señor yo mando en esta casa, no porque tienes la verga gruesa, grande y deliciosa y por estar como estás, un manjar, me dirás lo que tengo o no que hacer o cómo vestir y ya te dije que no escuché ni lo ví, además que tiene mi ropa, no se ve absolutamente nada, sí es sexy lo admito pero no tengo la culpa de que tú tengas una novia tan sensual y sexy.— ella movió las cejas divertida riendo.

El la sujetó rápidamente de la muñeca pegándola a su cuerpo, hundiendo su rostro entre su cuello.— Si tengo una novia muy sensual, pero ella es solo mía y muero de celos cuando te vistes así y te ven. — Cloe rodó los ojos al separarse de él.

—Eso no dices cuándo me llevas al club con esos vestidos sin ropa interior.— comenta ella volteándose nuevamente hacia el refrigerador.

Giancarlo nuevamente la tomó de la cintura pegándola a su duro cuerpo, Cloe sintió el duro bulto refregarse contra su espalda mientras unas fuertes manos la sujetaban muy fuerte de las caderas.

—Eso es distinto, en ese caso los dos queremos y nos gusta. — Giancarlo comenzó a mordisquear la oreja de Cloe y ella se estremeció completa.

—Ahora toma tu vaso de leche pequeña y sube nuevamente arriba que te iré a dar en un momento tu otra ración de leche.— dijo el completamente excitado palmeándola en su redondo y bien formado culo.

Cloe se mordió el dedo índice coqueta girando hacia él.— Lo estaré esperando con ansias señor.— poniéndose de puntitas y dejando un pico en los labios de Giancarlo salió corriendo de la cocina con una sonrisita traviesa.

El se pasó la mano por el pelo masajeando su duro miembro sobre el pantalón para luego negar y caminar nuevamente hasta la sala para despedirse de su amigo y subir a su recámara donde una rica noche lo esperaba.

Dulce CaprichoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora