Capítulo 5.De mal en peor.

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Cloe salió deshecha de la oficina, pasó de largo de la secretaria de Giancarlo quien la miraba sorprendida ya que iba llorando y se preguntó que había pasado.
Cloe bajó hasta su departamento, se topó con la secretaria de Rodrigo que era bastante desagradable.
Sin embargo no estaba de ánimos para saludar y recibir su cara de odio así que solo paso también de largo de ella para dirigirse al baño.
Al entrar lo primero que hizo fue apoyar ambas manos en el lavatorio para intentar calmarse, en su mente solo venía su madre y comenzó a llorar de nuevo.

De nuevo sin trabajo, sin nada, este trabajo era bueno, se repetía una y otra vez en la mente, jamás imaginó que habría personas que llegarán hasta ese punto abusando de la necesidad de otras personas.

Es lo que la gente con dinero y poder hacen, gruñó enojada con la vida, por ser tan injusta con ella, se secó de mala gana sus lágrimas con un pedazo de papel, arregló su cabello y se miró al espejo para ver sus ojos totalmente rojos de tanto llorar, su pequeña nariz y sus labios estaban igual.

Decidió salir así y caminar hasta la oficina donde encontraría a sus compañeros, debía buscar sus cosas para poder marcharse. ¿Que les diría a sus compañeros? ¿Qué le diría a Rodrigo? Se sentía mal, pues no quería dejar el trabajo, se sentía a gusto con ellos.

Entró y tres pares de ojos se posaron en ella ya que Darius el compañero que estaba de vacaciones había vuelto a reincorporarse en el trabajo.

—¿Qué sucedió? — Adara fue la primera quien preguntó y dejó lo que estaba haciendo para acercarse a Cloe y ver que sucedía.
Cloe negó y de nuevo no aguanto las lágrimas.

—¡Nena! —exclamó. Tanto Eric cómo Darius la rodearon para descubrir lo que estaba sucediendo con la bella Cloe.
—Me voy —exclamó sin más.

—¿Qué? —gritaron los tres sorprendidos.
—¿Por qué que sucedió Cloe? ¿Qué te hicieron?

Ella sollozaba sin parar, no le salían las palabras.

—Me despidieron —contestó apenas entre sollozos.

—¿Qué? ¿Cómo que te despidieron Cloe, quien lo hizo, Rodrigo?— Adara preguntaba alarmada y anonadada, los tres estaban en shock, ella negó.

—Fue el dueño.

—¿De Luca? —Era Darius quien indignado preguntó.

Cloe asintió...—¿Pero que fue lo que pasó? ¿Cómo se atrevió? —Era Erick quien ahora cuestionaba el accionar de su jefe.

—Solo no pasé la prueba, eso es todo lo que me dijo— Cloe mintió al respecto. No quería problema, no quería profundizar el tema, solo quería huir de ahí, su estómago se revolvía, su pecho apretaba, estaba desecha.
—No puedes irte, espera a que venga Rodrigo, tiene que haber una explicación, eres excelente Cloe. —afirmó Adara también indignada.

—Nadie puede hacer nada Adara, ya él lo decidió, no creo que Rodrigo puede hacer nada.

—¡Joder!— bramó Darius pasándose la mano por el pelo y lanzando lo primero que encontró sobre su escritorio, desde que vio a Cloe el primer día que volvió de sus vacaciones se enamoró perdidamente de ella, le traía regalos todos los días, desde un chocolate hasta una flor robada del jardín de su madre.

—No puedes irte, hablaré con él —exclamó rabioso.

—No, no lo hagas, de hecho nadie lo hará, nadie perderá su trabajo por mi culpa, les agradezco mucho a todos, por su aprecio y su ayuda estas dos semanas que estuve aquí con ustedes aprendí mucho.

—¡Cloe! —Adara la abrazó y ella siguió derramando lágrimas.

—Esto es una mierda, una estupidez —gritó Darius al igual que Eric.

Dulce CaprichoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora