Capitulo 33 La quiero lejos

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—Ella es mi novia.— Giancarlo se acercó a tomar de la mano a Cloe para presentarla ante la amiga de Carolina.

—Cloe ella Ángela la amiga de Carolina. —Ángela siempre estuvo enamorada de Giancarlo desde que era una jovencita y eso Carolina lo sabía, Giancarlo la conocía desde pequeña, sus padres son muy amigos de la familia D Luca.

—Mucho gusto. — contestó Cloe sin muchos ánimos para no ser descortés.

—Hola. — dijo Ángela de mala gana sin prestarle mucha importancia.

—Te extrañe Giancarlo. — dijo nuevamente volteando hacia él ignorando rotundamente a Cloe, quien negó solamente y se dirigió hasta sus suegros y cuñado, de lo contrario armaría un escándalo que no era propio de ella.

Giancarlo observó a Cloe desde lejos pero ella lo ignoro solamente, en realidad se moría de celos pero lo último que le demostraría era eso, además sabía que esto era obra de su cuñada, quien la odiaba sin motivo alguno.

—Preciosa, ¿Qué te parece Italia?— preguntó de pronto Leonardo sonriendo divertido, mientras Cloe tomó el vaso de vodka que le ofreció su suegra.

—Hermosa. — dijo bebiendo de golpe.

Giancarlo no prestaba atención a Ángela quien hablaba sin parar, solo miraba como su novia reía y hablaba con sus amigos y con su hermano y los celos se apoderaron de él.

—Discúlpame Angi un momento. — pidió el levantando el dedo índice dejándola con la palabra en la boca.

—No deberías beber Cloe. — Susurró Giancarlo en su oído, desde atrás.— recuerda que tú y la bebida no son buenos amigos.

Ella sólo se mantuvo en silencio.

— ¿Estas molesta por algo?— le susurró hundiendo su rostro entre el cuello de Cloe.

—No. — dijo seria. —hablaremos luego Giancarlo porque mejor no vuelves con tu amiguita y me dejas compartir aquí con tus padres y amigos. — escupió molesta, mientras Giancarlo tensó su cuerpo al instante y sintió un sabor amargo, los dos estaban celosos.

— ¿Qué sucede Giancarlo, quieres mimitos?— bromeó Iam y el solo gruñó. — ¿Ya no te cansas de estar todo el día pegado a la pobre de Cloe? Déjala respirar. —Agrego Dante.

—Ven hermano siéntate aquí. — Dante le ofreció un asiento a su lado.

El sonrío y tomó asiento tomando una botella de cerveza que le ofreció su hermano, mientras observaba como Cloe hablaba sonriente con su madre sin prestarle a él la más mínima atención.

Giancarlo no volvió a prestar atención a la amiga de Carolina por más que ella insistía en llamar su atención.

Cloe se daba cuenta de ello y estaba apunto de arrastrarla de los pelos por toda la casa pero se estaba conteniendo para no armar un espectáculo en la casa de sus suegros.

La noche dentro de todo transcurrió divertida conociendo más a su cuñado y a los amigos de éste quienes la hicieron sentir muy bien.

— ¿Por qué estás molesta mi pequeña gruñoncita?— Giancarlo sujetó del brazo a Cloe cuando la vio entrar al interior de la casa, ya que todos se habían marchado, excepto la odiosa de Carolina junto con su amiga, quien se quedaría a dormir.

—Mmm, tal vez porque te extrañe mucho Giancarlo. — dijo ella irónica recordando lo que le había dicho Ángela hace unas horas y el río sujetándola de la cintura.

—No te pongas así amor, ella es solo una amiga la conozco desde pequeña, conozco a sus padres.

—Eso no le quita lo resbalosa. — Giancarlo sonrío sujetándola de la cintura pegándola a su cuerpo.

Dulce CaprichoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora