Capítulo 26. Explorando Fantasía s

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Giancarlo cortó la llamada con su amada Cloe y sonrió recostándose en su silla.

—Quien iba a imaginar que a mi tierna no tan tierna y salvaje novia le gustaría lo rudo, con ese menudito cuerpo aguanta más que muchas.— dijo Giancarlo en vos alta, tocándose la barbilla.

Estaba ansioso porque llegue la noche y poder mostrar a Cloe parte de algo que siempre le gustó y disfrutó más bien le gusta observar, no practica mucho esos gustos pero si le gusta mirar y excitarse, pero ésta noche con Cloe quería disfrutar y también probar.

Siguió concentrado en su trabajo mirando cada tanto la hora en su reloj, y todo su cuerpo y su mente ansiaba por verla a Cloe, no le había dicho nada, ni un solo mensaje, el sonrió al imaginar el rostro desencajado de Cloe al ver lo que le tenía preparado al llegar y encontrar en su casa el paquete que le había dejado.

Ya no soportó más y apagó completamente su ordenador, tomó su chaqueta y bajo hasta el estacionamiento.

Al subir Luke no le saludó como de costumbre de forma burlona, Gian enarcó una ceja ya que le resultaba extraño.

—¿Y a ti que sucede?— preguntó Giancarlo viendo cómo Luke ponía en marcha el auto.

—Nada, ¿Por qué tendría que pasarme algo?— Gian enarcó la ceja.

—Te conozco hace años Luke, se que algo te pasa.

—¿Por qué algunas mujeres son tan tontas?— Luke observó a través del retrovisor a D Luca quien lo miraba sorprendido.

—¿Por qué lo dices?— su chófer negó moviendo la cabeza varias veces.

—¿Cómo puedes dejarte pisotear por alguien, excusándose con la estupidez de que lo amas y que cambiará?— volvió a mover la cabeza en negación.

—Si no me dices lo que sucede amigo no puedo comprenderte.— respondió un Giancarlo inquieto por saber que le sucedía, no era propio de Luke.

—Nada, no me hagas caso es una tontería. —Si tienes algún problema solo debes decírmelo, ¿Lo sabes verdad?

—Lo se jefe, pero en verdad no pasa nada, solo estoy sorprendido por la estupidez de la gente.

Giancarlo bufó recostado en el asiento trasero de su lujoso auto.

—Hay veces que no nos damos cuenta de nada Luke y solo pensamos que lo que hacemos esta bien, como dices excusándonos en la estupidez de que así somos y ya, sin pensar en lo mal que nos hacemos a nosotros mismos.

Luke asintió sin despegar la vista del frente. —¿Llevaste a Cloe a la casa como te pedí?— Luke sonrió y afirmó.

—Claro la bella ya está en la casa de la bestia.— dijo Luke soltando una carcajada, a lo que Giancarlo le dio un golpe en la cabeza desde atrás.

—Tomate la noche libre Luke hoy no te necesitaré. — su chófer lo miro por breves segundos en el retrovisor para luego asentir.

—Gracias. — contestó pero no era el mismo aunque trataba de disimular, algo le pasaba era notorio ante los ojos de Giancarlo.

Llegaron al edificio adentrándose en su estacionamiento privado donde Luke dejaba su auto estacionado también.

—Me llamas si necesitas algo estaré en mi departamento solo.— dijo Luke antes de que Giancarlo bajara.

—Luke eres un buen amigo, te aprecio pero me gustan las mujeres y siempre lo haré.— contestó burlón y Luke soltó una carcajada.

—¡Idiota!— exclamó ante de que su jefe bajara del auto.

Dulce CaprichoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora