Una semana habia pasado desde la boda de Dante y Paula, Cloe andaba muy nerviosa en esos días, Giancarlo seguía extraño, definitivamente algo sucedía con él, pero era momento de aclarar lo que estaba sucediendo, Cloe lo amaba y quería la verdad, ya no más mentiras, no más secretos.
— ¿Te sucede algo nena?— preguntó él mirándola por breves segundos mientras estaban desayunando.
—Mmm no lo sé hace días que me siento extraña. — Cloe se encogió de hombros, no era aún el momento ni el lugar.
— ¿Extraña?— Giancarlo enarcó una ceja mirándola mientras bebía su café.
—No me hagas caso de seguro es el estrés del trabajo, los nervios por lo de la universidad. — aseguró Cloe jugando con la cuchara dentro de su taza.
— ¿Cenamos hoy?— Cloe lo sujetó de la mano sobre la mesa, acariciándolo, Giancarlo sonrió llevando la mano de Cloe a sus labios dejando un dulce beso en ella.
—Si preciosa, claro que sí.— Esos pequeños gestos que tenía con Cloe la reconfortaba como no se imaginaban.
—Prepararé algo especial. — dijo ella mirándolo con ternura, Cloe tenía mucho que contarle, había decidido declinar la oferta de la compañía en México, un motivo muy fuerte la obligaba aquedarse con Giancarlo, además que lo amaba con locura. Cloe quería solucionar sea lo que sea que estuviera pasando entre ellos, no se daría por vencida, él era el hombre con quién quería pasar el resto de sus dias. —Si amor, tenemos mucho de qué hablar. — aseguró Giancarlo con una media sonrisa.
—Yo creo que sí Giancarlo, tenemos mucho que contarnos. — Giancarlo la miró por largos segundos detallándole el rostro, admirando lo hermosa que era. —Tengo algo que decirte Cloe. — soltó de pronto, ella tragó grueso. Estaba segura que era el momento de la verdad.
—Podrías decírmelo ahora. — pidió con un hueco en el estomago, el negó sonriendo para beber un poco más su café.
—Lo haré en la noche Cloe. — ella sintió su corazón latir precipitado, los nervios le estaban jugando en contra, ¿Qué era lo que Giancarlo tenía para decirle?
¿Acaso le diría que ya no la ama y que todo se había terminado entre ellos? Estaba realmente preocupada, tal vez solo debía calmarse y esperar que llegue la noche y escuchar lo que ella tenía que decirle.
—Yo también tengo algo que decirte Giancarlo. — ambos se miraron a los ojos fijamente, era verdad Giancarlo tenía algo importante que decirle y Cloe también.
—Bien, ya tenemos que irnos.— dijo Cloe de pronto poniéndose de pie recogiendo su taza y llevándola a la cocina. Giancarlo imitó su acto.
— ¿Te vas conmigo o en tu auto?
—Me voy en mi auto. — contestó segura, Giancarlo la sujetó de la cintura para pegarla a él y dejar un dulce beso en sus labios. Ella suspiro hondo y él, le acarició el rostro.
—¿Segura que está todo bien?— pregunto nuevamente Giancarlo sin soltarle el rostro.
—Si mi amor todo está bien.— aseguró ella mientras llevaba una de sus manos para acariciarle el rostro.
Luego cada uno se marchó en su auto, primero había llegado Cloe para subir directamente a su oficina.
Estaba muy nerviosa con un nudo en el estómago, esta noche le diría la verdad a Giancarlo y éste podía ser el momento decisivo para la relación, no sabía cómo lo iba a tomar, pero ya no había vuelta atrás.
Ya los exámenes en la universidad habían culminado y como el director había dicho, Cloe terminó los exámenes con los mejores puntajes, ya todo estaba listo, solo esperaba el día de su graduación para recibir su título, eso sería en menos de un mes. Eso la emocionaba bastante.
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Dulce Capricho
RomancePara Giancarlo D Luca todo lo que se trate de una mujer significa un juego, ¿entregar el corazón? No está en sus planes, incluso cuando la mujer más noble y hermosa aparece ante él y le ofrece lo mejor de ella, su amor. ¿Pero sería capaz de do...