—¡Cloe!— escuchó esa voz detrás pero por más parecida que era a la de su novio no lo era, giró para posar sus ojos en unos ojos grises y era nada más y nada menos que Dante D Luca su cuñado que en esta ocasión venía solo al parecer.
La mano le ardía por la tremenda bofetada que le había dado a su nada simpática cuñada.
—¡Hermanito!— Carolina corrió hacia su hermano apretando su mejilla intentando causar lástima, pero Dante no despegó la vista de Cloe, sabía que algo había pasado, sabía que Cloe era una mujer que no se dejaba por nadie según siempre le comentaba su hermano cada vez que hablaban y sabía que no se quedaría sin hacer nada al escuchar a su hermana ofenderla de esa manera.
—¡Dante! Ésta mujer se atrevió a ponerme la mano encima.— Carolina sollozó al pensar que Dante no había escuchado lo que había sucedido y aunque no había escuchado toda la conversación alcanzó a escuchar cuando Carolina le había llamado golfa y eso enfureció a Dante.
—Ahora mismo te disculparas con ella Carolina.— espetó con voz ronca y molesta ya que algo que no toleraba y menos en su familia eran los insultos aunque él había cometido alguna vez un error al haber llamado puta a Paula sin conocerla, hasta ahora se maldecía por ello.
—Pe...pero ella.— intentó replicar.
—Pero nada, no tienes porqué insultar de esa manera a la señorita, ella no te ha hecho absolutamente nada.
Cloe se mantuvo quieta, tensa, con la mandíbula apretada pero sin bajar la cabeza no lo haría ante nadie y menos frente a una niña caprichosa que siempre lo tuvo todo y se creía con derechos de tratarla como quería, eso jamás.
Nadie se atreve a llamarla golfa y salir bien librado.
—No tengo porque disculparme con esa.— escupió nuevamente Carolina más molesta aún porque Dante también la defendía.
—No te preocupes Dante, no puedes pedir al mono que ladre.— dijo Cloe en modo burlón.
—Eres una estúpida.— gritó Carolina cuando Giancarlo y su madre llegaron presurosos al escuchar los gritos y sorprendidos al ver a Dante.
—Dante, hermano, ¿Qué sucedió?— indagó Giancarlo con el ceño arrugado paseando su vista desde su hermana hasta la mujer que lo traía loco.
Se acercó rápidamente a Cloe sin dudarlo.
—¿Nena que sucedió?— pregunto a Cloe.
—La estúpida de tu novia se atrevio a golpearme, ¡Mira!— gritó Carolina intentado hacer quedar mal a Cloe, mientras que Catalina jadeó sorprendida al no creer lo que su hija estaba diciendo, Dante negó moviendo la cabeza y Giancarlo solo miraba a Cloe.
—Y se atrevió a llamarme mono.
—¡Basta!, ¡Basta Carolina!— gruñó Dante molesto.
—Cloe no te hubiera golpeado si tú no la hubieras insultado primero, déjame decirte señorita que bien merecido te lo tienes y segundo no te dijo mono a a ti, solo fue una metáfora aprende a diferenciar.
Carolina jadeo indignada.—¿Qué hiciste que señorita?— cuestionó su madre molesta mirando con mala cara a su hija.
—Ella empezó, ella...—Te callas Carolina, cierra la boca.— grito Giancarlo.
—Mira una cosa te diré.— Giancarlo levantó el dedo índice en modo de advertencia.— A Cloe la respetas porque la respetas y si no te gusta que ella sea mi novia, lo siento mucho, porque lo es, aunque a ti o cualquiera le moleste.— dijo mirando hasta a su madre.
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Dulce Capricho
RomancePara Giancarlo D Luca todo lo que se trate de una mujer significa un juego, ¿entregar el corazón? No está en sus planes, incluso cuando la mujer más noble y hermosa aparece ante él y le ofrece lo mejor de ella, su amor. ¿Pero sería capaz de do...