Prologo

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Escucho atentamente cada nota que emana del piano con los ojos cerrados, recitando mentalmente las notas para ver donde se equivoca y poder corregirla. Por ahora lo esta haciendo muy bien, no con la perfección a la que estoy acostumbrada, pero aún así lo hace de maravilla. Termina de tocar y oigo como suelta el aire que tenia retenido. Sus enormes ojos castaños me miran interrogantes y yo simplemente no pudo no sonreír y asentir. Su pequeño rostro se ilumina y yo le acaricio su castaño cabello. Me levanto del banco del piano y le digo que el ensayo ha terminado por hoy, le prometí a su padre que la dejaría en su casa a las seis de la tarde.

—Julia, ¡has estado maravillosa!

—¡Eso es porque tengo a la mejor profesora del mundo mundial! —Me alaga con ese tono de voz tan alegre y jovial que le caracteriza.

—No me digas esas cosas que me pongo colorada. —Le contesto con falsa molestia.

—El super plan secreto-secretísimo va genial, ¿verdad?

—Va perfecto. Además, tenemos un montón de tiempo para ir mejorando aun más.

—Que ganas tengo de que llegue ese día.

Río por su comentario, anda que no quedan meses para que llegue el gran día.

—Bueno, yo ya me encargaré del resto. Seguiremos practicando mañana, ¿vale?

—No, mañana no. —Julia se ríe—. Mi hermano tiene la final y voy a ir a verle.

—Cierto, y yo tengo ensayos, esa noche trabajo.

—¿No puedes escaparte para ir conmigo?

—Ojala pudiera, pero no. El señor Hiro se pondría hecho una furia si lo hago. Además irás con Melodía.

—Que pena... —Hincha sus mofletes y suelta un bufido.

Vuelvo a acariciar su pelo y le digo de irnos a su casa. El padre de Julia, el señor Blaze, nos alquiló la casa de sus padres cuando nos mudamos a Japón para seguir con mis estudios en música clásica. Mi maestro me dijo que si quería ser una cantante de renombre debía aprender todos los estilos musicales que pudiera. Por eso me envió aquí, a aprender de los mejores. Desde entonces estoy en este país, casi 2 años en los que he tomado a Julia como mi alumna. Sin duda tiene un talento innato tanto para el violín como para el piano.

—Bien, pues en marcha, que luego tu padre me frunce el ceño y me da miedo.

Julia se ríe mientras corretea por la casa de estilo tradicional. Se calza sus pequeños zapatos y espera a que yo me ponga los míos antes de ir a la estación de tren.

Me acurruco entre las sabanas de mi cama todo lo que puedo, hace ya un rato que el despertador ha sonado, pero no tengo ganas de levantarme

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Me acurruco entre las sabanas de mi cama todo lo que puedo, hace ya un rato que el despertador ha sonado, pero no tengo ganas de levantarme. Me obligo a sentarme en la cama y a dar un largo trago al vaso de agua que hay sobre mi mesita de noche y dejo que el agua fresca me espabile un poco. Anoche no dormí demasiado y en lo poco que pude estuve soñando, viéndome a mi misma de pequeña acompañada de alguien de mi misma edad y que no dejaba de pedirme perdón. Me siento sobre el borde de la cama y tomo mi móvil, el brillo me ciega y tengo que apagarlo para que no siga molestándome. Regreso a él, bajándole el brillo al mínimo y miro las noticias, la primera que aparece es la de la final de Fútbol Frontier entre la imbatible Royal Academy y el Instituto Kirkwood.

«Suerte Axel».

Me levanto y me estiro todo lo que puedo, mis articulaciones crujen y hace me que duela el cuerpo. Cuando voy a tomar mi bata oigo pasos acelerados en dirección a mi cuarto. Mi madre entra dando un gran portazo, con la respiración agitada y llorando.

—A-Aria... es tu hermana y Julia. —Toma aire y lo suelta de golpe—. ¡Un camión las ha atropellado!

Mi padrastro conduce todo lo rápido que puede por las calles estrechas de Inazuma en dirección al hospital, aun no salgo del shock en el que me encuentro, estoy temblando como nunca lo he hecho antes.

«Por favor, que las dos estén bien».

Swat aparca en el subterráneo del hospital y bajamos del coche corriendo para ir a urgencias. Nada más llegar mi madre pregunta por Melodía, mi hermana, y le dicen que está en el quirófano. Mi padrastro me abraza y yo rompo a llorar. Mi madre también me abraza y no deja de repetir que todo va a salir bien.

—¿Qué ha pasado?

Me libero de los brazos de mi familia y veo a Axel, esta pálido y respira con mucha dificultad. Ha debido de venir corriendo desde el estadio y no es que esté precisamente cerca. Me acerco a él poco a poco, como si fuera un animal asustado, tienen la mirada perdida y parece algo desorientado. Lo abrazo con fuerza y los dos lloramos. Mi padrastro nos lleva hasta los asientos donde nos sentamos uno al lado de otro sin soltarnos. Axel me acaricia la espalda mientras recita una y otra vez "por favor, que estén bien". A los pocos minutos vemos aparecer a su padre. Axel se levanta como un resorte y va a su lado, su padre también esta fuera de sí. Se sienta en la primera silla que ve, se lleva las manos a su oscuro cabello y empieza a estirárselo. Su tío también lo hace cuando está frustrado y preocupado.

Las horas pasan y no se sabe nada ni de Melodía ni de Julia. Puedo oír a mi padre gritar a través del teléfono de mi madre que lo sostiene entre sus manos temblorosas. Un médico aparece y dice el nombre de mi hermana. Nos levantamos y corremos a su encuentro. Mi madre pone el altavoz del teléfono. La expresión seria del médico me atemoriza, pero finalmente se suaviza.

—La operación ha ido muy bien. —Todos respiramos aliviados—. Tiene un brazo fracturado y varias contusiones, pero nada de lo que preocuparse. Es una joven muy fuerte. Se pondrá bien.

—Muchísimas gracias doctor. —Mi madre llora mientras es abrazada por mi padrastro. Yo también lloro de alivio.

—Doctor, soy Ame Merodi, el padre de Melodía. —Su voz sigue sonando imponente a través del altavoz del teléfono—. Quiero la mejor atención para mi hija, me da igual lo que cueste, quiero que la atiendan sus mejores médicos.

—Así se hará señor. Podrán visitarla en un rato. Vamos a llevarla a reanimación.

Tanto mi madre como yo caemos rendidas en las sillas de la sala de espera, mi madre pasa sus brazo por mis

hombro y me acerca a ella, puedo oír como su corazón late con fuerza y velocidad. El momento de paz dura poco.

A los cinco minutos otro medico nos comunica que Julia Blaze está en estado de coma y que desconocen cuando

despertará.

Hola, cuanto tiempo, ¿no?

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Hola, cuanto tiempo, ¿no?

La verdad es que no cuanto tiempo ha pasado desde que retire este fanfic. Me ha llevado mucho tiempo darle la forma que quería, incluso me he llegado a atascar durante meses en un solo capítulo y otros tantos ni escribía. La verdad aún no está terminado, los capítulos finales aún están siendo escritos y conociéndome seguro que iré cambiando cosas conforme las vea, pero dije que para verano publicaría y bueno, ya es verano. Así que aquí tenéis el prólogo y además, 5 capítulos para que vayáis pillando las ganas. 😊

Espero que disfrutes leyendo este fanfic, lo he escrito con todo mi amor y pasión por esta franquicia. Y por favor, si has leído este fanfic no spoileis al resto. 🙏

Y por último, dar las gracias a @Billy272 por corregir los capítulos. Por favor, pasad por su perfil y leer su historia: Inazuma Eleven Go: ¡Mundial, allá vamos!, porqué como le dije, era el mundial que nos merecíamos (sin desprestigiar a Galaxy, por supuesto).

Muchas gracias y nos leemos. 

Inazuma eleven: La jugadora maldita.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora