Kathsuya Blaze se encuentra parado junto al portón de lo que una vez fue "su casa". Para poder entrar tiene que reunir todas las fuerzas posibles. Y ya no es que le queden muchas. Toma aire y tira de la cuerda de la campana, pero se queda con ella en la mano. Suspira de frustración y aprieta sus puños. Vuelve a tomar aire y tira del picaporte de la puerta hacia abajo. La puerta cede y se abre. Indeciso entra al interior de la propiedad, "Arreglo el grifo y me voy corriendo" se dice así mismo para convencerse. Camina por el exterior de la vieja casa de estilo japonés. Sus cientos de años cuentas muchas historias, pocas alegres y muchas trágicas. Gira la primera esquina y ve a madre e hija en el patio, arrodilladas frente a los que en un pasado fue un hermoso rosal. Lira es la primera en darse cuenta de su presencia.
-Siento haber entrado sin avisar. La campana se ha roto.-Le muestra la campana y la cuerda.
-No se preocupe. Gracias por haber venido.-Lira se levanta del suelo y se acerca a él.-Podríamos habernos encargado nosotros.
-No, soy vuestro casero y yo me ocupare.-Lira asiente ante sus palabras. No puede evitar mirar los rosales, muchos de ellos están casi recuperados.
-Son preciosos. Sabe, es la única flor a la que Aria no le da alergia.
-No me diga...-Mira a Aria, la cual sigue cortando tallos de los rosales.
-Sí, esperamos tenerlos recuperados dentro de poco. La verdad, parecen que están chamus...
El llanto de un bebe se oye por toda la casa.
-Ah, discúlpeme.-Lira sale corriendo en busca de su bebe.
Mira una vez más los rosales, los odia con toda su alma.
-Debería de haberme asegurado de haberlos quemado del todo.-Se dice así mismo.
-No entiendo porque lo hiciste. Ellas te protegieron siempre, no merecían ser quemadas.-La voz de Aria llega a sus oídos, su tono mordaz hace que pierda la paciencia.
-¡Oiga, señorita Merodi, entiendo que aun este enfadada por lo del teatro, pero no es quien para...!
Aria Merodi se gira y se quita lo que parecen unos auriculares. Sus expresión de sorpresa no pasa desapercibida para el adulto. Pero lo que más le sorprendió fue ver cómo sus ojos cambiaban de rojo a verde.
-Ah, señor Blaze. Buenas tardes. Ha venido por el grifo, ¿no? Mi madre esta...-Se gira hacia la dirección donde antes se encontraba su madre.-¿Dónde esta?
-Ya estoy aquí, perdón por hacerle esperar.-Lira aparece con su niño en brazos.-Aizen se acaba de despertar de su siesta.-El pequeño balbucea algo.-Le guío hasta la cocina.
No puede apartar la vista de Aria, intentando buscar una explicación a lo que acaba de pasar.
-Señor Blaze, ¿se encuentra bien?, no tiene buena cara.-Aria se levanta y da unos pasos hacia él, pero la detiene.
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Inazuma eleven: La jugadora maldita.
FanfictionAria Merodi es una cantante de ópera de renombre. A su corta edad ha cantado en las más importantes óperas del mundo para la gente más importante del mundo. Con su llegada a Japón decide unirse al equipo de fútbol del Raimon. En el mundo de la ópera...