Capítulo 22: Demolición

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Kathsuya Blaze se encuentra parado junto al portón de lo que una vez fue "su casa"

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Kathsuya Blaze se encuentra parado junto al portón de lo que una vez fue "su casa". Para poder entrar tiene que reunir todas las fuerzas posibles. Y ya no es que le queden muchas. Toma aire y tira de la cuerda de la campana, pero se queda con ella en la mano. Suspira de frustración y aprieta sus puños. Vuelve a tomar aire y tira del picaporte de la puerta hacia abajo. La puerta cede y se abre. Indeciso entra al interior de la propiedad, "Arreglo el grifo y me voy corriendo" se dice así mismo para convencerse. Camina por el exterior de la vieja casa de estilo japonés. Sus cientos de años cuentas muchas historias, pocas alegres y muchas trágicas. Gira la primera esquina y ve a madre e hija en el patio, arrodilladas frente a los que en un pasado fue un hermoso rosal. Lira es la primera en darse cuenta de su presencia.

-Siento haber entrado sin avisar. La campana se ha roto.-Le muestra la campana y la cuerda.

-No se preocupe. Gracias por haber venido.-Lira se levanta del suelo y se acerca a él.-Podríamos habernos encargado nosotros.

-No, soy vuestro casero y yo me ocupare.-Lira asiente ante sus palabras. No puede evitar mirar los rosales, muchos de ellos están casi recuperados.

-Son preciosos. Sabe, es la única flor a la que Aria no le da alergia.

-No me diga...-Mira a Aria, la cual sigue cortando tallos de los rosales.

-Sí, esperamos tenerlos recuperados dentro de poco. La verdad, parecen que están chamus...

El llanto de un bebe se oye por toda la casa.

-Ah, discúlpeme.-Lira sale corriendo en busca de su bebe.

Mira una vez más los rosales, los odia con toda su alma.

-Debería de haberme asegurado de haberlos quemado del todo.-Se dice así mismo.

-No entiendo porque lo hiciste. Ellas te protegieron siempre, no merecían ser quemadas.-La voz de Aria llega a sus oídos, su tono mordaz hace que pierda la paciencia.

-¡Oiga, señorita Merodi, entiendo que aun este enfadada por lo del teatro, pero no es quien para...!

Aria Merodi se gira y se quita lo que parecen unos auriculares. Sus expresión de sorpresa no pasa desapercibida para el adulto. Pero lo que más le sorprendió fue ver cómo sus ojos cambiaban de rojo a verde.

-Ah, señor Blaze. Buenas tardes. Ha venido por el grifo, ¿no? Mi madre esta...-Se gira hacia la dirección donde antes se encontraba su madre.-¿Dónde esta?

-Ya estoy aquí, perdón por hacerle esperar.-Lira aparece con su niño en brazos.-Aizen se acaba de despertar de su siesta.-El pequeño balbucea algo.-Le guío hasta la cocina.

No puede apartar la vista de Aria, intentando buscar una explicación a lo que acaba de pasar.

-Señor Blaze, ¿se encuentra bien?, no tiene buena cara.-Aria se levanta y da unos pasos hacia él, pero la detiene.

Inazuma eleven: La jugadora maldita.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora