Mark se dirige a mi mesa con la cabeza cabizbaja, me pide hablar a solas y yo acepto. Por su tono de voz apagado, creo que ha hecho o dicho algo a Axel. Cuando estoy por salir miro a Axel que me pregunta encogiéndose de hombros, yo hago lo mismo como respuesta. Caminamos por los pasillos callados. Le sigo hasta quedar debajo de uno de los huecos de las escaleras.
—¿Qué pasa, Mark?
—Ya se el porqué de que Axel no juegue al fútbol.
—Oh, ya...—Entre los dos se instala el silencio.
—¿Tu hermana esta bien?
—¿Melodía? Sí, ella tuvo mucha suerte. El camión les pillo por sorpresa, intentó empujar a Julia para sacarla de la carretera, pero no pudo. El mayor impacto se lo llevo la pequeña Julia, mi hermana se rompió el brazo y algunas magulladuras. Pero ya esta totalmente recuperada, físicamente... A veces, se queda como mirando a la nada. Cree que si hubiera sido más rápida a Julia no le hubiera pasado nada.
—¿Estáis muy unidos?, ¿su familia y la vuestra?
—Sí, a Julia la tengo como mi aprendiz, es a la que más unida estoy. Ha sacado el don musical de su tío abuelo y de su madre que en paz descanse. Yo llegué aquí hace casi dos años para aprender ópera clásica. La familia Blaze nos recibió con los brazos abiertos y se ha portado de maravilla con nosotros. La casa en la que vivo ahora con mi familia nos la alquiló el padre de Axel. Esa familia ha sufrido mucho y no entiendo el porqué, son unas personas maravillosas.
—Me siento fatal, no he parado de insistirle. Le seguí hasta el hospital ayer.
—Supongo que eso explica el que ayer estuviera más callado y ausente de lo normal. Ni mi hermana consiguió hacerle hablar, y eso que ellos dos se llevan muy bien. —Miro a Mark detenidamente, parece verdaderamente arrepentido por lo de ayer—. ¡Ey!, no te preocupes, no se lo tomó a mal, si no me lo hubiera dicho. Además, puede que sea lo que necesite... ya sabes, alguien ajeno a todo eso para desahogarse. No habla mucho del accidente, ni de nada. Se lo calla todo y eso le hace mal.
—Le aprecias mucho, ¿verdad? —Una media sonrisa se dibuja en su rostro.
—Es un buen chico, pero la coraza que se ha creado con el paso del tiempo le hace ver inaccesible, pero se que en su interior hay una persona muy apasionada con lo que más le gusta.
El timbre suena y debemos volver a clase, pero antes de irnos, Mark me sujeta del codo y me pregunta si quiero unirme a su club de fútbol.
—Si él lo hace yo también lo haré, te lo prometo.
No hay nada mejor para terminar el día que un largo baño. El agua está en su punto, caliente, así es como me gusta a mí. Oigo como mi hermana vuelve a golpear la puerta por tercera vez, metiéndome prisa para que termine.
«Ojalá un baño para mi sola».
Cierro los ojos y me hundo en la bañera, los golpes y gritos de mi hermana se opacan por el agua. He oído que el Raimon va a tener otro partido, esta vez contra el Occult. El año pasado les vi jugar por la televisión y fue un partido raro, raro porque solo duro media hora, la Royal acabo con ellos en un pis-pas. Espero que este partido les vaya mejor.
«O que ocurra otro milagro».
Decido salir ya de la bañera. Me pongo una toalla y salgo por la puerta. Mi hermana me mira con el ceño fruncido. Si no nos lleváramos un año, podríamos pasar por gemelas. Las dos somos muy parecidas. Ambas tenemos el pelo muy largo y oscuro, los ojos verdes, de la misma estatura y complexión física. Solo nos diferenciamos en el estilo de ropa, me van más lo colores cálidos y brillantes, mientras que a ella le van más los oscuros; la inteligencia, ella es mucho más inteligente que yo; y la forma de expresar sentimientos y relacionarse, en eso sí que somos como la noche y el día. Ella es callada y seria, y yo todo lo contrario. Aún así, tener una hermana un año mayor que tú es una bendición. Poder hablar con ella de forma tan cercana y tan sincera sobre cualquier tema: música, moda, hobbies, estudios, chicos... todo. No puedo vivir sin mi hermana mayor.
—Ahí tienes el baño, Cuatro Ojos. –Le lanzo una sonrisa maliciosa. Odia que le llame Cuatro Ojos.
—Ya era hora, gallito.
—¿Gallito? —«No querrá decir que desafino, ¿verdad?» Miro su sonrisa con sorna—, ¡yo no desafino, empollona!
—¡Cucaburra!
—¡¿Qué me has llamado?!
Me acomodo la toalla y me pego a ella, frente con frente, mirando sus ojos verdes. Lanzo un gruñido por lo bajo, para que solo ella lo escuche. Sabe lo que se avecina. Nos enzarzamos en una pelea mientras seguimos injuriando sobre la otra. La disputa sigue cada vez caldeándose más. Estamos llegando a palabras que rozan lo prohibido en casa. Lo siguiente que sucede es muy violento: mi hermano pequeño, asustado por lo gritos, llegó al pasillo en el que estábamos con los ojos cristalinos y con la voz casi quebrada. Un "hermanitas, por favor, no pelear" sale de su boca varias veces. Y después de eso, se lanza a por nosotras para intentar separarnos, primero a mi hermana y luego a mí, pero, al intentarlo por mi lado se llevo por delante la toalla (la cual ya estaba algo suelta por la pelea), dejándome desnuda en medio del pasillo.
Mi hermana le tapa los ojos al pequeño y yo me quedo estática en el lugar, pero reacciono cuando oigo la voz de mi padrastro muy cerca (al principio del pasillo, vamos). Suelta un grito al verme y se gira inmediatamente para irse. Me miro a mi misma y tras un grito más alto aun que los anteriores, cojo la toalla y vuelvo a encerrarme en el baño. Tras esto llega mi madre a pedir explicaciones del jaleo que hemos creado en muy poco tiempo. Después, golpea la puerta del baño y me pide que la abra. Tras hacerlo me pasa un albornoz blanco con sus iniciales bordados.
«Tengo que comprarme uno de estos, se acabó salir con la toalla».
—¡Muy bien jovencitas, estáis castigadas! ¡Siempre estáis igual. No sois unas crías pequeñas, así que comportaros. Deberíais de dar ejemplo a vuestro hermano pequeño, no asustarlo. Miradlo, pobrecito mío. —Lo coge en brazos y le da besitos en la cabeza—. Ya esta mi amor. Ya no se van a pelear más, ¿verdad chicas?
Mi madre nos lanza una mirada acusadora. Miro a mi hermana y ella me mira por el rabillo de sus grandes ojos. A los pocos segundos estamos las dos riéndonos, sujetándonos la una a la otra. otra.
He aquí los primeros 6 capítulos. Por ahora, ¿Qué os está pareciendo?
Como podéis leer, la historia ha cambiado un poco. La relación entre Axel y Aria es mucho más cercana. La verdad, no tenía mucho sentido que no se conocieran por el tío abuelo de Axel, así que decidí cambiar eso. No es el único cambio, poco a poco irá habiendo más, ya lo veréis. Pronto publicaré el siguiente.
Nos leemos. 😘
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Inazuma eleven: La jugadora maldita.
FanfictionAria Merodi es una cantante de ópera de renombre. A su corta edad ha cantado en las más importantes óperas del mundo para la gente más importante del mundo. Con su llegada a Japón decide unirse al equipo de fútbol del Raimon. En el mundo de la ópera...