Abro la puerta de mi casa y entramos. Nos dirigimos al salón cuando oigo a alguien tocar el violín.
"Mamá estará ensayando".
Invito a Axel a que se siente en el sofá mientras yo voy a por algo para los dos. Recuerdo que ayer compramos chocolate para hacer y hago dos tazas. Salgo al salón y veo que Axel tiene un marco de fotos entre sus manos que deja después en su sitio. Me siento a su lado y le ofrezco la taza. Me da un gracias casi inaudible, y, a la vez, le damos el primer sorbo a nuestras tazas.
-¿Puedes hablar?, por que yo casi que no.
-Admito que me duele un poco la garganta. Esto de gritar sin calentar la voz es criminal.
-Tu madre esta ensayando, ¿no?
Asiento a su pregunta.
-Es una melodía preciosa.
Sonrío en muestra de agradecimiento. Mi madre sigue en la sala de música tocando. Estará tan concentrada que no nos habrá oído llegar y eso que la puerta tiene un dispositivo conectado a la sala de música que avisa si ha entrado alguien o no. Carraspeo un par de veces para intentar recuperar la voz. Después vuelvo a entonar una canción como mi maestro me había enseñado y ya vuelvo a tener voz.
-Bueno, Axel. Ven. Intentaremos ahora contactar con Amadeus.
-¿Ahora?-Dice sorprendido.
-Sí, ahora.
Salimos del salón y nos dirigimos al despacho de mis padres. Nos dirigimos directamente hacia el escritorio donde esta el ordenador de sobremesa. Nos sentamos frente a este y enciendo al ordenador. Cuando se inicia se ve de fondo de escritorio una foto mía y de Melodía cuando eramos muy pequeñas y yo... estaba pringada de chocolate y con una sonrisa de psicópata realmente espeluznante. Axel empieza a aguantarse la risa por la imagen y yo le propino un golpe en el hombro. Busco el programa de viedollamadas y cuando lo encuentro lo abro y pongo en el buscador el nombre de Amadeus. En cuestión de segundos ya lo estoy llamando y al cabo de unos toques, alguien recibe la llamada.
-Aria, ¿eres tú?, no me lo puedo creer. Que de tiempo, ¿Cómo estas?
-¿Sophie?
Sophie, la prometida de Amadeus, esta en la pantalla de mi ordenador con su gran sonrisa blanca como la nieve, y con su pelo oscuro rizado brillando. Al principio esta mujer no me callo nada en gracia. La veía tan superficial y materialista. Era todo lo contrario a Amadeus. Pero como dice por ahí, los polos apuestos se atraen y esos dos se enamoraron perdidamente y aprendieron mucho el uno del otro. Ahora son tal para cual.
-Que guapa estas. Como has crecido. ¡Oh! Veo que no estas sola. ¿Quien es?, ¿tu novio?, ¡Ah!, ya veo, queréis la aprobación de Amadeus, jajaja. Que monos que sois. Aria, Amadeus te dijo eso en broma, jajaja.
-¿Q-que?, no, no, no. Es un amigo. -Miro a Axel para buscar ayuda, pero este me mira con una sonrisa ladeada.
-No somos pareja, señorita. -Contesta también Axel a Sophie.
-Oh, ya veo... Bueno. Supongo que queréis hablar con Amadeus, ¿verdad?
-Sí. -Contestamos los dos a la vez.
-¡Oy! Que monos que sois, ¿seguro que no sois pareja?
-¡¡Que no!! Llama a Amadeus, por favor.
Con una risa en los labios se levanta de la silla y desaparece de nuestra vista. Suspiro desesperada. Me atrevo a mirar a mi compañero por el rabillo del ojo y observo que me esta mirando. Cuando nos damos cuenta, apartamos la mirada enseguida.
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Inazuma eleven: La jugadora maldita.
Fiksi PenggemarAria Merodi es una cantante de ópera de renombre. A su corta edad ha cantado en las más importantes óperas del mundo para la gente más importante del mundo. Con su llegada a Japón decide unirse al equipo de fútbol del Raimon. En el mundo de la ópera...