Capítulo 4: ¿Nos haces un favor?

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El equipo del fútbol del Raimon me mira de arriba a bajo como si fuera un extraterrestre y eso, junto con el horrible olor de la vieja caseta del club de fútbol, hacen que me sienta muy incómoda.

«¿Y si me quieren hacer daño?»

Mark me ofrece un poco de té que acepto, al menos tapará el mal olor de este lugar. Doy el primer sorbo del té de rosas, es mi favorito de todos, y además es la única flor que no me da alergia. Espero pacientemente a que sean ellos los primeros en hablar. Aunque ya se lo que quieren. Es Mark quien empieza ha hablar.

—Oye Aria... ¿Puedo llamarte así?

—Sí, no hay problema. Y no.—Corto de raíz la conversación.

—¿No?

—Queréis que convenza a Axel Blaze para que se una al equipo, ¿no? —Todos asienten—. Pues no, no lo voy ha hacer.

—¿Por qué no?

—Mark, no debes de insistirle a Axel. Él no funciona así. Si quiere volver a jugar te lo dirá. Si no, respeta su decisión.

—¿Al menos nos puedes decir por qué no juega?, ¿esta lesionado o algo?

—Lo siento, pero eso es algo muy personal. No puedo decirlo.

Mi ojos se empañan al recordar a Julia, la echo tanto de menos. Suelo ir a verla una vez cada semana y le comento como va nuestro Super plan secreto-secretísimo.

Me levanto antes de empezar a llorar y me despido de todos ellos, no sin antes desearles suerte. Pero antes de irme, miro a Mark, su mirada clara y la pasión que desprende puede hacer que Axel vuelva a ser el de antes.

—Sabes Mark, creo que solo tu puedes hacer que Axel vuelva a jugar. Ya lo hicisteis una vez. —Le muestro una pequeña sonrisa antes de irme de la caseta.

 —Le muestro una pequeña sonrisa antes de irme de la caseta

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La Ribera del Río es un lugar que me trasmite tranquilidad. Ver como el río desciende lentamente arrastrando el agua mientras produce sonido es muy relajante.

«Muy ASMR, como diría mi madre».

También aprecio la sonrisa de los niños cuando llegan al parque que hay y se reúnen todos para jugar a los piratas o a las invasiones espaciales. Y como no, ver como equipo de fútbol del Raimon entrenar duramente gracias a las nuevas energías que han obtenido tras el partido contra la Royal.

Recibo el mensaje de mi madre y le contesto, por nada del mundo no lo haría, eso seria el fin de mi libertad. Miro el reloj del móvil, he quedado aquí con Axel para después volver juntos. Cada día, después de clases, aprovecha para ir a visitar un rato a su hermana. Solemos quedar en el teatro, pero tras el partido, he decidido que le esperaría aquí, a ver si así al verles jugar recapacita.

«Como si eso fuera posible».

Resoplo de frustración y sigo observando el entrenamiento. Mark desprende una energía muy contagiosa, sinceramente, se me pasa por la cabeza unirme a ellos mientras entrenan.

—Bueno, nada me lo impide y por lo que veo, Axel va para largo. —Me levanto y me acerco al campo mientras saludo a los chicos. Estos me devuelven el saludo y Mark se acerca a mi—. ¿Os importa si juego un rato con vosotros? Creo recordar como se juega.

—¿Tu quieres jugar? —Me pregunta incrédulo.

—Sí, pero solo será un rato. ¿Me dejáis? —Muestro una gran sonrisa.

—¡Por supuesto Aria!, ¿pero vas a poder jugar con esa ropa?

Observo mi ropa, me he cambiado en el teatro, así que ahora mismo llevo unos vaqueros, una camisa de manga larga de canalé negra y unas zapatillas normales y corrientes.

—No te preocupes. Estoy bien así. —Le aseguro.

—Bien, ¿Dónde quieres jugar?

—Centrocampista, por favor.

Me pongo en mi posición y Silvia, la gerente del club pita el inicio. Durante el partido logro hacer algún que otro barrido y robar el balón varias vences. Muchos me dicen que están sorprendidos con el nivel de dominio de balón que tengo.

«Si ellos supieran...»

Con el balón en mi poder, Mark me anima a que chute a portería, así que tomo carrerilla y tiro a puerta con todas mis fuerzas pero el balón termina desviándose por encima de esta y termina sobre el puente, donde Axel lo observa todo.

—¡Anda!, ya era hora. Estaba jugando mientras te esperaba.—Voy hacia mis cosas y las recojo—. Mark, me he divertido mucho. ¡Muchas gracias!

—A ti, Aria. Por cierto, deberías de unirte a nuestro club.

—Ya veremos, Mark, ya veremos.

Inazuma eleven: La jugadora maldita.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora