Capítulo 31: Enfrentamiento directo.

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Ya es sábado. Finalmente no asistiré al partido como dije, aun que algunos compañeros y mi familia han insistido que vaya, pero he preferido quedarme a ensayar. La fiesta de los Sharp es esta noche y no quiero decepcionarlos. Ayer me dijeron que han contratado una pequeña orquesta para que me acompañe, así mi familia no tendrá que trabajar y podrá disfrutar de la fiesta. Cansada de estar tantas horas ensayando decido tomar un descanso. Salgo al salón y enciendo la tele y da la casualidad de que esta justo en el canal donde se retransmite el partido. Van por la mitad del primer tiempo y aun no han marcado ninguno de los equipos. Me doy cuenta de que Willy esta jugando y además enserio. Me quedo boquituerta al verle, no me lo esperaba. El primer tiempo acaba en empate. Entra los anuncios y a mi me da tiempo de ir a la cocina a por algo de comer y de beber, cuando vuelvo ya han acabado los anuncios y los equipos ya están en el campo. El árbitro pita el inicio del segundo tiempo. Observo como se desarrolla el partido, el Otaku se mueve de forma extraña por el campo, aparecen sandias de la nada y la cubren la portería con polvo haciendo que los tiros falle, además ya han marcado un gol a Mark. A pocos minutos del final, se descubre la trampa de equipo rival, por lo que veo y oigo del comentarista, el Otaku aprovechaba la polvareda para desplazar la portería para que no entraran los balones.

-¿Y el arbitro no dice nada?

Sigo viendo el partido embobada, Kevin ejecuta su Remate dragón que ayudado por Willy entra de lleno en la portería. Pego un grito al ver a Willy en el suelo, veo como el servicio de emergencias lo saca del campo y lo sustituyen por Bobby. El partido continua y finalmente ganamos por 2 a 1. Apago la tele y suspiro. El equipo lo esta dando todo para ganar, incluso Willy, finalmente he hecho bien en dejarlo. Me levanto del sofá y vuelvo a la sala de música a practicar.

La noche llega y una limusina nos recoge para llevarnos a la mansión de los Sharp. Observo a mi familia: mis padres charlan animadamente sobre el partido, como intentando hacerme ver lo divertido que es. Mi hermana en cambio está en absoluto silencio, mirando por la ventana y dando golpecitos nerviosos con su dedo índice. Parece enfadada. Le pregunto si esta bien y ella me contesta de forma seca que está bien. Llegamos a la mansión Sharp y mi hermana es la primera en bajar y dirigirse a paso acelerado hacia el interior. Miro a mi madre con expresión interrogante para preguntarle si sabe lo que le pasa y ella se encoge de los hombros. Un hombre uniformado nos acompaña al interior. El señor Sharp nos recibe con una gran sonrisa y nos acompaña hasta nuestra mesa. Mientras charla con mis padres, observo el lugar donde me encuentro, es un enorme salón con grandes vidrieras decoradas con unas cortinas rojas y doradas, tres impresionantes lámparas de araña cuelgan del techo iluminando toda la estancia, el suelo está tan reluciente que me puedo ver reflejada en él, centenares de personas hablan, ríen y discuten. Sigo sentada en mi silla, hasta que mi madre me dice que ya es la hora. Acompañada por Sharp padre e hijo llegó a un pequeño escenario donde esta la orquesta que me acompañara durante una hora. El señor Sharp da un pequeño discurso y después me presenta. Sus invitados me aplauden y yo hago una pequeña reverencia en modo de agradecimiento. Empiezo a cantar la primera canción de mi repertorio y todo el mundo se calla para escucharme, es como si los embrujara, como si hablar cuando yo canto fuera una gravísima falta de respeto, aunque en parte se lo agradezco. Termino con la última canción y se hace un silencio algo incomodo para mi. Nadie se mueve ni un centímetro. Es Jude Sharp quien empieza a aplaudir y después le sigue el resto de sus invitados. Vuelvo ha hacer una reverencia de agradecimiento y bajo del escenario. La orquesta sigue tocando y yo me dirijo a la mesa de mis padres para beber algo. Mi familia nada más verme me aplaude y me felicita por mi actuación. Me asiento en mi silla y doy un gran trago al vaso de agua que mi madre me ofrece. Jude Sharp se acerca a mi mesa y yo me levanto.

-Muchas gracias por haber aplaudido. Cuando he visto que nadie lo hacia, pensaba que no les había gustado.

-¿Cómo no les va a gustar verte actuar?, eres Aria Merodi, lo has dejado mudos y hechizados con tu voz, eso es lo que ha pasado. Por cierto, gracias por haber venido.

-No tienes que agradecerme nada, ni tu, ni tu padre. Ha sido todo un placer.

-Bien. Que disfrutes de la fiesta. ¡Ah!, por cierto, ¿Qué ha pasado que hoy no has jugado?

-Ya no estoy en el equipo.

-Ya veo... si quieres puedes unirte al mío.

-No gracias, he dejado de jugar.

Jude me mira con una expresión de sorpresa. Asiente con la cabeza a mi revelación y después se marcha. Camino por el lujoso salón y recibo las felicitaciones del resto de invitados, algunos me piden que me haga una fotos con ellos y otros que les firme un autógrafo, lo hago con mucho gusto. Me acerco a la mesa de las bebidas y pillo una copa de champagne, pero mi padrastro aparece de la nada y me la cambia por agua con gas. Doy un trago a la copa y siento como el gas me hace cosquillas en la garganta.

"Odio el agua con gas".

Dejó la copa apartada del resto y cuando me doy la vuelta choco con un hombre muy alto y muy delgado. Aun siendo de noche y estando en un lugar cerrado lleva unas gafas de sol alargadas.

-Aria Merodi, ¿me equivoco?

-N-no.-Tragó con dificultad. Da mucho miedo.

-Encantado de conocerte, soy Ray Dark, el entrenador de la Royal Academy.-Asiento con la cabeza. Su apariencia me intimida mucho.-Verá, me gustaría proponerle algo. Quiero que se una a mi equipo, conmigo no debes de tener miedo a jugar con todo tu potencial. Podría convertirte en una de las jugadoras de fútbol más importantes del panorama actual del fútbol juvenil. En mi equipo no tendrás que tener miedo a que te juzguen por lo que tienes que hacer para jugar.

-¿Lo...Lo sabe?- Mi cuerpo empieza a temblar.

-Claro que lo se, se que te llaman La jugadora maldita por qué...

-¡Señor Dark!

Mi hermana aparece de la nada y arremete contra él. Oigo como Ray Dark chasquea su lengua en señal de fastidio.

-Señorita Melodía Merodi, ¿en que puedo ayudarte?

-¿¡Qué significa esto!?- Mi hermana saca un folio de su bolso y se lo estampa en el pecho. el señor Dark lo lee.

-Son los presupuestos de este año de los clubes.

-Señor Dark, este año se han visto grandes reducciones en los presupuestos de los clubes excepto en el del club de fútbol, que se ha visto aumentado. Exijo una explicación. -Mi hermana está roja por la rabia.-¡¡Ahora!!-Los gritos de mi hermana han hecho que varios invitados se den la vuelta para observarnos.

-Eso a usted no le importa.-Le dice con voz desafiante. 

-¿¡Como que no me importa!? Soy la presidenta del consejo estudiantil, claro que me importa. Señor Dark, por el bien de la Royal Academy le pido que abandone su puesto de director.

Nada más terminar de decirlo, Ray Dark comienza a reírse de una forma seca y macabra.

-Señorita Merodi, no se meta en mis asuntos.-Lo dice de una forma que temo por mi hermana. Me acerco a ella y le pido que se detenga.-Hágale caso a su hermana.-A través de sus gafas puedo ver como me examina de arriba a bajo. Melodía se interpone entre él y yo.

-Aléjese de ella. Señor Dark, no se lo volveré a decir, o abandona su puesto como director o cambia los presupuestos o...

-¿O qué señorita Merodi?, ¿Cómo me va a amenazar?

-Ya lo verá, ya lo verá.-Mi hermana me toma de la mano y me saca de ahí a rastras. Jude Sharp la detiene y mi hermana le empuja con fuerza.-Aléjate de mi, Sharp. Abre los ojos, idiota. Mira lo que tu queridísimo entrenador está haciendo al instituto, a tu equipo. ¿Destruir otros institutos solo porque pierden?, ¿amenazar?, ¿coaccionar?- Jude iba a decir algo, pero Melodía lo detiene.- No me vengas con que solo los más fuertes sobreviven, porque tu y tu estúpido equipo no sois nada fuertes, sois escoria.-Lo dice de una forma que hasta mi me duele.

Melodía me vuelve a arrastras hasta donde están nuestros padres, les pide que por favor nos vayamos ya y mis padres, al ver su estado, acceden. Subimos a la limusina y Melodía cierra la puerta de un gran golpe. 

Inazuma eleven: La jugadora maldita.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora