Capítulo 18: El partido contra los ciborgs

140 17 0
                                    

Desde el túnel que lleva al campo puedo escuchar a los aficionados animar a los dos equipos. Por ahora me hallo sola. Espero durante uno minutos hasta que mi equipo se digna a parecer. Le reprocho a Mark el hecho de haberme metido prisa, pero según él estaba esperando en el vestuario masculino para hablar del partido y además se habían topado con el equipo rival.

"Ya, claro...".

Formamos la fila y poco después aparece nuestro rival. Al pasar Thomas y Neil le muestro mi lengua en forma de burla haciendo que gruñan de enfado. Mark comienza a andar y nosotros le seguimos. Cuando salgo del túnel una voz conocida me llama, dirijo mi mirada hacia las gradas y veo a un Amadeus sonriente junto a Sophie con una cámara de vídeo. Amadeus me desea suerte y mucho animo y yo le parto la mirada indignada. Aun no se me ha pasado el cabreo de ayer anoche.

Flasback .

Y con las ultimas notas del violín, se terminan los ensayos por hoy. Mañana es el gran día y estoy muy nerviosa, conforme pasaban los días empezaban a fallar las cosas. Un tablón del escenario se ha roto y a provocado un leve accidente a una compañera de clase. Uno de los desagües del aseo femenino a explotado y lo ha inundado todo a su paso, algunos focos se han fundido y las bombillas necesarias no llegaran hasta mañana por la tarde y para colmo ha habido un pequeño incendio en la sala de sonido que nos ha obligado a desalojar el teatro durante dos horas.

-Suerte que el incendio no ha estropeado nada importante.

-Sí, la verdad. Ese enchufe me ha pegado un buen susto.

-Pero, ¿te has quemando Sawt?

-No que va Amadeus. Siempre me he dicho que soy un hombre con suerte.

-Y que lo digas.

-Swat, Amadeus. Ya he terminado con lo que tenia que hacer. Me enorgullece decir que el super plan secreto secretisimo esta 100% terminado.

-Me alegra mucho saberlo.- Mi padrastro me acaricia la cabeza.-Entonces ahora, si que si, nos podemos ir, ¿no? -Ambos miramos a Amadeus para que nos lo confirmara.

-Si, nos podemos ir ya.- Guarda en su bolsillo el reloj que antes había sacado para ver que hora era.

-Bien, voy a por mis cosas y nos vamos. Cenas en mi casa, ¿no Amadeus?

-Sera un placer para mi. Gracias.

Amadeus y yo nos quedamos a solas. Me siento en una de las butacas rojas y me desperezo. Estoy exhausta. Amadeus se sienta a mi lado, cruzas sus largas y finas piernas y suspira. Analiza el teatro de arriba a bajo.

-Es muy viejo. -Le muestro una mirada interrogante- El teatro.

-Como el dueño, jejeje...- Mi risa se va apagando poco a poco. -Tiene mas de un siglo a sus espaldas. Y creo que lo remodelarón hace unos 40 años... creo. Desde entonces no lo han vuelto a tocar.

-El propietario sigue en el hospital.

-Sí. Pero su sobrino me ha dicho que le dejaran venir.

-Me alegro.-Una fina sonrisa se dibuja en su rostro.

-Y yo... -Recojo mis piernas entre mis brazos y suspiro con pesar.

-¿Por qué has vuelto a eso?-Le miro extrañada. No se a que se refiere.-Al fútbol. Pensaba que ya no querías volver a jugar nunca más.

-No dije algo así.

-Sí que lo dijiste.

-No. Dejemoslo. Te cuento. Mañana por la mañana tengo partido y, ¿te gustaría ir a animarnos?

Inazuma eleven: La jugadora maldita.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora