Inazuma eleven: La jugadora maldita.

Capítulo 12: Mi historia

Tras llegar al instituto tuvimos una pequeña reunión como tras cada partido. Además Nelly nos dio una sorpresa a todos: Se iba a unir al equipo en caridad de manager. Ahora nos iba a tener a todo el equipo controlado. Tras terminar la reunión Mark nos comunico que mañana tendríamos el día libre. Y aquí estoy, paseando por la ciudad de Inazuma para despejarme un poco y aprovechando también para hacer unas compras. Inazuma se caracteriza por ser una ciudad muy tranquila, de gentes amables y lugares encantadores. Sólo hace falta ver el parque de la torre o la Ribera del río para confirmarlo. Me encuentro callejeando por la ciudad cuando a lo lejos veo una silueta muy familiar.

-¡Mark!

Este junto con la persona con la que va andando se giran sobresaltados para verme. Saludo a Mark desde la distancia y me ha cerco a ellos.

-A-Aria, hola. ¿Qué haces aquí?

-¡Hey! Estaba dando una vuelta cuando te he visto.

Observo a la persona que está junto a Mark. Es una mujer de más o menos la edad de mi madre y, la verdad, se parece mucho a Mark. Además, ambos cargan con bolsas de compra.

-Aria, está es mi madre Sharon. Mamá, está es Aria Merodi, una compañera de equipo.

-¡Oh dios mío!, soy una admiradora tuya. Es increíble la voz que tienes. Es un placer conocerte en persona.

-El placer es mío señora Evans y muchas gracias por su apoyo.- Acompañado mis palabras con una inclinación.- Veo que vais algo cargados. Si queréis puedo ayudaros con las bolsas.

-¡Oh! Eres muy amable, pero no hace falta que te molestes. Gracias por ofrecerte.

-No es ninguna molestia señora Evans. Por favor, déjenme ayudarles.

Tomo dos bolsas que carga la señora Evans y nos dirigimos los tres a su casa. La verdad, no estaban muy lejos. Solo nos ha hecho falta bajar dos calles. Entramos y dejamos las bolsas en la cocina. La señora Evans me ofrece quedarme con ellos un rato y acepto encantada. Nos quedamos en la cocina y ayudo a organizar la compra. Una vez terminado todo, Mark y yo nos quedamos allí hablando.

-Aria, quiero decirte que en el partido contra el Wild estuviste increíble. ¿Cómo lo hacías?, quiero decir... parecía que desaparecías del campo. Lo mismo te veía como que no.

-Jeje, querido Mark a eso yo lo llamo "camuflaje con el entorno". Básicamente, lo que hago es ocultar mi presencia y pasar desapercibida.

-Es increíble que puedas hacerlo. Te lo digo porque eres bastante llamativa.-Inclino mi cabeza sin entender lo que me quiere decir.-Quiero decir que tienes una energía muy fuerte, que se ve por donde vas.

-Te entiendo, pero no siempre fue así. De pequeña no tenia esta energía como tu dices. Mas bien, no tenia ninguna. Veras, nací con problemas en las cuerdas vocales. Me sometieron a multitud de operaciones para poder hablar. Mi primera cirugía fue cuando tenía 3 años y la última con 5 años. El estar tanto tiempo ingresada, aislada, pero sobre todo el no poder hablar, hizo de mi una persona bastante antisocial. Solo hablaba con mi familia y porque todos aprendimos el lenguaje de signos.- Formulo esa última frase también en lenguaje de signos, impresionado a Mark.- Recuerdo que me pasaba todos los días mirando por la ventana, viendo la gente pasar. Era aburrido, las enfermeras que me atendían me llevaban con los demás niños, pero ya sabes, no podía comunicarme con ellos. Y eso hacia que ellos se alejaran de mi y yo de ellos. Debido a eso llegue a crear un amigo invisible con el que "hablaba" todos los días. Mi ultima operación era a todo o nada, si no funcionaba ya nada lo haría. Y afortunadamente funciono, pero mi voz era un desastre, no era capaz de controlar el volumen de mi voz. Lo mismo que hablaba muy fuerte, que bajo, o muy agudo o grave. Así que mi madre me llevo ante mi maestro: Amadeus Haynd, el cual trabajaba en la misma orquesta que mi madre.