Prólogo.

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Luego de que la flor de la Gota de Sol se le fuera arrebatada, ella había decidido que las cosas no iban a terminar así. Así que un día antes de elaborar su plan, dejó a Cassandra (su hija de cuatro años), en una torre oculta en el bosque. La verdad, no le importaba para nada la niña, pero temía que ella hablará de más si la abandonaba en esa antigua cabaña. Además, la niña podría serle útil en el futuro, sólo era cuestión de esperar que ella creciera un poco más.

Y con Cassandra ya en la torre, se fue a buscar a su objetivo, la Gota de Sol. Ella estaría en su poder de nuevo. Y había sido complicado escapar de los guardias de Corona, pero logró distraerlos llevándolos a la antigua cabaña, así desapareció con la bebé. Y ahora tenía de nuevo a la Gota de Sol en su manos, y está vez no la volverían a encontrar.

—¡Mamá, ya volviste! —Exclamo alegre la pequeña niña de cuatro años, quien miro con una inmensa curiosidad lo que sostenía su madre en sus brazos. —Mamá, ¿qué es éso?

—Oh pues, es tu hermana menor, se llama Rapunzel—Respondió Gothel a la pregunta, mientras le mostraba la pequeña bebé de cabello rubio y largo a Cassandra. —Al parece, la salvé.

—¿Por qué, mamá? —Pregunto Cassandra con inocencia.

—Muchas personas quisieron cortarle su cabello, hasta atacarla. Porque su cabello es mágico, querida Cassandra—Empezó a explicar su mentira a Cassandra, quien no dudaba ningúna palabra de lo que decía su madre. —Estaba completamente abandonada, así que suerte que la rescate. Y Cassandra... —La llamó, para luego mirar a la niña.

—¿Si, mamá? —Preguntó la niña, mientras veía como su madre dejaba a la bebé en la antigua cuna que una vez fue de ella.

—Es tu deber proteger a Rapunzel de los peligros, y advertirle de lo peligroso que es afuera. Ella no puede dejar esta torre, jamás, ¿entendido?—Le preguntó con una mirada sería, que hacia que Cassandra le tema un poco a su propia madre.

—Si, mamá... —Respondió, mientras agachaba la cabeza para mirar el suelo, como si hubiera hecho algo mal.

—Que bien que entendiste, querida—Dijo con una sonrisa falsa, para que minutos después la bebé comenzara a llorar sin control, la mujer puso una cara de odio por el llanto repentino de la bebé. —Cassandra, por favor, haz algo con el llanto, yo me voy a dormir. Luego de que termines con ella, ve a descansar tú, ¿oíste?

—Si, mamá—Respondió la joven, mientras veía como su madre se dirigía a su habitación. Cassandra se acerca a la bebé, con una cara un poco disgustada, no le agradaba mucho la idea de una hermanita, pero no era como si tuviera opción, mamá ya había decidido. Tomó a la bebé en sus brazos para luego mirarla, y ver como la bebé comenzaba a reír sin control, y ella también ríe un poco. —Esta bien, Rapunzel, talvez me puedas llegar a caer bien, hermana.

Desde hoy sería la mejor hermana mayor de todas, o lo intentaría.

⸻❂⸻

Cuatro años después.

Madre había salido, dejándola a ella y a Rapunzel solas. No había dicho a donde iría, sólo les ordenó que no salieran de la torre (como siempre lo hacía), que Cassandra cuide bien de Rapunzel y que haga la cena para esta noche. Lo cuál, la niña de ocho años aceptó de mala gana, odiaba hacer la cena, era buena para hacerla, pero igual, era algo que no disfrutaba hacer. Luego de terminar de cocinar, llamó a Rapunzel para que bajará, la joven niña de cuatro años bajó rápidamente para luego centrarse y cenar junto a su hermana mayor. Luego de terminar de cenar, ella cepillo el pelo de la más joven, sólo porque a Rapunzel le divertía la idea.

𝓛𝓪 𝓰𝓾𝓪𝓻𝓭𝓲𝓪𝓷𝓪 𝓭𝓮𝓵 𝓮𝓵 𝓼𝓸𝓵 𝔂 𝓵𝓪 𝓵𝓾𝓷𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora