Capítulo 19:Secretos dañinos

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¿Él es un mal hijo? No lo sabe.

Ese sueño a despertado una nueva inseguridad en él, o quizás ya estaba allí, solo que él la ignoraba y trataba de engañarse a sí mismo. Tratando de creer una vida que ni él mismo se
creé, ¿merece esto? Ahora que tiene todo, se creé indignó para tenerlo. Porque parece que a su padre no le parece suficiente. Porque él es un caos, ¿y por qué su padre debería hacerse responsable de alguien cómo él? Él no lo merece, solo trae desastre consigo. Quizás, su papá estaría mucho mejor sin él. Sin un adolescente desastroso en su vida. Por algo madre Gothel lo odió, ¿verdad? Ella no tuvo arrepentimiento cuando trató de dañarlo y era porque él se lo merecía, ¿verdad? Él merecía él desprecio de cualquiera hacia él, ¿por qué sería digno del cariño de su papá? No ha hecho nada para merecerlo. Solo causar desastres.

Casi más hace que lastimen a Hugo el día de la coronación de Rapunzel, porque quería demostrar ser alguien que obviamente no es. Porque él no es un buen hijo. No es un buen sol como Rapunzel, o un valiente guerrero como Cassandra. No igual a sus hermanas, en ningún sentido. Rapunzel es alguien que reparte felicidad, un tipo de salvadora a la que todos aman. Cassandra es alguien hecha para ser admirada, alguien fuerte y ágil. Sus hermanas son simplemente geniales, dignas de cualquier cariño. Ellas son buenas, son buenas hijas. Todo lo contrario a él. Él es un problema, una ruina. No es alguien que reparte felicidad, no es un salvador al que todos aman como Rapunzel. No es alguien hecho para admirar, ni alguien fuerte o ágil como Cassandra. Es torpe, alguien que vive entre su alquimia y libros. Es un niño que intenta demostrar de lo que es capaz, y termina masticando más de lo que debe.

Desearía ser la mitad de lo que son Rapunzel y Cassandra. Ser un salvador, ser alguien admirable. Poder ser el mejor hijo que su padre pueda ver. Él no quiere que se arrepienta de tenerlo aquí. Debe ser un buen hijo. Debe ser el buen sol y el valiente guerrero. Debe ser Rapunzel y Cassandra. No debe ser él.

Es así, ¿verdad? No hay otra cosa que él pueda hacer.

Y luego de tantos días, por fin sale de la casa y ve la luz del sol. Lo cual es algo molesto, ya que se había acostumbrado a la oscuridad en los últimos días. A lo lejos puede ver a su padre, que al parecer anda demasiado ocupado en los cultivos para notar que su hijo a decidido dejar de vivir en la oscuridad de su laboratorio (o por lo menos por algunos minutos). Al otro día de la coronación de Rapunzel, Varian había partido del castillo junto con su padre y Hugo. La verdad, había sido algo complicado pasar tantos días sin ver a sus hermanas. Nunca había notado lo dependiente que era de ellas, que al momentos de alejarse un par de días de ellas, ya estaba deseando volver a verlas. Lo único que mantenía su mente en paz era Hugo, su compañía había sido suficiente para aliviar un poco la tensión entre él y su padre. Aunque, la compañía de Hugo no había sido suficiente para evitar los regaños de Quirin ese día, y ver la mirada de decepción que tenía por él.

Él lo sabe, sabe que su padre no está orgulloso de él, y aunque quisiera que lo éste, es imposible. Porque Varian no es ni la mitad de lo que son sus hermanas, y jamás lo será. Es alguien que a la hora de usar sus poderes causa más daño que beneficios, sus poderes sin dudas son una representación de él. Porque al igual que sus poderes, él causa caos y destrucción.

-Hola, papá-Saludo Varian a su padre con una falsa alegría. Cosa que su padre no notó. Quirin no notaba esos pequeños detalles en Varian, y él no lo iba a juzgar por eso, porque él tampoco conocía a su propio padre.

Años y años lejos de él, sin saber que tenía una familia con la que compartía sangre. ¿Una familia a la que llamar suya? No sabía si decirle así. Era como vivir con un extraño, uno al que llamaba padre. Era tan raro. A veces, Varian se preguntaba como hubiera sido su vida sin tener estos extraños poderes. Este "don" Le quito toda oportunidad de una infancia normal, la oportunidad de tener a su padre. Pero también, este poder le entregó a sus hermanas y la oportunidad de conocer a Eugene y Hugo. Le quito algo, pero le entregó otro algo. Y su padre sigue aquí, junto a él. Solo tenía que saber como acercarse a él, y con el tiempo, todo iría mejor. O eso creé él.

𝓛𝓪 𝓰𝓾𝓪𝓻𝓭𝓲𝓪𝓷𝓪 𝓭𝓮𝓵 𝓮𝓵 𝓼𝓸𝓵 𝔂 𝓵𝓪 𝓵𝓾𝓷𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora