Capítulo 28: Se busca empleo

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¡Harán un retrato de ella! ¡Harán un retrato de ella! ¡Dios mío!

—Bien, chicos, ¿qué les parece este? —Pregunto la rubia posando junto con un guitarra, dejando en manos de los demás el veredicto final.

—Muy bohemio—Opinó Cassandra, haciendo que Rapunzel le dirigiera una mueca de disgusto a su hermana mayor. Cassandra lo notó al instante, sólo pudo soltar una sonrisa nerviosa al respecto por la reacción de Rapunzel.—Aunque si a tí te gusta deberías usarlo... O eso creo.

—No lo sé... —Murmullo Varian, aunque todos en la habitación fueron capaces de escucharlo. —Digo no es una mala idea, pero... Personalmente... Esta no eres para nada tú, Raps.

—Digo lo mismo que Varian, Su Alteza—Dijo la pelirroja para rápidamente darse cuenta de su error. —Digo... ¡Rapunzel! Lo siento, es muy raro aún llamar a la realeza por su nombre.

Adelaida aún no se acostumbra del todo a llamar a la Princesa de Corona por su nombre, era demasiado extraño y raro para la Dama de Compañía. Referirse de esta manera a la realeza, a la gente que se supone que era superior a ella, pero aquí está ahora mismo, tratando a esta Princesa de larga cabellera como si fuera su amiga íntima. La vida funciona de maneras que la pelirroja no comprende todavía.

—No te preocupes, Ade—Tranquilizó la rubia.

—¿Soy el único que creé que todo esto es una completa idiotez?—Soltó Hugo, provocando que todos en la habitación lo mirarán fijamente. El rubio notó pronto las miradas con de juzga por su delicada elección de palabras, así que se adelantó a explicar su punto de vista con respecto a todo el asunto del retrato. —Por favor, todo esto es una completa estupidez, nadie me puede decir lo contrario. Sólo es un montón de gente rica queriendo mantener sus pequeños y insignificantes legado como gobernantes en viejos y polvorientos retratos como si pudieran mantenerse inmortales de esa manera. Lo que a mi respecta, es algo muy triste de parte de la realeza.

Silencio absoluto, Hugo rápidamente se sintió juzgado.

—¡Oigan, no me juzguen! —Contraatacó Hugo sin haber sido atacado en primer lugar. —Miren, entiendo que para la realeza, todo esto debe ser mega importante y algo que va a reflejar el como los verán los demás en futuro, pero para mí. Pues... Todo esto me parece inútil. Demasiado inútil. Es solamente una simple pintura.

Hugo tenía un punto y Rapunzel pensaría lo mismo que él, pero ya no.

Hace unos cuantos días Adelaida le vino con la noticia de que el famoso pintor Giovanni haría un retrato de ella. Al parecer era algo que normalmente se hacía para cada miembro de la realeza había sido parte del Reino de Corona. Así que, aparentemente, era algo muy importante que Rapunzel no podía tomarse a la ligera. Bueno, era tan significativo para que la joven pelirroja se ponga de los nervios. Aunque, considerando que muchas cosas ponen de los nervios a Adelaida, no sabe que tan serio debe tomarse todo el asunto del retrato. Aunque todo sonaba muy importante y elegante, algo digno de cualquier miembro de la realeza. Bueno, cualquier miembros de la realeza, menos ella.

Algo que rápidamente Rapunzel tomó nota de que poesía cada pintura que hizo particular a cada gobernante del Reino. Ella no podía ser la excepción a esa regla. En el poco tiempo que Rapunzel ha llevado viviendo en el castilla ha intentado hacer todo bien al pie de la letra. Adelaida y sus hermanos fueron una gran ayuda en todo momento, pero eso no significa que las cosas sean más fáciles. Ninguno entiende este sentimiento que siente la joven princesa, nadie comprende sus miedos y dudas detrás de su radiante sonrisa. Nadie comprende la desesperación por la libertad que se le fue arrebatada. Salió de una torre para meterse en otra, pero esta vez se queda aunque sabe que hay más afuera de la torre.

𝓛𝓪 𝓰𝓾𝓪𝓻𝓭𝓲𝓪𝓷𝓪 𝓭𝓮𝓵 𝓮𝓵 𝓼𝓸𝓵 𝔂 𝓵𝓪 𝓵𝓾𝓷𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora