Capítulo 3: Bye bye, torre

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Los ojos de Robin se abrieron de repente, y al instante noto que seguía en esa rara torre, y se encontraba atado por alguna extraña razón con algo que parecía...¿Cabello? Bueno, recordatorio para él: no volver a entrar en lugares donde sabes que existe la posibilidad de que haya gente rara. 
Lo que en pocas palabras significa hacerle caso a Flynn.

Se dió cuenta de que Flynn también estaba allí, y al igual que él, estaba atado con lo que suponía era cabello, un largo cabello rubio. Que alguien le diga a esta persona que existen las sogas, por favor. No era necesario usar cabello. También notó qué había algo en el hombro de Flynn, parecía ser un camaleón. De la nada, el camaleón metió su larga lengua en el oído de Flynn, haciendo que este despierte asustado.

—¿Qué?—Exclamo asustado para luego intentar levantarse sin éxito por culpa de ese cabello.—¿Esto es... Cabello? —Pregunto más para sí mismo. El cabello rubio estaba por todos lados de donde Flynn mirará. Que método más extraño para capturar gente, pesaba él. Y rápidamente recordó que Robin estaba junto a él, y pudieron haberle hecho daño, asustado miro a su alrededor de nuevo sólo para encontrar a su hermano menor a su lado.—Chico, ¿te encuentras bien?

-—Hey, Flynn. Y sí, estoy bien—Respondió, mientras trataba de averiguar una manera de desatarse, pero fue imposible, no había forma.

—Que bien—Suspiro aliviado para luego mirarlo de mala manera.—Y hazme recordar, que no te volveré a hacer caso con tus locas ideas, ¿oíste? —Dijo en un tono molesto que simplemente su hermano no podía tomar del todo enserio.

—Sí, sí, sí, como digas. Ahora dime: ¿cómo salimos de aquí? —Pregunto Robin.

Hasta que de la nada una tercera voz se hizo presente.

Luchar... Luchar es inútil—Y ambos lograron oír la voz de una joven mujer. No sabían de dónde provenía la voz, pero muy lejos no debía estar, de éso estaban seguros.

Ya sabemos por qué están aquí y no tenemos miedo, ¿entendido? —Y sonó otra voz que también era de una mujer, pero parecía ser la voz de otra mujer ya que esta voz sonaba más agresiva que la anterior. En este punto ellos se preguntaban qué clase de gente los había capturado.

Robin logró notar dos figuras entre la oscuridad de la torre, estaba más qué seguro que esos eran sus captores. No se notaba muy bien, pero estaba seguro que las figuras eran de dos mujeres jóvenes. Y entonces ambas empezaron a salir de la oscuridad, mostrándose por fin, y confirmando las teorías de Robin. Una de las mujeres tenía un cabello de color negro, rizado y corto, sus ojos eran de un verde grisáceo, y llevaba un vestido color azul, y no llevaba zapatos. La otra mujer tenía un cabello rubio, y sorprendentemente largo, (así que era de ella este cabello) sus ojos eran de color verde, tenía pecas en el rostro y usaba un vestido color violeta, y al igual que la otra mujer, tampoco usaba zapatos. La primera mujer tenía una espada en la mano, lista para atacar con agresividad. La segunda tenía una sartén, (vaya, que arma más... ¿Interesante? Para no decir tonta) pero parecía más asustada que la primera mujer.

—¿Quiénes son y cómo los encontraron? -—Pregunto la mujer de cabello negro, pero más parecía una amenaza.

—¿Quiénes son y cómo nos encontraron? —Pregunto esta vez la chica de cabello rubio, parecía ligeramente molesta pero también ligeramente asustada.

—No sé quién eres, ni como te encontré. Pero permíteme decirte... Hola, ¿cómo estás? Me llamó Flynn Rider—Y Robin veía como su hermano mayor empezaba a coquetear con la mujer de cabello rubio. Quién sólo la veía con una expresión de indiferencia. Al parecer Flynn no comprendía que este no era el momento para ser coqueto.

𝓛𝓪 𝓰𝓾𝓪𝓻𝓭𝓲𝓪𝓷𝓪 𝓭𝓮𝓵 𝓼𝓸𝓵 𝔂 𝓵𝓪 𝓵𝓾𝓷𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora