Criminal minds

Prologue III

Osamu estaba esperando fuera del bloque de apartamentos en el que vivía con so amigo de la infancia, Rintaro Suna. Un taxi se paró enfrente suya y de él bajó su amigo con su ropa algo desarreglada. Sabía perfectamente el por qué de su apariencia, pero prefería no pensar mucho en ello. Osamu llevaba enamorado de Suna desde que eran adolescentes, pero por miedo a revelarle sus sentimientos a Suna sabiendo que él solo había estado con mujeres, le había impedido abrirse.

- Sabes que no tienes que esperarme en la puerta cada vez.

- La última vez que no estuve te caíste por las escaleras - Suna le sonrió despreocupado a su mejor amigo sin saber el efecto que esa sonrisa causaba en él. Osamu se ofreció ayudarle a andar ya que podía ver los síntomas de la resaca en él - no puedo creer que salgas por ahí sabiendo que al día siguiente tienes trabajo.

Suna no respondió y se limitó a ser, cargado por su mejor amigo hacia el interior de su vivienda. Una vez allí, ambos se prepararon para otro día más de trabajo.

Osamu se encontraba en el baño; Suna se había puesto unos cascos ya que no podía empezar su mañana sin su música. El baño de su habitación no funcionaba, por lo que siempre utilizaba el de Osamu. Pensando que este estaría preparando el desayuno, entró sin previo aviso al baño encontrándose a un Osamu sin camiseta.

- ¡Lo siento!

Cerró de un portazo, apoyándose en esta mientras que con su mano derecha se tapaba la boca, sintiendo el calor de sus mejillas.

Como siempre, los dos llegaron a tiempo. Después de saludar a todos los que se encontraban y de mantener una ligera conversación con un superior, por fin llegaron a sus puestos. Aunque los dos se habían especializado en campos diferentes, Osamu en crímenes violentos y Suna en crímenes de violencia de género, los pusieron en el mismo equipo debido a su buena compatibilidad. Al poco de sentarse en sus respectivos puestos, se acercó a ellos Atsumu mientras era seguido por otro hombre que les sonaba familiar.

- Os presento a nuestro nuevo compañero de equipo, Sakusa Kiyoomi.

Sakusa se limitó a hacer una reverencia. Los amigos observaron a la pareja, que no ocultaba su desagrado por el contrario, y no pudieron evitar soltar una risa.
Poco después anunciaron la llegada de un nuevo oficial al mando y fueron llamados para ir a observar un escenario de un crimen.