XXI

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- ¿Cómo que no es el culpable?

- Al investigar a Atsushi hemos visto que en el momento de los asesinatos ni siquiera estaba en Japón, se había ido a los Estados Unidos de viaje, así que es imposible que sea él.

- ¡Mierda! ¡Entonces sigue suelto!

- También nos acaban de notificar que Mitsuki XXXX lleva desaparecido un par de días, según reportan sus familiares y su novia. Como Atsushi estaba en el extranjero seguramente no lo sabía, el verdadero asesino lo habrá utilizado para que lo acusen falsamente. Pero creo que tenemos una pista.

- ¿Qué pista?

- Hemos intentado localizar el móvil de Mitsuki y su localización parece ser una fábrica abandonada no muy lejos de aquí. La señal es muy débil, por lo que el culpable habrá intentado destruirlo, pero no lo ha conseguido.

- Bien, mándame las coordenadas al móvil. Cogeremos tres coches e iremos allí, pero necesitamos que al menos diez oficiales se queden aquí. No dejéis salir a Atsushi, aún no sabemos si el asesino tiene algún cómplice; también es por su seguridad, es un criminal bastante sanguinario así que no me sorprendería si intentara matar a Atsushi. ¡En marcha!

- ¡Roger!

Los inspectores llegaron al lugar y no dudaron en sacar sus armas. Se pusieron en formación y entraron sigilosamente a la semidestruida fábrica. Revisaron todo el edificio pero no encontraron a nadie, solo un montón de ropa y el móvil destrozado de Mitsuki. Iwaizumi les indicó, con un gesto con la mano, a los forenses que se acercaran y estos metieron todo en bolsas plásticas individuales, para luego buscar huellas.

- Para ser tan pulcro con sus crímenes, ha dejado bastantes pruebas.

- ¿Crees que lo ha hecho a posta?

- No creo, las ropas parecen estar bien lavadas y el teléfono móvil está totalmente destruido. Si no tuviéramos a Kenma y a Shirabu seguramente no habríamos encontrado todo esto.

- Es verdad, mi novio es el mejor :D

- Kuroo, cállate.

- No seas así, Tsukki.

- Te he dicho que dejes-

- ¡SHH! ¡Callaos todos! - los inspectores se sobresaltaron ante el repentino grito de Atsumu - ¿escuchais eso?

Reinó el silencio mientras todos intentaban escuchar lo que llamara la atención del rubio. Era casi imperceptible, pero los hombres pudieron escuchar como si a alguien le estuvieran impidiendo hablar. La voz provenía de detrás de una puerta que aún no habían revisado; los inspectores se posicionaron a ambos lados de la puerta mientras Daiichi abría lentamente la puerta. En su interior se encontraba Mitsuki maniatado.
Tendon fue corriendo hacia él y le quitó la cinta adesiva que le tapaba la boca. El hombre respiró agitadamente un par de veces, hasta que gritó a pleno pulmón:

- ¡FUE ÉL! ¡EL REVERENDO ES EL QUE ME HA HECHO ESTO! ¡ES UN MONSTRUO!

- ¿Qué reverendo?

- El reverendo Ritsu, es el director del orfanato del pueblo. Esa es su fachada, pero en realidad es un monstruo que fija sus ojos en niños.

- Muchísimas gracias por la información. Nuestros agentes lo llevarán a la comisaría para que pueda sentirse más seguro. El resto, vayamos a arrestar a ese hijo de puta.

- ¡Sí, señor!

Mientras se dirigían hacia los coches, Atsumu pudo notar la ira de Sakusa por lo que le ofreció su mano en un intento de consuelo. El más alto dudó un momento, pero acabó agarrando su mano por el resto del viaje hacia el orfanato.

El edificio que hacía de orfanato parecía, más bien, una cárcel. Estaba construído con ladrillo oscuro y muchas de las ventanas tenían barrotes. A pesar de su tétrico exterior, el interior rebosaba de alegría con los niños correteando por todas partes y los dibujos de estos enmarcados en las paredes.

A su encuentro fue una de las monjas, que actuaban como profesoras y cuidadoras. Después de que Iwaizumi le enseñara su placa, la mujer muy amablemente los guió hasta el despacho del reverendo, el cual estaba sentado en su escritorio ojeando con atención unos documentos.

- Mi señor reverendo, unos agentes de policía han venido a verle.

- Oh, ¿ la policia? ¿qué les trae por aquí?

- No necesita hacerse el inocente, hemos encontrado a Mitsuki en la fábrica abandonada. Por favor acompañe a mis oficiales al coche policial sin o poner resistencia.

- Esto tiene que ser una broma de mal gusto, soy inocente.

- Si lo es entonces no tendrá ningún problema en que revisemos el orfanato.

El reverendo, enfurecido, intentó atacar a Iwaizumi pero fue parado por Konoha y Bokuto. Una vez que se lo hubieran llevado, Hajime se dirigió a la confundida monja.

- Perdone hermana pero, ¿hay algún lugar dónde el reverendo les prohibiese entrar?

- Eh, sí... Siempre se ponía a la defensiva cuando intentabamos bajar al sótano o cuando queríamos ir a la cabaña que se encuentra en el jardín trasero. Se encerraba allí muchas noches, pero no le dimos mucha importancia porque pensábamos que estaba construyendo cosas, ya que su hobby es la carpintería.

- Mucha gracias, hermana.

Los investigadores se dividieron en dos grupos para perder menos tiempo. En el sótano encontraron manchas de sangre y cientos de polaroids que retrataban a unos temerosos niños. Los agentes pudieron reconocer los rostros de las víctimas. Oikawa notó como detrás de un trozo de papel pintado había más fotografías y al quitarlo, encontró fotos extremadamente explícitas de los asesinatos. Fueron recogiendo las fotografías una por una para meterlas en bolsas.
Lo que el otro grupo se encontró en la cabaña no era mucho mejor. La estancia estaba repleta de herramientas comunes y corrientes, que contrastaban con las sangrientas herramientas de tortura que descansaban en un baúl.

En todas aquellas pruebas se encontraron huellas del reverendo, además del alegato de Mitsuki, por lo que el juicio no iba a durar demasiado. Ya en el aeropuerto, los investigadores fueron subiendo a su avión mientras Daichi e Iwaizumi se despedían de Konoha.

- ¿Están seguros de que no quieren quedarse a ver el juicio?

- No, gracias. Nos conformamos con que pongan a ese cabrón entre rejas de por vida; además, nos necesitan en Tokio. Ha sido un verdadero placer trabajar con usted, inspector Konoha.

- Lo mismo digo. ¡Que tengan un buen viaje!



Me gustaría mencionar que para esta historia me basé en
una de las historias del webtoon "Ghost stories" :D

Criminal mindsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora