Criminal minds

XIV

- Imagina que una persona, que es incomprendida por su familia, sus amigos, incluso por la sociedad, se topa con un hombre que dice que lo comprende y que si lo sigue fielmente, haciendo todo lo que le ordene, le dará un lugar al que pertenecer, donde encontrará a otros como él, aunque se trate de una fachada y solo lo esté utilizando. ¿Se parece a tu situación?

- Sí.

- En cualquier lugar que busques, ya sea en libros o en internet, a esta situación se la denomina "lavado de cerebro".

El chico que permanecía esposado dejó de lado su sonrisa engreído y pasó a tener una expresión de terror, pero se mantuvo completamente en silencio. Pasado un rato, posó sus manos en la parte trasera y empezó a estrellar su cabeza contra la mesa repetidamente. Alarmados, los dos investigadores que observaban, entraron rápidamente a la sala para ayudar a Ushijima a parar al chico.

Los tres investigadores, después de calmar al chico, decidieron ir a la cafetería para calmar un poco sus nervios. Iwaizumi notó como Ushijima miraba fijamente a Oikawa mientras este se encontraba enfocado en su teléfono. Una vez que hubo alejado su vista del teléfono, el hombre más alto empezó a hablarle.

- Oikawa, tu frecuentes el bar XXXX, ¿no? - Oikawa empezó a atragantarse con su bebida.

- ¿Si?

- Te vi el otro día con Iwaizumi.

- ¿Y qué?

- También te vi hablando con el barman de la barra, el de pelo rojo.

- Sí, se llama Tendou, somos amigos. ¿ Por qué lo preguntas?

- ¿Podrías presentármelo?

Oikawa e Iwaizumi se quedaron en shock al ver la cara sonrojada del hombre. Oikawa empezó a reírse y a hacerle diferentes preguntas relacionadas con amor por el pelirojo, mientras que Iwaizumi se levantó y se alejó un poco para atender una llamada. 

- Iwaizumi Hajime al habla.

- Soy Kenma, he conseguido averiguar que el chico estaba estudiando ciencias políticas y que es un interno, estaba haciendo unas prácticas con el ministro de interior.

- Entendido. Oikawa, tenemos que irnos.

- ¡Sí! Ushijima, ya hos presentaré, eres totalmente su tipo.

- ¡Tiene que ser él! Se le puede aplicar el perfil y tiene relación con el otro asesino, deberíamos arrestarle ahora antes de que cometa otro asesinato.

- Pero por muy culpable que parezca, seguimos sin tener pruebas contra él. Si lo arrestamos y no es el culpable nos acabarán despidiendo a todos y tendremos que pagar una indemnización.

- Creo que lo primero que deberíamos hacer es ir mostrándoles a las prostitutas del lugar una foto del hombre y darles un silbato por si lo ven. También deberíamos plantarnos en su casa cuando no esté y revisar sus cosas.

- Bien, nos dividiremos en dos grupos. Atsumu, Oikawa, Sakusa, Bokuto, Semi, Tsukishima, Hinata, Nishinoya, Kiyoko, Yachi y yo iremos a enseñar la fotografía; el resto iréis a vigilar la casa del sospechoso y entraréis cuando no esté.

- ¡Roger!

Los investigadores no tuvieron que esperar mucho tiempo hasta que el sospechoso hubo desalojado la vivienda, pero al intentar entrar se encontraron a la esposa del posible asesino que alegaba a favor de la inocencia de su marido y que no quería dejarlos pasar. Fueron suficientes las descripciones de los tormentos que pasaron las víctimas y el llanto de una de las madres de una de estas para que les liberara el camino.

En lo que más se enfocaron fueron en todos los documentos encontrados en el despacho, en los que no consiguieron nada, y el ordenador portátil que se encontraba encima del escritorio el cual, para  sorpresa de los investigadores, se encontraba encriptado. Daban gracias que Kenma y Shirabu los habían acompañado, pero no les fue nada fácil conseguir desencriptarlo. Cuando lo consiguieron abrir, se encontraron páginas porno, donde la mujer tenía un papel sumiso, y cientos de páginas escritas a modo de diario donde el asesino admitía los asesinatos y explicaba al detalle los morbosos sentimientos que le producía acabar con la vida de aquellas pobres chicas.

- Te tenemos, hijo de puta.

Las mujeres que caminaban por las calles en busca de algún posible cliente se encontraban reticentes a hablar con los investigadores debido a que la prostitución era ilegal en el país y tenían miedo de acabar arrestadas. Aún así, algunas mujeres se encontraron más que dispuestas a colaborar. Gracias a la información de estas, consiguieron un testimonio que relataba como el sospechoso anduvo merodeando por allí y pidió los servicios de una de las victimas.

Atsumu fue el primero en recibir la noticia de que habían conseguido pruebas contra el sospechoso, a lo que empezó a comunicárselo a sus compañeros y a las mujeres que podrían pasar a ser sus próximas víctimas.

- ¡Escuchenme bien! Hemos confirmado que el hombre de las fotografías es un asesino. Si lo ven, usen el silbato y vendremos corriendo a detenerlo. Una última cosa, si temen por su vida pueden irse pero las mujeres que se queden y que nos ayuden a coger al asesino recibirán una compensación monetaria de 600.000 ¥¹.

- ¿Y qué es lo que tenemos que hacer?

- Compórtense como de costumbre, queremos que el sospechoso se acerque a una de ustedes para pedir servicios, para que puedan ver su rostro. Cuando lo reconozcan, simplemente usen el silbato y vendremos a arrestarlo. Nosotros nos esconderemos en los callejones, así que no se preocupen porque estaremos cerca.

Algunas mujeres, aunque dudaron al pensar el la suma de dinero que podrían conseguir por colaborar, entraron en pánico y se fueron del lugar. El resto, decidió seguir con el plan, seguras de que no les pasaría nada. Pasaron al rededor de dos horas cuando por fin apareció un coche negro que se paró y esperó a que una chica se le acercara.
Una preciosa chica rubia fue la que cogió valor y se acercó al coche. Tan pronto como pudo ver la cara del hombre, se separó del coche y utilizó el silbato. El asesino no tuvo tiempo de escapar, ya que Semi le disparó a las dos ruedas delanteras, imposibilitando la huída.

- Por fin te tengo, cabrón.

El asesino no opuso resistencia y esperó pacientemente a que los inspectores se acercaran, pensando que no tendrían ninguna prueba que pudiera culparlo. Lo que no se esperó fue el puño de Semi que impactó contra su rostro, y hubiera vuelto a hacerlo sino fuera por que Bokuto lo estaba agarrando.

- Queda arrestado por el asesinato, violación y tortura de cinco mujeres. Tiene derecho a permanecer en silencio, todo lo que diga será usado en su contra ante un tribunal.

- Esto es ridículo, no tienen ninguna prueba en mi contra.

- Hemos logrado acceder a su ordenador, deje de hacerse el tonto.

- Caballeros, creo que podemos llegar a un acuerdo. Dejen que llame a mi contable y les garantizo que...

- La primera mujer a la que mataste fue mi hermana, así que más le vale que cierre la boca o le doy otro puñetazo, esta vez mas fuerte. Llama a Daiichi, dile que llame a todos los canales de noticias y periódicos, que hablen sobre sus "diarios".

El juicio se desarrolló sin problemas y los investigadores sonrieron al ver llorar a Semi después de que el asesino de su hermana pagara por lo que hizo.

*

¹ aproximadamente 5.500 dólares americanos