II

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Cuando Suna, Osamu, Kiyoomi y Semi llegaron a la empresa de mantenimiento, se encontraron al jefe esperándolos en la puerta. Parece ser que alguien de la policía local le había avisado de su llegada. Se mostró más que dispuesto a colaborar y, aunque para el resto le resultara de lo más normal, a Kiyoomi no le acabó de encajar.

- Les he dejado preparado la lista de todos los trabajadores, y quién estuvo trabajando en el parque. Tómese su tiempo.

- Muchas gracias - Suna esperó a que el hombre se fuera para dirigirse al grupo - deberíamos empezar descartando los trabajadores que no estaban destinados a trabajar en el parque. Osamu, mándale un mensaje a Kenma para que nos deje la lista hecha.

- Entendido.

- Antes de poder sacar ningún sospechoso tendremos que esperar a ver que nos dicen el trío dinámico.




Oikawa, Atsumu y Bokuto estaban sentados en el salón de la casa de los padres de la víctima. El padre estaba cabizbajo y se notaba que no había estado durmiendo bien. La madre estaba en la cocina, preparandoles algo de beber a los investigadores.

- No sé si les guste el té verde, pero es lo único que tengo ahora mismo.

- Gracias - los tres le dieron un par de sorbos a sus tés antes de empezar a hablar - sabemos que este es un momento muy difícil para ustedes, pero necesitamos la mayor cantidad posible que puedan darnos para atrapar al asesino y que no vuelva a actuar.

- De acuerdo.

- ¿Saben de alguien que odiara a su hija? ¿ Puede que algún exnovio resentido?

- No. Que sepamos, nuestra hija sólo tuvo un novio y fue él quien la dejó. Era una chica muy amable y no dudaba en ayudar a quien fuera, ¿quién odiaria a alguien así? - tanto la madre como el padre empezaron a sollozar.

- Entiendo, ¿ Y hay alguien que conozcan que le tenga odio a su familia?

- No se nos viene a la cabeza nadie en particular.

- Bueno, pues muchísimas gracias por su ayuda. Nos mantendremos en contacto.

Antes de salir de la casa, Atsumu se giró en dirección a los padres para hacerles una última pregunta.

- Una última pregunta, ¿ Saben si el parque XXXX era un lugar importante para su hija?

- Ahora que lo menciona... sí, a mi hija le gustaba ir a hacer bocetos.

Atsumu no perdió tiempo y marcó el número de su hermano.

* Llamada entre Atsumu y Osamu *

- ¿Qué tienes?

- La hija supuestamente era una buena persona, así que se me hace difícil pensar que el asesino la odiara directamente a ella. A los padres no se les viene nadie que pueda odiar a su hija o su familia. A la víctima le gustaba hacer bocetos en el parque así que para el asesino podría habérsele hecho muy sencillo observarla o acercarse a ella, puede que comparta un gusto por el dibujo.

- Bien, nosotros ya estamos en el cuartel. Hemos conseguido la lista de los trabajadores y Kenma ya la ha reducido a unas veinte personas.

- Que consiga las cintas de la cámara de vigilancia de hace tres semanas. A lo mejor algún día se despistó y entró con la víctima al recinto.

- ¡Roger!

* Fin de la llamada *



Ya eran pasadas las nueve de la noche y los investigadores estaban estancados. Llevaban horas revisando las grabaciones pero no habían logrado sacar nada en claro. Algunos ya habían empezado a dormitar mientras que Atsumu, Kiyoomi y Oikawa seguían completamente despiertos con ansias de resolver el caso.

- Bueno, creo que los que nos estamos quedando dormidos deberíamos irnos a casa. No os quedéis hasta muy tarde.

Una vez que los cuatro se fueron, los otros tres eran los últimos que quedaban en su sección. Llevaban unos minutos en silencio revisando las cintas cuando se abrió una puerta, el despacho de Iwaizumi.

- Oikawa, ¿puedes venir un momento?

Los mejores amigos cruzaron una mirada, y mientras el rubio sonreía, el mencionado se sonrojaba. Cuando Oikawa entró en el despacho, Kiyoomi se dirigió curioso a Atsumu.

- ¿Qué pasa entre esos dos?

- Nada importante... por ahora...

El rubio volvió a en forcar su mirada en lo que estaba haciendo mientras que el otro se lo quedó mirando algo confuso hasta que siguió con lo suyo.

Atsumu llevaba al menos media hora dándole vueltas a la libreta que encontraron en el parque. No cabía duda que el asesino había dejado la posdata como un acertijo para los investigadores. Como si de una luz se tratara, sus dudas se enclareceron. Atsumu se levantó rápidamente de su asiento sorprendiendo a su compañero. Sin pensarlo dos veces se dirigió al almacén de su departamento, seguido de cerca por Kiyoomi, en el que guardaban archivos, pruebas y cosas varias. Abrió una caja y de ella sacó una linterna de rayos ultravioleta.

- ¿Para qué quieres eso?

- En la postdata pone "con la luz podrán ver lo que a simple vista no se ve".

Atsumu abrió la libreta y enfocó la luz hacia ella. Como esperaba, se pudieron ver más palabras.

- ¿Así que supuestamente ha sido uno solo, pero que se encuentra dentro de un grupo?

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- ¿Así que supuestamente ha sido uno solo, pero que se encuentra dentro de un grupo?

Atsumu se sorprendió al sentir la voz de su compañero tan cerca suya. Sakusa se encontraba detrás del rubio y su cabeza se encontraba por encima de su hombro, casi apoyándose en él. El más alto no se dió cuenta de lo sonrojado que se encontraba el rubio.

- Oye, dí algo-

Kiyoomi había girado su cabeza para mirar a Atsumu, pero al hacerlo, sus rostros quedaron extremadamente cerca uno del otro. Sakusa se alejó de él y salió del almacén para avisar al resto del hallazgo de Atsumu, mientras que este se quedó petrificado. El más alto daba gracias de llevar puesta mascarilla para que no se le viera el sonrojo que cubría su rostro.

Criminal mindsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora