XXII

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- Aquí podrán encontrar todo lo relacionado con el caso, desde informes forenses hasta las fichas de los posibles sospechosos. Si necesitan algo, aprieten este botón de aquí. Con su permiso, me retiro.

La mujer hizo una reverencia y salió rápidamente de la sala, sin darles oportunidad a los inspectores de preguntarles cualquier duda que tuvieran. Sin perder el tiempo, se repartieron los informes según su campo de trabajo y empezaron a revisarlos.
Atsumu pudo notar como su compañero tenía una apariencia más demacrada desde que volvieron de aquel viaje en el norte del país. Al principio, el rubio lo había dejado estar para darle su espacio, pero ya no podía quedarse por más tiempo de brazos cruzados.

- Omi-Omi - el mencionado levantó su rostro de los documentos que estaba leyendo, y escribiendo alguna nota aquí y allá - vayamos un rato a la cafetería, me gustaría hablar contigo un rato.

Sakusa asintió levemente y siguió a su compañero. Atsumu los guió hasta la mesa más alejada del resto para no incomodar al más alto. Estuvieron unos minutos en silencio antes de que Atsumu empezara a hablar:

- Omi, no quiero forzarte, pero creo que necesitas hablar con alguien y yo estoy dispuesto a escucharte.

Sakusa no pudo evitar sonrojarse ante la brillante sonrisa que le regalaba su compañero, pero aún se sentía algo inseguro a la hora de hablar de su pasado. Atsumu entendió sus gestos de incomodidad así que, dejando de lado su anterior desagrado hacia Sakusa, entrelanzó sus manos, no sin antes desinfectarse las manos.

- ¿Qué crees que estas haciendo?

- Shh, Omi. Tranquilo, aquí nadie puede vernos y siempre es mejor sentir que tienes a alguien cerca en estos momentos.

- ...gracias...

La pareja se mantuvo un buen rato en aquella posición, totalmente en silencio, disfrutando de la presencia del contrario.

- Era muy pequeño cuando me pasó - ese comentario captó la atención del rubio que dejó de sonreír al instante - estaba solo en un parque que se encontraba a meros metros del edificio dónde vivía. Mis padres casi nunca estaban en casa debido a su trabajo, así que no era de extrañar que estuviera en ese parque sin supervisión... Fue todo muy rápido y cuando me di cuenta, ya estaba amordazado dentro de una caravana. Me llevaron hasta una casa destartalada donde solo habitaban ratas, a penas me daban de comer y me pegaban a cada momento. Pasados unos días, cansados de golpearme, dejaron salir su faceta más morbosa y empezaron a manosearme. Afortunadamente, consiguieron rescatarme antes de que llegara a más, pero desde ese momento empezó a darme asco hasta el aire que respiraba.

- Eres muy valiente por contármelo.

Ahí estaba otra vez, aquella brillante sonrisa que revolucionaba su corazón y ahora que lo tenía tan cerca, ni siquiera intentó reprimirse. Bajó rápidamente su mascarilla y posó una de sus manos en la nuca del rubio para juntar sus labios en un beso. Al principio, Atsumu se sorprendió le intentó zafarse por miedo a incomodar al hombre, pero al ver que se sentía cómodo, profundizó aquel beso que no acabó hasta que sus teléfonos sonaron.

- Joder, llaman en el peor momento.

Atsumu soltó una pequeña risa y le dio un beso rápido, antes de decirle que atendiera el teléfono. La llamada era de parte de Iwaizumi que les ordenó que volvieran al trabajo. Al entrar, el resto de inspectores notaron el cambio de actitud de Sakusa y lo cerca que estaban uno del Otro, pero decidieron no presionarlos.

- Bien, gracias a los informes pudimos delimitar su modus operandi y sus preferencias. Nunca cambia los pasos que sigue, ni aunque tenga prisa. Primero, droga a sus víctimas con una bebida que les ofrece, así que seguramente las invite a su casa para tener una cita. Luego, creemos que las mete en la bañera y las limpia a conciencia, para luego cortar sus extremidades. Guarda esas partes en un congelador un par de horas, mientras corta el resto del cuerpo en pequeños trozos. Les quita todo, pelo, dientes, ojos... Cuando termina va devorando las partes una a una en un período de una semana más o menos. Cuando termina, lo pone todo en una única bolsa y la tira, indiscretamente, en un lugar público.

- Es un completo degenerado, necesitamos cogerlo ya.

- Pero tenemos las manos atadas, no nos dejan hacer más que revisar estos papeles.

- Puede que yo tenga algo que puede ayudarnos en la investigación.

Y con ese comentario, Kenma logró llamar la atención de todos los presentes.



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