Solo había pasado como una hora desde que, por Mónica, se enteró de que Luzu ya había recibido la carta. Hoy era el primer día y pensar en que ya había comenzado este increíble plan era tanto aterrador como asombroso. Al pensar en eso sus manos sudaban y el color en su cara llegaba rápidamente. Era exasperante. Se imaginó a sí mismo muchas veces arriba del escenario, con solo los ojos azules cuál cielo de Luzu mirándole. La canción que había elegido era muy buena, solo que no terminaba de encajar totalmente en lo que sentía por Luzu. No alcanzaba una canción entera para describir lo que sentía, no alcanzaban todas las canciones en las que había pensado. Se imaginó tocando muchas opciones, y el final de su ensoñación siempre era el mismo: Un beso. Eso haría de un frecuente sueño una perfecta y poco creíble realidad de la...vida real. Era extraño para él pensar en tanta cursilería, pero igual le gustaba.
—Los reuní acá, porque son las únicas personas que saben lo de...uh, bueno eso. —Soltó apenado. Era nuevo para él sentir algo por alguien, y al pensar en lo que sentía se ponía de los nervios.
—Hombre, claro. —Soltó en tono irónico el hetero cromático. Reborn tenía consciencia de que sí, tal vez Alex supiera cosas, pero no sabía sobre su plan. Aún así lo llamó e invitó junto con los demás.
—Conociendo a Alex, creo que no somos los únicos que sabemos, Reborn. —Bromeó la rubia.
—Que no se lo e contado a nadie, chivata. —Bromeó de vuelta bajándose las gafas de sol con la mano hasta que quedaron en el puente de su nariz.
—A ver. Por lo obvio que eres, creo que todo el mundo sabe.—Alegó la pelinegra esta vez—. Pero seguro somos los únicos que sabemos sobre tu famoso plan.
—Yo no sé sobre el plan, contadme. —Protestó el más pequeño cruzando los brazos.
—Le está poniendo trozos de una canción en el casillero. —Habló Momon con timidez. Era la primera vez que hablaba desde que llegaron todos.
—¿Tú eres el de las letritas? Que cursi, tío.—Soltó una vez más el de ojos de distintos colores con una sonrisa burlona.
—¿Cómo qué el de las letritas? ¿Te ha contado algo?—Reaccionó inmediatamente el pelimarron.
—Sí. Me preguntó que si le estaba gastando una broma. Luego me explicó y bueno, concluimos en que tiene una o un admirador secreto. Claro que secreto solo se reduce a él, ya que yo ya sé que eres tú.—Comentó neutral mientras hacía pequeños ademanes con las manos sobre la mesa—Igual como ya dijo Mónica, eres demasiado obvio y puede que él también sepa que eres tú.
—¿En serio soy tan obvio? —Preguntó para si mismo en tono bajo, pensando— Bueno, no importa. Los he reunido aquí para que me ayudéis ese día. No creo que pueda hacerlo yo solo. —Añadió rascándose la nuca y bajando la cabeza como un pequeño niño.
La nota uno había sido entregada hace unas doce horas. Reborn se aseguró de llegar más temprano que todos, absolutamente todos, para que nadie lo viese poner nada en el casillero del ojiazul. Le dió miedo y le temblaban las manos al hacerlo ya que la noche anterior estuvo pensando de más y se hacía preguntas del tipo: ¿Qué hay si Luzu se entera que he sido yo? Le daba miedo que el ojiazul se diera cuenta. Y simplemente si él preguntaba tenía que dar todo el contexto de la situación. Sería vergonzoso, concluyó. El caso era que su cabeza le seguía repitiendo que necesitaba ayuda de las personas más cercanas que tenía en ese lugar, a excepción del mismo Luzu.
Estaban en el café en el que estuvieron el skater y la pelinegra cuando se conocieron. Mónica, Lana, Alex, Momon y Reborn se encontraban en una mesa alejada con diferentes bebidas, debatiendo sobre cómo ayudar a Reborn. Al de cabellos desordenados no se le hacía una idea divertida pedir ayuda en algo así, era extraño y se le hacía incómodo. Pero si quería que todo saliera bien, ese era el precio que tenía que pagar. Después de todo, necesitaba un equipo.
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El Chico Del Skate [Luzuborn]
FanfictionReborn es el chico nuevo en la pequeña villa de Karmaland, un citadino frustrado por la presión de las calles de los santos se muda a los suburbios, donde todo era tranquilo, hasta que vio los ojos azules que lo dejaron embelesado, los aveces alegre...