IV

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El recorrido hasta la casa del azabache fué tranquilo, se la pasó viendo al castaño de reojo, quién estaba a un asiento de el, o sea en la otra puerta del coche.  No pasó mucho tiempo para que llegaran hasta donde vivía el ojimorado, era una casa bastante bonita, y muy grande, donde se podían ver desde afuera grandes ventanales que eran cubiertos desde adentro con cortinas de un lila claro. Pero había algo que no entendía; la casa estaba en silencio, se la veía pacífica, y sin rastro de música y adolescentes por doquier como solían ser en la cuidad. Eso de algún modo reconfortó y extrañó a nuestro chico de cabellos oscuros.

Se bajaron del auto, y pudo ver como el más pequeño hacía una llamada en la que sólo dijo "abre" y acto seguido colgó. El chico que vivía ahí no se hizo de esperar y les abrió la puerta, detrás de él estaban Willy y Fargan, quienes lo siguieron para recibir a los demás con sonrisas cómplices entre los dos. Tramaban algo, y no era su deber descubrirlo. Pasaron y la casa era hermosa por dentro, muy espaciosa y con decoración delicada con una paleta de color sofisticada entre tonos morados, blancos y grises. El anfitrión los llevó hasta la sala de estar donde estaban los demás.

En el sofá estaban Auron y Lolito con mandos de play en sus manos, jugando algún juego que no notó demasiado, pero lo que si notó fué las incómodas mirada que compartieron el ojiazul y el moreno. Eso hizo su curiosidad apareciera una vez más y otra vez se pusiera a sobre analizar las interacciones entre esos dos.

—Primero que nada, necesito que prometan que si se rompe algo van a decirme y no a esconderlo bajo el sofá como la última vez con el florero del mesón—Habló el dueño de la casa con el semblante serio, mirando principalmente al tintado y al de mecha.

—Si si, Vegetta, ya te oímos. ¿Quién quiere alcohólizarse?—Preguntó está vez el más pequeño de todos extendiendo los brazos con emoción.

A voz de eso todos vitorearon la propuesta del heterocromatico, a excepción de Reborn quién miraba confundido toda la escena que habían montado en un segundo, ¿Que tantas cosas pasaron en esta casa? Se preguntó para sus adentros antes de dirigir su mirada al ojiazul buscando respuesta en sus ojos, cuando llegó a ellos solo vio como miraba de brazos cruzados al chiquillo de sudadera azul marino, mientras una sonrisa divertida se posaba en sus labios. Nadie más que un chico de gorra de oso notó como el de cabellos color chocolate amargo miraba a su compañero castaño, lo que hizo que una idea maliciosa viniera a su mente, "seiscientos de IQ, eh Rubius" se dijo a si mismo antes de llevar a cabo su plan.

—¡¿Quién juega verdad o reto?!—La que nunca falla, pensó mientras proponía animadamente.

Entre todos se miraron con dudas y curiosidades, casi nunca jugaban eso, eran demasiado revoltosos como para poner retos sencillos, y muy poco creativos con las preguntas que tenían que hacer cuando alguien elegía decir verdad. Sin embargo nadie se opuso ante la noción, aunque varios estaban nerviosos, entre esos varios nuestro amigo de visores y guantes sin dedos, este empezó a cuestionarse internamente si ésto hacían en cada "fiesta" además de beber y ya. Pero bueno, apenas llegaban, y la noche era más joven que ellos, así que solo había que dejarse llevar, claro con responsabilidad de sus actos y cuidando bien lo que decía sobre él mismo.

Luego de que todos se sirvieran bebidas con mucho, poco o algunos con casi nada de alcohol, estaban sentados en un extraño círculo, en el que algunos estaban sentados en la alfombra, otros en el sofá, y otros en banquillos, pero se lograban ver entre sí y era lo que importaba en este tipo de actividades. Con una música de fondo que se escuchaba casi en lo absoluto, decidieron que quién empezaría sería Lolito, y ya que nadie objetó en contra, pues se las sudaba quién empezara, solo esperaron a que el pelinaranjo hablase.

—En todo caso antes de comenzar, quiero decir que soy como un detector de mentiras humano, así que contesten con la verdad—Comenzó en un tono neutral para después mirar al ojimorado—Vegetta, ¿Usas pupilentes o algo por el estilo?—El azabache enrojeció y se cruzó de brazos con incomodidad.

El Chico Del Skate [Luzuborn] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora