El Chico Del Skate [Luzuborn]

VII

El gran y sofisticado edificio se levantó sobre él cuando bajó del coche de su amigo, y fijó su vista en todo a su alrededor, como en la gran alfombra roja que daba a la entrada, y la fila de personas contenidas por los separadores de terciopelo, todas ellas con trajes o vestidos elegantes. Empezó a caminar lentamente hacía al frente con sus nervios incrementando con cada paso que daba sin saber muy bien el por qué. Llegó hasta donde estaba Alex, el estaba al pie de aquella alfombra roja con el móvil en su oreja, se lo veía frustrado.

—¿podéis decirme dónde coño estáis tío? Que solo faltan cinco minutos y no os veo por ninguna puta parte —Habló con severidad mientras que al otro lado de la línea se escuchó lo que parecía ser la voz de Fargan diciéndole "Ya vamos alesby, es que pasamos por Rubius y no estaba listo aún. En dos minutos estamos allá"—Os reviento si llegan tarde eh.

Se quedó callado, estaba pensando en por qué Luzu no le había dicho que tenía semejante evento hoy, ¿No confiará en él? El pensar que el castaño no le consideraba su amigo le dolía más de lo que admitiría, pues la verdad él ya los veía a todos como "compañeros" como suelen decir. Tal vez no como a Momon que era su amigo de toda la vida y le contaba todo, pero un pequeño cariño si les había tomado a cada uno, por sobre los demás a Luzu. Y estar aquí por invitación indirecta le bajaba los ánimos. 'Tal vez se le olvidó' pensó muy poco convencido.

Pronto pudo observar lo que reconoció como el coche de Lolito, y detrás de ese un Cadillac blanco con rines de color verde metálico. Los dos coches se aparcaron detrás del coche del heterocromatico y del primer mencionado salieron Lolito de la puerta del conductor, con un traje negro con corbata de un sofisticado estampado naranja, y sus largos cabellos atados en un moño, Auron con traje negro de moño rojo, y Mangel con un traje gris oscuro y corbata de mismo color. Y del flamante Cadillac blanco, salió un albino de boina verde con traje negro sin corbata y con la ya típica boina, luego pudo ver a Vegetta, con un traje negro al igual que los demás, pero con corbata morada oscura, luego de eso vio a Rubius con corbata azul y la gorra que no se quitaba y a Fargan con traje negro y corbata amarilla. Se veían muy arreglados para la ocasión, era algo importante para todos ellos.

Vio cómo pasaron la calle hasta llegar a donde estaban parados ellos dos, y también vio cómo Vegetta se puso a contarlos señalándolos a todos como si fuesen niños chicos que pueden perderse o simplemente asegurando que no faltase ninguno. Su dedo se detuvo en el albino de boina verde y rápidamente frunció el ceño al notar su falta de algo.

—¿Dónde está tu corbata eh, Willy? —Cuestionó acusando.

—Saben que las corbatas no me gustan. Me rehuso a ponerme una —Hizo un berrinche como si de un niño pequeño se tratase mientras se cruzaba de brazos y hacía cara de malhumorado.

—Ya basta, que pareces un niño pequeño, chaval. —Regaño el ojimorado y el albino paró su expresión.—El caso, ya que estamos todos, les pido e imploro que no hagan de esto un desastre. Saben que es importante para Luzu y es lo menos que podemos hacer por él después de todo. —Añadió mientras se rascaba la nuca con incomodidad. Reborn los vio asintiendo a todos con mirada gacha y expresiones un tanto caídas y eso hizo que la alerta de la curiosidad sonara en su cabeza.

Sus alertas y pensamientos emergentes fueron interrumpidos por un alboroto que empezó a notarse por ser escandaloso a algunos metros de donde ellos estaban. Todos miraron hasta allá y se trataba de nada más ni nada menos que de un muy formal y serio Luzu, caminando por la alfombra roja de antes junto con una hermosa mujer y un hombre que a lo lejos daba miedo. La poca felicidad que tenía Luzu de estar ahí era notable para Reborn, quién nunca había visto al castaño sin una sonrisa que lo acompañara, y el ya característico brillo en esos ojos azulados. El ojiazul parecía otra persona, con el cabello exageradamente bien peinado y el elegante traje que debía ser costoso, sin embargo lo que más resaltaba en esa versión de Luzu, era que no se veía feliz. No lo reconocía como Luzu, no sabía quién era esa persona que ahora estaba siendo hostigada por camarógrafos y sus aparentes padres para que posara.