—Entonces papá dijo que ahí estaba mi novia y quedé muy sorprendido, la verdad. Le dije que la dejara pasar y ella es muy hermosa, pero ya saben es imposible que fuera mi novia. —Comentó sonriente y se llevó la manzana que tenía en la mano a la boca para morderla.
—¿Por qué? —Indagó Mangel al albino, intrigado.
—Porque me gustan los chicos, Mangel. Supongo que todos vosotros lo sabéis, lo tuve que haber dicho alguna vez. —Rió tranquilo, pero vio a su alrededor y observó muchas caras sorprendidas
—Nunca lo habías dicho, siempre afirmaste ser heterosexual. —Inquirió el teñido de gorra en un tono gélido sin mirarle.
—Pero tú lo sabías, Vegetta, Luzu y Reborn igual. No os sorprendió para nada. —Murmuró lo último algo confundido.
Desde hace dos días que Willy despertó y guardó reposo, hoy día, después de insistir por horas en que estaba bien, era su primer día de instituto después del accidente. Estaba realmente feliz de ver a sus amigos y de salir de su fría e impecable habitación. Sin embargo, algunos recuerdos borrosos lo habían estado atormentando desde entonces. Siempre la misma melodía que desgarraba su alma y lo hacía llorar sin razón, siempre las mismas palabras que no sabía de dónde eran, ni quién las decía o por qué lo hacía.
"Por favor, abre los ojos." Eran tan simples pero su corazón las sentía tan pesadas.
Había decidido ignorarlas, pero ahora la presencia de alguien hacía más fuerte su dolor, y su tono do voz concordaba tan bien con el del recuerdo. Era tan confuso, ¿Quién era Guillermo Díaz antes de perder memoria de los últimos tres años? Su cerebro, si corazón y su alma querían respuestas, las necesitaban.
—Entonces… ¿Qué harán el sábado? —Cuestionó Alex tratando de sacar adelante la conversación sin que fuera un desastre. Él sabía de sobra que las cosas estaban tensas.
—Iré a una cita con Dulce, así que si harán algo no contar conmigo. —Soltó de primero Fargan, con una picara sonrisa.
—Yo tengo que ayudar a un amigo con algo. — Se excusó el pelinaranjo casi de inmediato.
—Ese día mis padres y yo iremos a casa de mis tíos. —Respondió esta vez el de lentes y bandana gris. Los demás se limitaron a negar con la cabeza.
—¿Por qué no una fiesta en mi casa? Veg, Rub, Willy, Auron, Luzu, Reborn y Momon. —Sugirió nuevamente con la esperanza de que alguien dijera que sí.
—Momon se va el jueves. —Informó el skater. Alex lo miró.
—Jo'e. —Bajó la mirada y pensó por un momento. Una brillante idea pasó por su mente y la proyectó con una sonrisa y la frente en en alto— Entonces hay que hacer fiesta el miércoles; fiesta de despedida. ¡Claro!
—Me agradan las fiestas entre semana. —Comentó Willy antes de mostrar una tierna sonrisa.
—¿No que las odi- —Recibió un codazo— amabas? Claro, sí. Digan hora de la fiesta. —Rió nerviosa e incómodamente el de mecha blanca.
—¿Las odiaba? —Indagó confuso el ojiverde. Vegetta, que fue el que proporcionó el codazo a Fargan, suspiró y se dispuso a contarle.
—Solías decir que hacer fiestas entre semana era un coñazo porque no aguantas una resaca en clases. —Se encogió de hombros.
—Eso tiene mucha lógica, pero si deberíamos hacer fiesta de despedida. Será divertido. —Sonrió tranquilo.
Ninguno podía mentir, el Willy que estaba ahí sentado con ellos era muy diferente al de antes; más risueño, más entusiasta, más hablador, más expresivo. Era como tener a una persona completamente diferente, y aunque el de ahora sonreía más, se seguía sintiendo como si Willy no estuviera ahí. Era irónico porque el anterior comportamiento frío y desinteresado de el albino creaba conflictos, ahora todos lo extrañaban.
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El Chico Del Skate [Luzuborn]
FanfictionReborn es el chico nuevo en la pequeña villa de Karmaland, un citadino frustrado por la presión de las calles de los santos se muda a los suburbios, donde todo era tranquilo, hasta que vio los ojos azules que lo dejaron embelesado, los aveces alegre...