—Eso fue hermoso, siempre me han gustado las canciones acapella. Son muy talentosos. —Comenzó diciendo la chica rubia, que ya se veía algo cansada. Los corales bajaron del escenario para dar paso a otro— Ahora tenemos a...un chico que se hace llamar Rex, que nos va a cantar Heather de Conan Gray.
Ahí fue cuando salió de la burbuja, todos salieron de la burbuja. Todos quedaron en shock al ver a la persona que estaba en el escenario.
La ropa, la peluca, la máscara. Todo era tan preciso que daba algo de miedo. El cabello blanco ya no estaba, lo reemplazaba una peluca de cabellos sintéticos color naranja tenue. El rostro blanquecino cubierto por una máscara de muñeco de nieve. No había ropa verde esta vez, lo acompañaban una camiseta azul celeste, pantalones azules marinos, botas blancas como la nieve y una chaqueta del mismo color.
Reborn lo sabía, sabía que se trataba de Willy y eso lo hizo preocuparse de sobremanera. ¿Por qué convertirse en una copia de ella? ¿Por qué hacer todo más obvio de lo que era? Al parecer el albino estaba decidido a decirlo de verdad, a abrir su alma. Observó de reojo a Rubius y a Nieves, ambos estaban sentados junto a él y Luzu. Se los veía confundidos, por sobre todo a Nieves.
El chico desconocido se paró frente al micrófono y el track de música empezó a sonar llenando todo el lugar con las suaves cuerdas de una guitarra acústica, todos ponían atención mientras murmuraban que nunca habían visto a ese chico en la vida.
—I still remember, third of December, me in your sweater, You said it looked better on me than it did you. Only if you knew, how much I liked you, but I watch your eyes as she walks by. —Era realmente triste esa canción. Reborn nunca la llegó a escuchar completa, solo el pedazo que cantó Willy aquella vez, pero ahora sonaba más cruda— What a sight for sore eyes, brighter than a blue sky. She's got you mesmerized while I die.
Más allá de la peluca y la máscara de muñeco de nieve... Rubius sabía quien era, sabía de qué se trataba. Estaba perplejo y sentía que algo se quemaba en su interior, como si estuviera solo en una casa envuelta en llamas mientras que él seguía cantando. Era arrollador.
—Why would you ever kiss me? I'm not even half as pretty. You gave her your sweater, it's just polyester, but you like her better...Wish I were Heather. —El de gorra miró a Luzu en busca de respuestas, pero se lo veía igual o más confundido que todos. Miró a Reborn, estaba asombrado...él lo sabía. El maldito skater lo sabía. Volvió a mirar al escenario, con los labios entreabiertos y su corazón dando fuertes y rápidos latidos—Watch as she stands with her holding your hand, Put your arm 'round her shoulder. Now I'm getting colder. But how could I hate her? She's such an angel. But then again, kinda wish she were dead.
El chico de la máscara de muñeco de nieve estaba dando todo en el escenario, su voz hermosa y la manera en la que cantaba hacía que cualquiera pudiera sentir el dolor, lo dolorosa que era la situación en la que él se hallaba. Esa canción que para él es tan significativa, ahora sentía que al fin estaba diciendo la verdad. Estaba desnudando su alma.
—As she walks by, what a sight for sore eyes, brighter than a blue sky. She's got you mesmerized while I die. —Hay partes en las canciones de este tipo que simplemente te rompen el corazón cada vez que las escuchas— Why would you ever kiss me? I'm not even half as pretty. You gave her your sweater, it's just polyester, But you like her better. I wish I were Heather. (Oh) wish I were Heather.
Esa parte alguna vez rompió más de un corazón, ese "querer ser otro para que me quieras" te dejaba estático. Rubén estaba estático, confundido, nervioso, tenso y hasta dolido y enfurecido consigo mismo. Mientras que el enmascarado cantaba esas notas altas que parecían doler en la garganta y en el alma, miró a Nieves. Ella estaba confundida mientras soltaba lágrimas en silencio, perdida en la canción que cantaba aque chico que se había vestido como si fuera ella.
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El Chico Del Skate [Luzuborn]
FanfictionReborn es el chico nuevo en la pequeña villa de Karmaland, un citadino frustrado por la presión de las calles de los santos se muda a los suburbios, donde todo era tranquilo, hasta que vio los ojos azules que lo dejaron embelesado, los aveces alegre...