Lunes.
Una cuenta regresiva se había plantado en su cabeza desde que el lunes se hizo presente una vez más. Ya no era una semana común, eran números del cinco al uno. De hoy al día en el que todo pasará. Era frustrante porque de verdad quería que saliera todo perfecto, pero aún no tenía un bajista y no había ensayado con Mónica. Eso lo traía más que nervioso.
Tenía miedo, no podía mentir. Miedo de que algo saliera mal o de no ser correspondido, de Auron y hasta de él mismo tenía miedo. Pero no sé dejaba corromper, sería valiente hasta el desenlace de su plan.Estaba sentado a un lado de Luzu, era la primera clase y siempre se sentaban juntos cuando les tocaba clase juntos. No podía evitar mirarle de reojo mientras el castaño prestaba atención. Aveces pensaba ¿Cómo alguien podía ser tan atractivo? Es decir, con la piel tan suave y el cabello tan brillante. Era como un ángel. Se había convertido en un maldito cursi, y ya no podía evitarlo. Estaba jodido desde hace tiempo, desde hacía mucho se había perdido en sus ojos azules.
—Psst, Reb. —Llamó Luzu aún mirando al frente, lo que hizo que también mirase al frente de golpe dejando de ver al castaño—¿Irás el viernes a lo del evento?
—Aún no lo sé, ¿Y tú? —Preguntó fingiendo desinterés.
—Voy solo porque Rubius me suplicó que fuera con él. El pobre no tiene con quien ir y de verdad le gustan estas cosas. —Explicó aún atento a la case que daban en frente.
—Estaré ocupado esa tarde, pero si puedo voy a acompañaros un rato. —Le sonrió.
De verdad que Luzu le preguntaste sobre ese día le hacía mucha gracia, y las ganas de reír aumentaban cuando le decía que estaría ocupado ese día.
Estaré ocupado conquistandote, niño bonito.
Las clases continuaron rutinariamente y con normalidad. Se sentía bien, tenía un aura feliz y sentía que al fin el universo conspiraba a su favor. Todo estaba saliendo bien, las aguas estaban calmadas. Eso lo hacía dudar un poco, ya que podría ser un caso de «La paz antes de la tormenta» pero tenía un buen presentimiento. La hora del almuerzo llegó luego de varias largas horas de clase, y como siempre todos estaban en la usual mesa redonda del comedor. Reían, compartían, comían y charlaban hasta que Rubius se levantó llamando la atención de todos los presentes.
—Amigos, compañeros, hermanos. —Comenzó diciendo mientras levantaba una pequeña cajita de jugo como en un brindis—Es de mi total agrado anunciaros que...¡he sido correspondido! —Soltó de una vez.
—¡Vamooos, chaval!—Celebró el ojimorado.
—¡Ehhhh! Al fin tío, tenías años en eso. —Comentó esta vez Lolito con una sonrisa.
—Felicidades, Rabis. ¡Esto hay que celebrarlo! —Mencionó Luzu. Varios felicitaron y vitorearon la "Gran Azaña" de su compañero, todos menos...
—Willy, ¿Irás a celebrar? —Cuestionó el de gorra de oso viendo que el albino estaba perdido en algún lugar de su celular.
—¿El qué? Perdón, no escuché. Estaba respondiendo a Kristina. —Mintió, claro que mintió. Reborn lo analizó con detenimiento, no se imaginaba lo doloroso que era.
—Nieves me ha correspondido, tío. ¿No es genial? —Dijo con una sonrisa. Él tuvo que, como pudo, fingir una sonrisa también—Iremos a celebrar, ¿Vienes?
—Oye, eso es genial. Te felicito. —Rió por lo bajo amargamente, no se notó mucho—No creo que vaya, lo lamento. Voy a salir con mi novia.
—Willy, sabemos que tu novia no es real. Solo dinos que no quieres ir porque tus horarios de anciano no te dejan salir después de las ocho de la noche. —Bromeó el hetero cromático con una sonrisa ladina en el rostro.
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El Chico Del Skate [Luzuborn]
Fiksi PenggemarReborn es el chico nuevo en la pequeña villa de Karmaland, un citadino frustrado por la presión de las calles de los santos se muda a los suburbios, donde todo era tranquilo, hasta que vio los ojos azules que lo dejaron embelesado, los aveces alegre...