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Misuk -.

Por el orificio que había en la puerta podía ver como el tranquilo pasillo que recordaba se había convertido en un mezcla entre llamas y humo.

La otra chica decía palabras aleatorias mientras reía.

- Mira todo lo que has causado - rió nuevamente aunque también pausaba para toser de vez en cuando a causa del humo - todo por no seguir mis órdenes y alejarte de lo que me pertenece.

- ¡Heeseung no es un objeto y no le pertenece a nadie! Por dios ¡recapacita y para esta locura nos matarás a las dos! - trató de persuadir la a pesar de saber que no existiría una respuesta positiva departe de la otra.

El humo filtrado en la habitación hacía que mi vista se nublara y que mi respiración comenzara a fallar a pesar de estar tratando de cubrir mi nariz mientras estaba agachada en el suelo.

Misuk se rió mentalmente.

Si salía tendría que enfrentarse a esa demente pero si se quedaba moriría quemada.

¿Acaso así iba a terminar? Quemada en el lugar que llamó hogar por tanto tiempo solo por tratar de cumplir su sueño mientras era manejada por un gran monopolio.

Se negaba.

Miró alrededor dándose cuenta de la pequeña ventana en la parte de arriba.

Si se estiraba lo suficiente podría llegar a ella y pasar por lo cornisa que rodeaba el edificio.

Si perdía el equilibrio sería una caída desde un sexto piso pero preferiría morir sabiendo que intentó salvarse a saber que murió como una inútil.

Se estiró abriendo la ventana y saltó varías veces para alcanzar el filo de esta tomando impulso mientras escuchaba como su acosadora trataba de forzar nuevamente la puerta.

Cruzó la ventana llevándose un gran susto al escuchar la puerta abrirse.

- ¿Pensaste que podías escapar de mí? - la chica rió siniestramente.

Tenía el brazo rojo y lo más probable es que sea por el impulso que tomó al derribar la puerta.

- Trata de atraparme - vacilé.

Me solté de los filos de la ventana apegándo me a la pared externa lo más que podía sin mirar abajo.

Escuchaba los saltos de la chica mientras insultaba tratando de alcanzar la ventana.

Lamentablemente para ella su altura no la ayudaba a alcanzar la ventana.

Caminé hasta el final de la cornisa, era imposible seguir avanzando ya que si me giraba para darle vuelta al edificio lo más probable era que pierda el equilibrio y caiga.

- ¿Dijiste algo? - giré mi cabeza donde provenía la voz dándome cuenta que la chica estaba traspasando la ventana.

Con algo de desesperación despegue mi mirada de la pared para ver lo que había a mi alrededor encontrando un soporte para el aire acondicionado.

Giré mi vista nuevamente y vi a la chica caminando hacía mi con unos seis metros de diferencia.

La alarma de incendio sonó e insulte mentalmente.

El departamento tendría que estar casi en cenizas para que esa maldita cosa suene.

Miré nuevamente al estante. Si no soportaba al menos caería con algo amortiguando mi caída.

Me despegue de la pared y salté al soporte cayendo encima de este escuchando un chirrido congelando me en mi puesto.

Mire lentamente hacia arriba, con suerte la chica se había rendido.

Sin embargo no fue así y se veía dispuesta a saltar y hacernos caer a las dos. Porque si esta cosa apenas me aguantaba dudaba mucho que soportara a las dos.
-.

Taeyoung -.

Hablaba tranquilamente junto a Seongmin y Allen.

Regresábamos de la empresa después de un día de prácticas y lo único que queríamos hacer era darnos un baño y acostarnos.

- ¿Que está pasando? - preguntó Allen mirando por la ventana a nuestro edificio.

Muchas personas estaban fuera de el preocupados mirando a la estructura. Un camión de bomberos pasó rápidamente a lado de nuestra van parqueando se al frente de la vivienda.

- Quédense aquí - avisó el manager bajando del auto.

- ¿Creen que algo malo haya pasado? - preguntó Seongmin asustado.

- Algo malo pasó - Allen se asomó hasta donde le permitía la ventana cerrada - Un momento, ¿Ese no es nuestro piso? 

Seongmin y yo nos pegamos a la ventana viendo como el humo salía de esa área.

El manager abrió la puerta y nos miró asustado.

- Misuk no está entre el resto de personas - tomó una pequeña pausa - dicen que el incendio viene del departamento treinta y dos.

El tiempo se detuvo y un nudo se formó en mi garganta. Vi como el rostro de Seongmin palideció y como Allen se congelo.

Allen y yo salimos apresurados del auto sin importarnos que alguien nos reconozca. Los dos corrimos hasta la entrada siendo detenidos por los bomberos que habían quedado custiodando esta.

- No pueden entrar, es peligroso - advirtió.

- ¡No lo entienden! - casi gritó Allen - dentro está mi mejor amiga ¡Es como mi hermana! Déjenme pasar por favor.

- Denme permiso - traté de quitar su agarre de mis brazos - ella debe de seguir arriba, seguro está asustada, déjenme ir con ella - suplique.

- No contesta su celular - dijo el manager desesperado mientras marcaba su número una y otra vez.

- Talvez salió a comprar algo y se le olvidó el celular - dijo lentamente Seongmin apareciendo de la nada - ¿No? - nos miró - es imposible que su cuerpo haya... - se interrumpió.

No podía completar su oración.

Porque completarla sería dar a Misuk muerta.
-.

Misuk -.

Miré alrededor nuevamente, algo debía de existir para escaparme de esta situación.

A pocos metros había un poste de luz sin embargo este tenía un pequeño espacio donde podría apoyarme.

La chica cada vez se acercaba más y los más seguro es que cuando logre estar arriba mía salte para caer aquí.

En este momento detestaba no haberle hecho caso a mi madre al no ingresar en gimnasia artística.

Si lograba llegar a ese espacio podría con esfuerzo saltar a la casa de a lado que convenientemente tenía una terraza y no un techo común.

Había cientos de contras dentro de mi plan sin embargo era eso o ser asesinada por esa loca.

Junté mi valentía, me puse al filo del soporte y me estiré hasta que mi pie tocara el espacio que existía en ese poste.

Con mucho cuidado (por lo cables) tomé impulso llegando a posicionar me en ese pequeño espacio.

El techo estaba unos seis metros lejos. Escuché el mismo sonido que antes acompañado de un grito y sin pensar mucho tomé impulso nuevamente tirando me al techo vecino.

Mi cabeza impactó contra el suelo, mi brazo izquierdo trató de cubrir la mayoría del golpe logrando que mi peso caiga sobre mi brazo izquierdo.

Un dolor atravesó mi extremidad, lo único qué pedía era no tener algún hueso roto.

Mi entorno comenzó a dar vueltas y sentí un líquido mojando parte de mi rostro.

Poco a poco mi vista se hacía borrosa y los ruidos de mi entorno disminuyeron.

- ¡¿Que está pasando aquí?! - parecía ser un grito pero lo había escuchado como un susurro.

El cansancio me ganó y cerré por completo mis ojos perdiendo la consciencia.

Una chica en cravityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora