capítulo 14

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El diseñador, venía como era de esperar, de los nervios. Inesita, muy elegante con un traje sastre, color vino tinto, hacía lo posible por tranquilizarlo. Después de decir alguna que otra incoveniencia de las habituales, Hugo se dejó llevar por Mario e Inesita hasta los camerinos de las modelos, situados a la espalda de la pasarela, en una enorme tienda de campaña, de color blanco, adornada como si de un torneo medieval se tratase.

Armando al escucharla se giró en redondo, y quedó con la boca abierta, sin poder articular palabra, ella venía del brazo de Michel :

Betty.- ¡Buenas noches doctor, disculpe el retraso!...
Betty venía espectacular del brazo de Michel, que vestía smoking con americana color crudo. Armando jamás había visto un diseño más bonito y sugerente. Era un vestido sin mangas y cuello a la caja, con todo el cuerpo confeccionado en gasa transparente de color tabaco, llegando hasta las caderas. De ahí salía una falda larga de raso, del mismo color del cuerpo con mucho vuelo, que se recogía en la parte trasera, haciendo algo parecido a un polisón, de esos del siglo XVIII. Y de ese recogido caía delicadamente la tela haciendo una pequeña cola. Las transparencias del cuerpo estaban sutilmente adornadas con aplicaciones en raso de colores tabaco, ocre, anaranjado,
marrón, a modo de hojas otoñales caídas de los árboles. Estas aplicaciones que estaban adornadas con bordados en seda e hilos de oro, cubrían la zona de los pechos y bajaban como en cascada, salteandose por el cuerpo, hasta la falda.

Llevaba el pelo recogido en un elegante moño francés, en las orejas pequeños pendientes de topacios, y en los pies sandalias de tacón alto de finas tiras del mismo color del vestido. Delicadamente sobre los brazos, traía un amplio chal de terciopelo forrado de raso, del mismo tono de marrón que el resto del modelo. No llevaba más complemento ni más adorno.

Armando sintió que los ojos se le llenaban de lágrimas. Era tanta la belleza de la mujer de sus sueños, que solo eso le hacía sentirse feliz. Por un instante lo olvidó todo, y se sumergió en el brillo de su mirada. Le tomó la mano y se la besó con devoción.

Betty notó la mirada de amor de Armando, y en ella volvió a surgir la duda - "¿sería que realmente él la amaba de verdad?"-...Por un momento sintió compasión de Armando y le dedicó la más encantadora de sus sonrisas.

Armando.- Buenas noche Betty....está Vd divina....nunca había visto una mujer más bella,ni mejor vestida....yo....yo me rindo a sus pies.

Betty.- Gracias doctor, es un precioso diseño de don Hugo. Él le llama "mi capricho" y se empeñó en que yo lo luciera...aún no se por qué...Cualquier modelo, lo hubiese llevado mucho mejor...pero él insistió tanto, que no le pude decir que no.

De momento se acercaron todos : Catalina, Mario, don Roberto, doña Margarita, las del Cuartel, que colaboraban en la atención y recepción del público. Todos se deshacían en alabanzas y piropos a Betty, que terminó por ruborizarse.

Catalina.- Bien Betty, como ya llegó...creo que debe empezar a trabajar. Mira ya llega el primer autobús con los invitados internacionales, quédate aquí en la puerta con Armando, que Mario y yo nos vamos para dentro para ir acomodándolos, y organizando a la prensa. Ven con nosotros Michel...Betty queda en buenas manos...

Armando miró agradecido a Catalina, sabía que ella hacía aquello sabiendo que él se moría por tener a Betty a su lado.

Betty tomó la carpeta que le entregó Mario, con las listas de invitados y sonriente se colocó al lado de Armando, para empezar a ejercer su papel de anfitriona.
Fueron llegando los distintos invitados, que eran recibidos en la entrada por aquella bonita pareja, que amablemente les agradecía su asistencia. Cuando se deshacían en alabanzas hacia el vestido de ella, uno de los dos explicaba que era diseño exclusivo de Hugo Lombardi, el diseñador de Ecomoda.

Marcela y Patricia llegaron al evento acompañadas de Daniel Valencia, y se quedaron mudas ante lo espectacular del vestido de Betty. Daniel fue a decir una incoveniencia, pero antes que le diera tiempo, una encantadora Catalina Ángel, acompañada por Mario y Michel, se lo llevaron hacia su lugar.

Armando.- Gracias Catalina, por ser tan rápida en atender al doctor Valencia, él no merece menos...¡eres un verdadero ángel!...Buenas noches Marcela, Patricia...vayan pasando que ya les indican su lugar...

Marcela venía discretamente vestida de negro y Patricia traía un vestido muy ceñido y provocativo, de color plateado.

Armando.- Peliteñida...¿no se enteró que este es un evento con clase, y no un vulgar cabaret?...agradezca que la conocemos y la dejamos pasar...

Marcela.- Armando no tienes por que ser desagradable con Patricia, estoy de acuerdo contigo en que viene un poco llamativa, pero para llamar la atención ya tienes a Beatriz...¿qué, doctora se gastó todos sus ahorros en alquilar ese vestido?...por cierto nada apropiado para la ocasión...

Betty.- No Marcela, no necesité alquilarlo...Resulta que yo estoy trabajando, y hasta este vestido que al parecer solamente a Vd le parece inadecuado, es
parte de mi trabajo...Es un diseño exclusivo que el Sr. Hugo Lombardi se
empeñó en que yo luciera esta noche. Lo único que he hecho, ha sido complacerlo...

Patricia.- ¿Qué Hugo le dejó ese vestido?...¡¡Pero si a mi me dijo que no tenía nada que prestarme!!...¡¡¡Desssgrrraaaciaadoooo....!!!

Armando.- Por supuesto que no tenía nada que prestarte a ti, peliteñida...tú no eres nadie. Betty es hoy conmigo, la imagen de la empresa, ella es quien tenía que lucir radiante, no tú ...muppet...

Marcela.- ¡Ah pues!...que atento con la doctora...¿Ya se lo llevó otra vez a la cama?...

Betty.- No señora...si hay algo que yo tengo y de lo que Vd carece es de "dignidad"...Y a mi cama solo vendrá un hombre, el que yo elija como padre de mis hijos. Lo que pasó entre don Armando y yo, pues eso pasó...y yo no voy a ir detrás suya, ni detrás de ninguno, mendigándole su amor...ni
perdonando todo lo imperdonable, como si hacen otras... Marcela.- Vd no tiene vergüenza...vamos Patricia
Betty.- ¡Que disfruten las dos de la fiesta!...

Armando.- Betty...después de lo que he oído, puedo decir que no tengo esperanzas con Vd...¿verdad?...Vd está enamorada de otro hombre y él la corresponde...¿cierto?...

Betty.- Doctor Mendoza no es el momento, pero le voy a contestar y ya no hablamos más de este tema...¡Hola, buenas noches, pasen, pasen ya les indican su lugar!...Gracias, es de nuestro diseñador de Ecomoda el Sr. Hugo Lombradi...Mire doctor, yo le puedo parecer un poco loca, de acuerdo, pero no me meto en la cama de cuaquiera. La crianza de mis padres, sigue en mi interior. Esos son valores para mi importantes, los aprecio y los respeto. Soy mujer de un hombre. Por dos veces en mi vida, me he equivocado por ingenua, no creo que me equivoque la tercera. A mi cama, a mi vida solo va a entrar, aquél que yo elija como mi futuro esposo y padre de mis hijos...y eso va a tardar mucho en pasar, si es que pasa...

Armando.- No Betty, la segunda vez no se equivocó, yo reconozco que lo hice muy mal, pero no se equivocó...se enamoró del hombre que más la ha amado
y la amará en toda su vida...Pero claro, ahora está Michel o quizás Mario, no
lo sé...ninguno de los dos le son indiferentes y además son muy especiales con
Vd...

Betty.-Don Armando, Mario es...mi compañero, mi amigo, mi otra mitad...solo eso, y Michel es muy especial, no se lo puedo negar...Ha sido el primer hombre que cuando me vió, no se burló de mi apariencia...Desde el primer momento, trató a Betty La Fea como a un ser humano especial, como a una señorita...Pero aunque lo quiero muchísimo, yo no estoy enamorada de él.

Armando.- Gracias Betty...con lo que me dice, me devuelve el alma al cuerpo...yo aún tengo esperanzas

Doctor mendoza yo no soy  asíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora