capítulo 39

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Se sentó en la mesa del estudio, y con mucho esfuerzo logró escribir una nota para Armando, la metió en un sobre junto con sus análisis, los de Armando y los de Marina, y se fue a buscar a su hija. Por primera vez en muchos días la abrazó fuerte y la besó con todo el amor del mundo, intentando no llorar, no quería que Ofelia notase nada.
Betty.- ¡¡Ofelia!!... ¡¡Ofelia!!... Ofelia.- Dígame señora...
Betty.- Yo tengo que salir urgente. Me hace el favor de bañar a Marina y cambiarla entera de ropita, ya sabe, como es mi costumbre...y le da la cena. Cuando venga mi esposo, le entrega este sobre, son unos documentos muy importantes que le han enviado, no lo vaya a olvidar ¿sí?...

Ofelia.- Por supuesto señora, ni más faltaba...¿Viene Vd a cenar?...
Betty.- No Ofelia, yo me demoro en volver... yo.... le confío a mi hija y a mi esposo, cuídelos mucho... y gracias por todo...

Ofelia se quedó un poco perpleja, no era ajena al extraño comportamiento de Betty. Pero se mantuvo discreta, sobre todo después que el doctor Mendoza, le explicase que ella estaba pasando unos días muy dificiles, y que la tenía que cuidar y tener paciencia. Ella había aprendido a querer a ese joven
matrimonio, como si fuesen de su familia. Se les veía tan enamorados y tan felices con su niña, que ahora que estaban pasando por esos días tan malos, se
sentía muy afectada.

Escondida tras la puerta de la sala, con la niña en brazos, vió asombrada que Betty llevaba una maleta, la había tenido oculta, en el arcón que había en el vestíbulo. Corrió a la ventana y observó como se giraba llorando hacia la casa y después rápidamente se metía en un taxi.
No lo pensó dos veces, tomó el teléfono y llamó a Armando a Ecomoda : Armando.- ¿Alló?...¿Ofelia?...¿Qué pasó?... ¿Cómo?... Voy para allá
enseguida, enseguida...

Armando creyó volverse loco cuando Ofelia le dijo que Betty se había marchado y que llevaba una maleta. Corrió a la oficina de Mario, aún estaba allí:

Armando.- ¡¡Mario, Mario!!... Betty se ha marchado de casa, llevaba una maleta, me llamó Ofelia para decírmelo. Dice que iba llorando y que estaba muy extraña....¿MARIO QUE ES LO QUE PASA?....¿YO TENGO QUE SABER?....¿NECESITO SABER?....

Mario.- ¡¡Dios mío, mira que es terca!!... Armando tranquilízate, que todo se va a solucionar. Vete para tu casa que yo la localizo, se como hacerlo, tranquilo. Tú vete a casa con Marina, te estoy llamando en cuanto sepa algo.

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El camino a su casa se le hizo eterno. Casi no veía, pues las lágrimas le inundaban el rostro, solo pensar en que la había perdido de nuevo lo volvía loco.

Cuando llegó a su casa, Ofelia lo esperaba con el sobre en la mano. Subió un momento a ver a Marina que ya estaba dormida y echó de menos el cuadro con la foto de los tres, que había siempre en la mesita de noche junto a la camita de la niña.
Bajo a la sala y con una sonrisa forzada agradeció a Ofelia, la taza de café . Tembloroso empezó a rasgar el sobre, y sacó de dentro la carta de ella.

"Mi amor, perdóname por destrozarte la vida. Pero me tengo que alejar de vosotros, no puedo seguir poniéndoos en riesgo por más tiempo. Me voy con la tranquilidad de que están los dos bien, que gracias a Dios, no les llegué a contagiar con esta horrible enfermedad.
No era posible que yo fuese tan feliz, nunca fue ese mi destino y quise torcerlo en estos años. Te dejo lo que más amo en el mundo, después de ti, a mi niña.
Cuídala y dile siempre que su mamá se marchó por lo mucho que los quería a los dos. No puedo escribir más lo siento. Te amo, mi vida, te amo hasta la locura. Y te prometo que nunca jamás, ningún otro ocupará tu lugar. El tiempo
de vida que me quede, lo dedicaré a amarte, a amaros en la distancia.
Ahora no tengo fuerzas para enfrentar a mis papás, más adelante les escribiré a ellos y a Nicolás. Mario te puede contar, yo no he tenido valor. Perdóname
si es que puedes, te amo Armando, a ti y a mi niña
Tuya siempre Betty "

Doctor mendoza yo no soy  asíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora