capítulo 26/

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Betty.- ¡Armando, despierta, despierta...pasan de las nueve de la mañana!, y hoy debemos ir al trabajo...nos quedamos dormidos...

Armando.- Ya, ya mi reina...pero no me despiertes más así, que me vas a matar de un infarto....¡dame un besito, anda, a ver si se me pasa el susto!...

Betty se le acerca sonriente y lo besa en los labios repetidamente, pero cuando él va a abrazarla, se retira rápido.

Betty.- ¡No doctor, ni lo piense!...Vaya a la ducha que yo preparo el desayuno...
En poco más de una hora, ambos están preparados para marcharse. Armando la ve con el casco de la moto en la mano. Ya en el garage le dice :

Armando.- ¿A dónde vas con éso?...Vd se viene en el carro conmigo...Olvídese de la maldita moto...

Betty.- ¿Qué?...ni lo sueñes, yo no deseo que en Ecomoda sepan de nuestra relación de momento. No quiero que nos vean llegar juntos, además debo pasar antes por las oficinas de Zénit...

Armando.- Yo te llevo a Zénit, y luego tomas un taxi...

Betty.- No Armando, yo voy con la vespa, como he ido siempre...no se hable más...Nos vemos en un ratito, y no te enfades conmigo...Dame un besito...

Armando molesto rehusa el beso que Betty le ofrece.

Armando.- No me gusta que vayas en la moto, me da miedo que te puedas caer, y más ahora que quizás ya....es muy peligroso Beatriz...No me gusta, no quiero que uses más esa vespa. La vas a vender y yo te llevo y te traigo...

Betty está enfadada y lo mira con rabia en los ojos :

Betty.- Y me pone una correa al cuello, como si fuese un perrito...Olvídelo doctor Mendoza, olvídelo....

Y colocándose el casco montó en la moto y se marchó .

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Hacía más de dos horas que había llegado a Ecomoda, todos lo felicitaron por su buen apecto y por lo bronceado que estaba . Nicolás y su papá, le dieron un rápido reporte del estado de la empresa, y vió con satisfacción como en las últimas tres semanas, la empresa había seguido su curso ascendente y los informes de las franquicias y de los puntos de venta eran excelentes. Don Roberto le pidió que fuese a cenar una de esas noches, a la casa con Betty y él accedió en ir en tres días, cuando ya tuviesen las fotos del viaje, para mostrarselas.

Estaba preocupado Betty aún no había llegado, la llamó al celular y lo tenía apagado....-"¿Dónde se había metido esa mujer?"-

Mario Calderón entró en la oficina y ambos se fundieron en un abrazo. Armando le agradeció que le cediese el apartamento a Betty la noche de su cumpleaños. Después de aquella llamada telefónica, Mario salió de viaje y no
se habían vuelto a ver.

Calderón.- Hermano, yo me alegro que todo se arreglara entre Vds...¿por qué se arregló, verdad?...
Armando.- Si Mario, se arregló todo...todo. Ella me perdonó y estamos juntos, es más espero poder anunciarles nuestra boda en muy poco tiempo...Betty es
muy terca, pero estoy seguro de que la convenzo y nos casamos, no voy a arriesgarme a volver a perderla...¡no señor!

Calderón.- Vaya, vaya...me alegro por Vd, hermano y por ella...de verdad. Yo se que tuvo que hacer un gran esfuerzo para hablarme y pedirme que le colaborara en su cita "especial" en mi casa...

Armando lo miró, su confidente, su amigo de tantas correrías...Lo veía tenso y cohibido en su presencia. Notaba que estaba ardiendo de curiosidad por saber más detalles, pero que no se atrevía. No pudo menos que sonreír, el descarado de Calderón, el que no se avergonzaba de nada y ante nada, no era capaz de preguntarle por miedo a dañar, los restos que quedaban de su amistad...Así
que decidió hacerle un pequeño regalo :

Doctor mendoza yo no soy  asíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora