Inspector Kim

4. Cena ejemplar

Estaba agotado.

Por eso estaba bebiendo una taza de café a las ocho de la tarde. Necesitaba despertarse, estar atento, preparado para lo que se venía a continuación. Los padres de Jennie estaban por llegar y él estaba peleando con uñas y dientes con su corbata. Estaba hasta las narices de ella y eso que la llevaba todos los días alrededor de su cuello. Se conocían demasiado bien. Sin embargo, en aquellos minutos, antes de la hora acordada, sus manos parecían haber olvidado cómo anudar correctamente. Estaba respirando hondo e intentando colocarla lo mejor posible. De repente, Jennie apareció por el umbral de la puerta, preciosa, con un vestido negro cortísimo y el pelo más liso de lo habitual. Llevaba brillo de labios y un maquillaje de ojos complejo. JungKook la observó por unos segundos embelesado, siempre le habían gustado ese tipo de chicas. Ella le observó y después puso los ojos en blanco, aún molesta por lo de aquella mañana. JungKook entonces tragó saliva y apartó sus ojos de su despampanante chica. Segundos después el timbre sonó y ambos dieron un ligero salto. Jennie corrió en sus tacones a abrir la puerta mientras él se apretaba demasiado la corbata (casi se ahogó). Una vez anudada corrió detrás de Jennie para recibir a sus padres.

Nada más abrir la puerta sonrió de la manera que mejor sabía. Saludaron a sus padres y éstos entraron sin decir mucho. Jennie les abrazó y les recibió con cariño, alegando que les echaba mucho de menos. Ellos como siempre contestaron que se fuese a vivir con ellos de nuevo y, por supuesto, ella rió avergonzada mientras negaba con la cabeza.

JungKook les recibió con los nervios a flor de piel, inclinándose y dando su mano de la forma más firme que sabía. A pesar de esto, ellos mantuvieron su ceño fruncido y poco amigable ante su presencia. Al principio de su relación sus padres (ambos) habían estado bastante felices y agradecidos de que Jennie se juntase con un chico de su clase social y apuesto, con el plus de que se cuidaba físicamente y algunos alegaban que era bastante amable. JungKook no tenía mucho ego, pero se consideraba aguantable. Sin embargo, desde que en una charla de año nuevo habían indagado como broma de sobremesa sobre sus anteriores parejas y él les había dicho que había salido con un chico, las cosas habían ido en declive. Jennie le había comentado varias veces que sólo era su imaginación pero cada velada que vivían juntos ocurría algo distinto, soltaban algún comentario extraño o malsonante hacia él o incluso a veces le trataban de una manera extraña (como cabrones), como aquella misma noche.

-JungKook...-dijo MinHyung con cara despectiva. -Un placer volver a verte. -JungKook estuvo a punto de poner los ojos en blanco. Odiaba el dialecto de las altas esferas de Busan. Sus padres eran de clase media alta y no hablaban así. ¿Ellos por ser un poco más ricos debían sonar con tanto retintín?

-El placer es mío, señor. -le contestó estrechándole la mano mientras se sentaban en la mesa. -¿Cómo han estado?

-Seguro que mejor que vosotros dos...-contestó el otro, JunSeok. -He oído que habéis discutido esta semana mucho...-de entre los dos, Jun era el que más detestaba JungKook. Era el mejor en sacar los trapos sucios en el peor de los momentos.

-Como cualquier pareja, ¿no? -contestó encogiéndose de hombros. -Estamos un poco cansados con nuestras rutinas, ¿verdad amor? -preguntó a Jennie que estaba sentada a su lado y se servía una copa de vino blanco. Ella le miró sorprendida y asintió sin mucha convicción. JungKook se quedó observándola unos segundos y después se levantó de la mesa para servir la cena. Se habían turnado para hacer los dos platos de la noche y esperaba que no descubriesen cuál era el suyo.

-Bueno, podemos comentar eso más entrada la noche, ¿no? -preguntó Jennie incómoda. JungKook se sintió fuera de lugar ya que no comprendía esa actitud tan tensa. Se suponía que aquella noche iba a ser un buen momento para su novia. No debería estar estresada ¿no?