8. Amada ante todo

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Sus pies pisaron aquél suelo lleno de madera reluciente y desde ese momento TaeHyung se sintió intimidado.

Una sensación de escalofrío recorrió su cuerpo de arriba a abajo. Sintió de repente nervios constantes que no sabía de dónde venían. Sus rodillas temblaron un poco y decidió relajarse a conciencia. No entendía aquellas sensaciones nuevas y desagradables, tampoco entendía qué las estaba provocando. Dejó escapar una respiración temblorosa y miró a su compañero de reojo el cuál parecía haber estado mirándole desde que habían puesto un pie dentro de aquél lugar.

TaeHyung estaba nervioso o incluso más que eso y no sabía por qué. Tampoco podía pedirle ayuda a JungKook pues sabía que no tenía paciencia y no aguantaría un ataque de ansiedad repentino. Agarró las carpetas y se obligó a tragarse todo lo que estaba sintiendo. Levantó la cabeza y avanzó hasta la recepción en donde preguntó por Choi Cho. El secretario les indicó el ascensor y el piso en el que se encontraba el despacho de la chica que buscaban. Posteriormente les indicó mediante mensaje a la seguridad del edificio que dos oficiales se dirigían a hablar con su jefa. Los hombres miraron a TaeHyung subir al ascensor con una mirada de superioridad que el chico conocía a la perfección. Era cierto que desde siempre no había sido el más fuerte, ni el mejor en nada pero había sido perseverante y cabezota. Con el tiempo había alcanzado a los que por naturaleza eran buenos y con un poco más de tiempo los había superado. Por eso estaba allí y ellos custodiando la habitación de una chica rica. ¿Realmente la mirada de superioridad significaba algo?

Decidió pasar de ellos y se quedó quieto dentro del elevador, esperando por que las puertas se abriesen. Esta vez no se sintió asfixiado como anteriormente pues JungKook se puso a leer y absorber las últimas gotas de su café. Ninguno compartió ninguna palabra y TaeHyung no se sintió obligado a tener que iniciar una conversación trivial.

Odiaba las conversaciones triviales, nunca sabía cómo empezarlas, ni como continuarlas, ni como acabarlas. ¿Qué diferenciaba una conversación trivial de una normal o de una profunda? Esas cosas nunca nadie se las había explicado y más de una vez estando en el ascensor había querido tratar algunos temas de algún caso con un compañero y este le había frenado de manera escueta. Odiaba conversar cuando realmente no tenía nada importante que decir y precisamente aquello era lo que YoonGi le había explicado que eran las conversaciones triviales. Conversaciones, intercambio de palabras entre un emisor y un receptor en el cual realmente el mensaje no importaba demasiado a ninguna de las dos partes. Él no entendía bien aquello aunque estuviese bastante claro. ¿Qué necesidad había de intercambiar palabras cuando no eran importantes para ninguno de los dos?

Cuando quiso darse cuenta ya habían llegado a la planta indicada. Salieron sin hacer ruido y andaron hasta la puerta delicada y nueva de Choi Cho o mayormente conocida como Hanny.

TaeHyung estiró su brazo y llamó con cuidado. No quería ser una molestia, sobre todo porque había llegado diez minutos antes de lo acordado. A pesar de esto, se escuchó a la chica del otro lado aceptar su llamado y TaeHyung abrió la puerta de una vez. Cuando entraron los dos la mujer estaba esperándolos sentada en su escritorio, con un exagerado escote y un maquillaje y peinado perfectos. TaeHyung mantuvo su expresión neutra pero JungKook no pudo evitar hacer algún que otro gesto que le delató. Había visto a esa mujer en las revistas, las noticias y sobre todo las fiestas de los famosos de moda. Jamás pensó que realmente fuese a ser tan hermosa, aunque estúpidamente antinatural.

TaeHyung se aclaró la garganta y ella le dirigió toda su atención.

-Buenos días Choi Cho. -inició pausadamente. La mujer asintió contenta porque dijera su nombre completo y después hicieron las reverencias correspondientes. -Ya sabe para lo que he venido, espero que su hermano le haya informado correctamente. -comentó con un tono de voz serio y profundo haciendo que JungKook temblase un poco. Su superior se tomaba muy en serio su trabajo y eso era algo que él respetaba.

Inspector KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora