Inspector Kim

1. Conmoriencia

JungKook se sentó en su sitio de siempre ante la atenta mirada de JiMin en frente suyo. No quería decir nada. El chico raro se mantuvo de pie delante de su mesa, sin mirar a JiMin. Sus ojos siguieron los movimientos de las manos de JungKook sin prisa ni impaciencia. Parecía que hasta le gustaba observarle concentrarse en lo que hacía.

—¿Puedes esperar unos minutos, por favor?—le preguntó mientras se quejaba entre tanto folio desperdigado. El chico asintió y se apartó un poco de la mesa, dejándole espacio de manera algo incómoda. Se sentó en una silla que estaba en frente de su escritorio y esperó mirando sus manos.

JungKook quiso regresar a sus papeles pero el chico era demasiado raro. Estaba sentado con la espalda estúpidamente recta y miraba sus manos moverse sobre sus pantalones. Parecía estar repasando algo, tal vez movimientos para tocar algún instrumento. Aunque eran demasiado extraños y complejos. Al menos a él se lo parecieron.

Decidió apartar la vista y terminar lo que estaba haciendo, o al menos una parte del trabajo.

—Vale. —le dijo mientras guardaba un montón de papeles grapados en un archivador muy gordo de su escritorio. —¿Tú eres mi nuevo superior?

—Eso me dijeron. —contestó secamente mientras entrelazaba sus inquietos y largos dedos. JungKook asintió suponiendo que no iba a decir nada más.

—¿Y te llamas...?

—Kim TaeHyung. —respondió rápidamente. —Un placer. —añadió de manera automática como si fuese una cortesía, una obligación. JungKook le miró con ojos escrutadores y observó a JiMin que estaba con la misma expresión que él en el rostro.

—El placer es mío. —contestó de manera incómoda. Después se le quedó mirando unos segundos. El chico no parecía tener ninguna prisa por moverse o empezar a trabajar. JungKook intentó analizarlo.

—Bueno, supongo que te han trasladado con un caso importante, ¿No?—el otro le miró con ojos curiosos. Asintió sin prestarle demasiada atención.

—Un caso de conmoriencia*. —le contestó mientras se levantaba y sacaba de su bandolera unos papeles algo doblados pero estúpidamente bien colocados y ordenados, al contrario que el resto de su mesa.

JungKook los recibió con el ceño fruncido puesto que si no había olvidado lo que significaba conmoriencia no tenía sentido siquiera estudiar o analizar el caso. Suponía que estaba bastante claro.

—¿Conmoriencia has dicho? —preguntó JiMin sentándose en su mesa donde habituaba para charlar con él. TaeHyung pegó un ligero salto y le enfocó con sus ojos afilados. Asintió tranquilo y después devolvió su mirada a JungKook que estaba leyendo el caso por encima.

Los papeles estipulaban que dos grandes magnates, empresarios de diversas corporaciones conocidas en Busan habían muerto en un extraño accidente. No parecía nada extremadamente raro hasta que llegó a la parte del legado y el tipo de accidente que habían sufrido. Al parecer estos dos magnates no tenían la mejor relación pero se habían juntado para mantener una conversación en uno de los aviones privados del otro. Durante el vuelo algo fue mal y el vehículo acabó cayendo del cielo por un misterioso fallo técnico. JungKook frunció el ceño puesto que no tenía sentido que ambos tuvieran que sucederse el uno al otro sabiendo que no tenían una buena relación. Ascendió su vista al chico que estaba enfrente suyo.

—¿Estás seguro de que es un caso de conmoriencia? Aquí pone que se llevaban mal los causantes. —TaeHyung abrió los ojos y algo extraño brilló en ellos.

—Sí. En el testamento ponía que ese otro debía sucederle. Sin embargo, por haber sido conmoriencia se ha negado. Pero nos han dicho que lo investiguemos ya que creen que ha podido ser un doble homicidio.— JiMin hizo un ruido con sus labios que provocó que ambos chicos le observasen.